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Seguro Obrero, Humedal Santa Inés, Parque Santa Inés, El Morro y la ex cárcel Isla Teja.
Cada cual tiene un sello particular, pero comparten elementos en común de las áreas de turismo, patrimonio y comunidad. Eduardo Galaz explica: "Del conjunto es posible entender, por ejemplo, la importancia del borde río usado como lugar de contemplación y el punto para cruzar a Valdivia. Aquello de viajar 'a la ciudad' es algo que se desprende de los relatos y es curioso porque da cuenta de que la gente se sentía parte de otro lugar, que no era Valdivia. Los ríos funcionaron como carreteras fluviales para mover a la gente y a la economía de la ciudad. Era una tradición de no hace muchos años, que se perdió y que siento, ahora se está recobrando".
Vida de barrio
"Circuito Cultural Huella Isla Teja" estrenó su página web el viernes y la opción de hacer recorridos guiados con cupos limitados. Los interesados pueden consultar por disponibilidad de agenda en hola@huellaislateja.cl.
Junto con promover las historias de los vecinos y los hitos arquitectónicos y naturales, para el proyecto fueron creadas redes sociales donde además se promocionan emprendimientos y almacenes del barrio. "Hay un comercio local distinto, a escala menor, que nos interesa reforzar. Apuntamos al consumo inteligente y consciente. A que la gente prefiera lo que tiene a la vuelta de la esquina, como por ejemplo las panaderías que ofrecen un producto hecho con amor, de alta calidad y que bien puede ser mucho mejor del que se vende en los grandes supermercados. Lo mismo ocurre con la cerveza. La Teja antigua tiene una tradición gastronómica que igualmente también es parte del patrimonio", dice Galaz.
Y agrega: "Nuestro proyecto tiene como base nuestra visión de ciudad. Eso significa que al centro de cualquier toma de decisiones debe estar el patrimonio cultural y natural. Eso es y debe ser la base de todo y desde ahí se tiene que ir integrando la economía y las políticas públicas orientadas a potenciar y revitalizar los territorios. Una herramienta para ello es el turismo, que permite generar beneficios económicos, sociales, ambientales y educativos. En ese sentido, el modelo de este proyecto es replicable a otros sectores de Valdivia y otras comunas de la región".
Para 2021, la iniciativa sigue en marcha en una segunda etapa, para la que también fueron adjudicados recursos del Fondart Regional. Esta vez se crearán contenidos audiovisuales y para plataformas digitales. Entre los planes está hacer un podcast de siete cápsulas de audio llamado "Memorias tejeñas", con relatos de vecinos sobre la historia del territorio que han habitado durante toda la vida.
1874 fue el año en que un integrante de la familia Rudloff viajó al extranjero y volvió con nuevos conocimientos y tecnologías, para la creación de una verdadera industria local del calzado.
8 millones 364 mil pesos se adjudicó el proyecto para una segunda etapa, donde se reforzará la difusión. Al igual que en 2020, nuevamente financia el Fondart Regional.
20 vecinos de Isla Teja contribuyeron con información y con sus propias historias de vida, para la creación de los contenidos de la iniciativa de turismo cultural.