Bladimiro Matamala
"Apesar de que es muy distinta la dinámica de las clases virtuales, es muy entretenido e interesante, ya que aprendo muchas cosas en cuanto a la tecnología y obviamente continúo aprendiendo en cada asignatura. Lo malo del método en línea son los problemas de conexión, ya que veo que mis compañeros y profesores hacen todo lo posible por mantenerse conectados a la plataforma, pero debido al clima, la señal y otros problemas de los mismos equipos no se puede", señaló Emely Atencio, estudiante de octavo año de la Escuela Río Negro.
La opinión de Emely confirma que la crisis producida por el covid-19 ha sido un verdadero remezón para el mundo educativo del país y la provincia. Las experiencias de aprendizaje de estudiantes a lo largo de estos meses de clases a distancia son variadas, con experiencias positivas y obstáculos.
"Es muy distinto conectarse desde casa. A veces me cuesta levantarme temprano, pero igual lo hago. Me dan ganas de hacer las clases desde mi cama, pero mamá no me deja. Dice que le debo respeto al trabajo que hacen mis profesores, por lo mismo siempre intento mantener mi cámara encendida", comenta la estudiante.
La Escuela Río Negro, como sus pares, permanece abierta para recibir estudiantes en clases presenciales, aun cuando la mayoría se conecta desde sus hogares. Sólo a principios del presente año escolar asistieron cerca de 30 alumnos y, por lo tanto, se dictaron clases híbridas: online y presenciales al mismo tiempo, pero luego llegó la tercera cuarentena. Y al retorno a la Fase 2, los apoderados ya no quisieron enviar al colegio a sus hijos, porque siguen temerosos que sean afectados por el virus. La comuna de Río Negro está en confinamiento desde el sábado 19 de junio, situación que se mantiene actualmente.
"En una situación tan extraordinaria, como la vivida actualmente, los establecimientos educativos nos hemos visto forzados a aplicar estrategias que permitan continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje de forma remota. Como escuela no estamos ajenos a esta situación y desde el 16 de marzo del 2020 comenzamos a desarrollar uno de los procesos jamás vividos como comunidad educativa", explicó la directora subrogante, María Isabel Paicil.
"Es extraño ver que estoy en clases y mi mamá está haciendo el aseo en casa o cocinando. También es distinto ayudar a mi hermano a conectarse cuando mamá debe ir a trabajar. La verdad, hemos aprendido a reinventarnos de alguna manera y ayudarnos entre todos. Siento que en este momento admiro mucho a mis profesores y me da pena cuando a veces los tildan de flojos, siendo que han triplicado su trabajo", agregó Emily Atencio.
En tanto, Agustina Duhalde, alumna de sexto básico, narró el cambio que ha tenido en su proceso formativo debido a la pandemia, donde pasó de la sala de clases a su habitación.
"Los compañeros de sala ahora son mis peluches y varios juguetes que acompañan mis mañanas de conexión online. Extraño la presencia de mis compañeros y profesores. Todavía no logro acostumbrarme y creo que lo único bueno de este modo virtual, es apagar mi cámara, ya que no siempre sigo una rutina como la de antes (eso de mi uniforme escolar y mis peinados)", manifestó la estudiante.
Reveló que algunas veces se frustra más de la cuenta. "Vivo en el campo y mi conexión es bastante lenta. Esto le pasa a muchos compañeros. Y a otros que no se pueden conectar porque simplemente no tienen los medios. Trato de cumplir con las tareas, pero no es tan entretenido como cuando iba a la escuela. Antes tenía la compañía y alegría de mis amigas y compañeros de curso. Uno de mis mayores deseos es que se termine esta pandemia y reencontrarme con ese mundo de antes. Vivir mi niñez en compañía de niños como yo", expresó.
Socioemocionales
Los directivos y profesores manifestaron que como institución también consideran de gran relevancia desarrollar aprendizajes socioemocionales en los, pues interactúan con las habilidades cognitivas, se estimulan unas a otras y aumenta la probabilidad de que los niños consigan resultados positivos integrales en el futuro.
"Mantener un vínculo importante entre familia y escuela que nos permita conocer su estado socioemocional y también las necesidades de conectividad", agrega María Isabel Paicil. Para cumplir estos desafíos, la unidad educativa cuenta con un equipo de profesionales comprometidos con el proceso de aprendizaje de sus estudiantes tales como asistentes de la educación, docentes, ingeniero en computación y equipo multidisciplinario formado por sicólogos, asistente social, fonoaudiólogo y terapeuta ocupacional.
Para la prevención del coronavirus, el plantel se integró con su coordinadora a la denominada Red Covid-19 comunal impulsada desde el Daem, cuyo rol está orientado a implementar los protocolos.