El fin del octavo mes del año suele venir asociado, sobre todo entre los adultos mayores, a la popular tradición de "pasar agosto", frase arraigada en nuestro país que año a año se ha manifestado con alegría, bromas entre el grupo etario e incluso, antes de la llegada de la pandemia, con celebraciones comunales para festejar a los mayores que, con o sin sobresaltos, lograron superar el mes. ¿Por qué agosto? La tercera semana de septiembre se inicia en el hemisferio sur la primavera, y con ello se aguarda un clima más favorable y días más soleados. Agosto es, por ende, el último mes bajo el régimen invernal, estación acompañada de fríos y enfermedades respiratorias que complican, precisa y principalmente, a los adultos mayores. De ahí que "pasar agosto", y dejar atrás las amenazas de achaques, resfríos, dolores de huesos y otras complicaciones asociadas al invierno, sea motivo de festejo en la población mayor, dando por hecho que el mejor clima se traduce en menos enfermedades.

Pero sabido es que el último año no ha sido solamente el invierno su preocupación: el arribo de la pandemia de covid-19 se ensañó particularmente con la tercera edad, y trajo consigo una serie de restricciones para evitar posibles contagios. En muchos casos esto provocó menor interacción con sus pares, considerando por ejemplo a quienes participaban en actividades recreativas grupales, e incluso dificultades para visitar a sus familiares, redundando en el drama de la soledad.

La despedida de este agosto, sin embargo, deja a los adultos mayores con mayor esperanza para lo que resta del año. Además, gran parte de la Región de Los lagos avanzó a fase 4, con todos los avances que ello permite a la población, y el 11 de ese mismo mes partió la vacunación de refuerzo para aquellos adultos mayores inmunizados con su esquema completo.

Pero aparte de las medidas de protección frente al virus, la tercera edad anhela mayores políticas públicas enfocadas no solo en su salud, sino también en su bienestar emocional y, con ello, en su felicidad. Así lo hizo ver días atrás Hugo Guíñez, presidente de la Asociación Nacional de Adulto Mayor en Chile, al proyectar la última parte del año para la población mayor. Para que la celebración no sea únicamente por pasar agosto.

La discusión de los efectos de un cuarto retiro más la extensión del Ingreso Familiar de Emergencia ha dividido la opinión pública y también técnica. Por un lado, se presenta la posición de que aumentará la inflación a cifras que no han sido comunes para Chile.

Así, los más afectados son los hogares de estratos socioeconómicos bajos dado el aumento del costo de bienes básicos. Por otro lado, está la visión de que es una inyección puntual de circulante que reactivaría la economía nacional y que no representa una inflación estructural, lo que posibilita manejar a través de diversas formas.

Mas que querer agregar antecedentes a una u otra posición, mi punto es la lógica representacional con la cual llevamos a cabo este tipo de asuntos. La discusión en materia de macroeconomía se asume con la misma racionalidad de un muestreo para encuestas: Santiago es una buena representación aleatoria de lo que en el país se opina y se hace. Si bien esta racionalidad tiene sustento en asuntos estadísticos, no la tiene en materia de la practicas socio-económicas.

Según la encuesta CASEN de 2018, un 42% de las trabajadoras y trabajadores que trabajan treinta o más horas a la semana recibe menos de 346.547 pesos en Chile. Mientras que en Santiago es un 34%, en la Región de Los Lagos es un 50%. Esto nos condiciona no solo la forma en que consumimos, sino que además la forma en que ahorramos. Además, dado el perfil económico de las regiones, podemos asumir que la capacidad de ahorro previsional ha sido históricamente distinta. No olvidemos que, en La Región de Los Lagos, ha habido un proceso de "asalarización" o mayor formalidad del empleo solo en los últimos 20 años, principalmente impulsado por la industria salmonera. En materia de gobernanza, ni siquiera es posible encontrar alguna mínima lógica territorial.

El posicionamiento de parlamentarios respecto a esta discusión no ha seguido una lógica territorial que haga eco de la diversidad de las realidades regionales. Es necesario estar atentos entonces a las consecuencias diferenciadas de las actuales medidas de mitigación y de las que vendrán en materia de recuperación post-pandemia en nuestras regiones.

Ricardo Rivas, investigador Ceder