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La hora de las regiones, pero ¿cuándo seremos una?

El 14 de julio asumen los primeros gobernadores elegidos en nuestra historia, sin embargo, solo participó en su elección el 12,8% de los votantes en nuestra región. Así se ha cerrado un largo ciclo desde que Vicente Pérez Rosales nombrara al primer intendente Francisco Geisse Reinold en 1855 siendo el último (N°120) su descendiente directo Carlos Geisse Mac-Evoy luego de 166 años.
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Pablo Fábrega Zelada

Paul Vidal de la Blache (1845-1918) fue el creador de la 'Geografía Regional'. Para él el concepto de "Región" es un "área donde tienen lugar las relaciones entre fenómenos físicos y humanos. Unas relaciones que se prolongan a lo largo de la historia. Esta interacción entre elementos físicos y antrópicos es lo que dará lugar a un paisaje concreto". En el paradigma más postmoderno actual se habla más bien de "Territorios", los que surgen como resultado de la Memoria, de los imaginarios y de la construcción de conocimientos entre diversas comunidades (Ther 2012).

Desde el punto de vista administrativo, Puerto Montt ha sido siempre la "punta de lanza" de la elite de Santiago y ha vivido grandes transformaciones desde que se creara el Territorio de Colonización de Llanquihue (1853), luego la Provincia de Llanquihue (1861) que incluía la mayor parte de la Región de Aysén, después la Provincia de Chiloé con capital Puerto Montt (1927 a 1937), después nuevamente Provincia de Llanquihue (1937 a 1974), pero esta vez sin incluir a nuestro hermano Osorno que se transformó en provincia. Finalmente, cuando se impusieron las actuales regiones, Puerto Montt pasó a ser la capital de una vasta región que incluyó por primera vez Valdivia a pesar de que los valdivianos recuperaron su autonomía administrativa solo en 2007.

¿Cómo se han construido las provincias y luego las regiones en Chile? ¿Por qué tan pocas personas se sienten motivadas a construir sus territorios hoy?

El 18 de septiembre de 1810 un grupo aproximado de 400 criollos (descendientes directos de los españoles nacidos en Chile y dueños de la mayor parte de la tierra), decidieron formar la primera Junta de Gobierno arrojándose la representatividad de los 67.000 habitantes que tenía Santiago en ese momento. Pero, desde el punto de vista de nuestros territorios, algo que marcó la forma en que se relacionarían con el resto del país, es que también comenzaron a tomar decisiones unilaterales por el resto de las otros Cabildos que había en el Reino de Chile (800.000 habitantes aproximadamente). Así se construyó Chile, desde el centro y desde arriba.

Sin embargo, desde que se impuso definitivamente el "peso de la noche" como llama el historiador Alfredo Jocelyn-Holt al largo periodo de gobierno de los conservadores gracias a su triunfo militar sobre los liberales en la Batalla de Lircay en 1830, hubo provincias que sí disputaron el control absoluto que ejercía la elite santiaguina. La Serena y Concepción tuvieron los suficientes recursos económicos y, sobre todo, una identidad cultural propia que los hacía regiones; por ello combatieron por su autonomía hasta que fueron derrotadas en numerosos levantamientos como los de 1851 y 1859 siendo la última expresión de rebeldía frente a Santiago, la llamada Batalla de Los Loros ocurrida el 14 de marzo de 1859 cerca de La Serena.

Desde entonces ha habido otras numerosas expresiones de estos sentimientos regionales especialmente en las regiones más aisladas y empobrecidas, pero como la Historiografía Nacional (de la elite de Santiago) tampoco las considera importante, son desconocidas para casi todos como la 'Guerra de Chile Chico' (1918).

Nuestra Región de Los Lagos con sus cerca de 850.000 habitantes y sus cuatro provincias es un reflejo de esta historia nacional. Resulta muy difícil articularlas y cada una de ellas presenta características propias que se asemejan al concepto de región por separado, un ejemplo que grafica nuestra falta de identidad cultural es que muy pocas personas reconocen los símbolos de su región como la bandera y el escudo, tampoco hay un himno de la región, pero si variados símbolos de las diversas comunas y localidades.

A pesar de todo lo expuesto, hoy tenemos la oportunidad por primera vez en nuestra historia republicana, de construir región gracias a la elección realizada del gobernador regional que nos hace dejar de ser la excepción dentro de América Latina. Pero por, sobre todo, gracias al inicio del proceso de elaboración -por primera vez también- de una Constitución democrática, podremos definir qué atribuciones van a tener los gobernadores para que realmente puedan contar con los recursos económicos y las atribuciones políticas que necesitamos.

La bajísima participación en la segunda vuelta de la elección de gobernadores regionales es consecuencia directa de nuestra historia chilena centralista y autoritaria (desde el centro y desde arriba), nuestra pobre educación, las largas interrupciones de la formación en Educación Cívica, la disminución en las horas de Historia del curriculum nacional y, más que nada, a la ausencia de un relato e identidad regional en los contenidos de historia regional y de historia local en las pruebas estandarizadas nacionales (SIMCE, PTU, etc.) lo que resta toda importancia a las loables iniciativas que diversos municipios como el de Puerto Montt, han ejecutado.

Las diversas y numerosas comunidades regionales, incluyendo a la Metropolitana, podrán ahora contar con liderazgos diferentes a los de la elite de Santiago, los que deberían transformarse en liderazgos nacionales articulados. La experiencia de otros países, en donde efectivamente las regiones gozan de verdadera autonomía, es que para que esos liderazgos no se transformen en caudillismos locales es fundamental comenzar a construir Partidos Políticos o Movimientos Políticos regionales, para que el nuevo Intendente sea más que el N°121. Es la hora de las Regiones.

Con todo, este 14 de julio, cuando asuman los gobernadores regiones se dará por terminado el ciclo de los intendentes regionales, que partió cuando Vicente Pérez Rosales nombrara al primer intendente Francisco Geisse Reinold en 1855 siendo el último (N°120) su descendiente directo Carlos Geisse Mac-Evoy luego de 166 años.