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Alimentos en el hospital
Carlos Silva (42 años) trabaja hace 20 años como encargado de bodega de la Central de Alimentación del Hospital Base, lugar donde se elabora y entrega el régimen alimentario al paciente hospitalizado, de acuerdo a la patología, condiciones físicas, requerimiento nutricional, entre otros factores.
El funcionario recuerda que ingresó a trabajar una vez finalizado el Servicio Militar cuando estaba recién casado con Eliana y esperaban a su hijo Francisco, que actualmente tiene 20 años.
"Siempre fuimos de compartir mucho con los otros colegas que trabajan en otras áreas que tienen que ver más con el funcionamiento del hospital. Acá nosotros recibimos todos los alimentos, realizamos los pedidos de lo que falta y lo que se necesita acorde a lo que indica la nutricionista que trabaja acá y las instrucciones que vienen de cada unidad clínica. Antes de la pandemia nos reuníamos con el otro colega encargado, pero ahora no nos topamos para evitar el riesgo de contagio o ser contacto estrecho, porque no podemos dejar nuestro trabajo así como así", comentó Silva.
Agregó que desde que comenzó la crisis sanitaria muchas cosas han cambiado bastante al interior del recinto, donde el uso de la mascarilla, constante lavado de manos y el mínimo contacto físico es fundamental y que cumple durante sus turnos de 12 horas al día (de 7 a 19 horas) o noche (de 19 a 7 de la mañana).
"Almuerzo solo en el casino y en mi casa también implementé medidas, ya que limpio muy bien los zapatos, me lavo las manos, cambio la ropa, es todo un ritual que a esta fecha se hizo un hábito. Esta pandemia ha sido difícil, porque también hemos sentido temor, incertidumbre, pero ahí estamos porque sabemos que nuestra labor es fundamental. No siempre nos reconocen y la verdad la gente ni imagina la cantidad de personas que trabajan acá y que hacen posible que todo funcione", dijo Silva.
Desde que comenzó la pandemia, las raciones alimenticias que preparan se han triplicado pasando de un promedio de 300 diarias a cerca de 1.200, lo que también significa un aumento en la carga laboral, algo que Carlos reconoce afecta la estabilidad emocional.
"No han sido momentos fáciles, pero también hemos sabido encontrar fuerza, ver a colegas que han estado enfermos o han perdido seres queridos nos afecta, pero si ellos están aquí dando lo mejor, nosotros también. En mi caso ha sido duro el tema de la locomoción colectiva, porque vivo en Rahue Alto y los colectivos no nos quieren traer al hospital. He tenido que llegar hasta la calle Prat y de ahí venirme caminando. El Hospital ha puesto buses, pero el punto está en la mala disposición de la gente con el funcionario de un hospital", relató Silva.
Farmacia 24 horas
En el Servicio de Farmacia de hospitalizados o farmacia 24 horas del Hospital Base se unen varias áreas especializadas que se dedican a la gestión, preparación y control de inventario y dispensación de los medicamentos necesarios para pacientes hospitalizados, en tratamiento oncológico y los que posteriormente recibirán en las farmacias de entrega ambulatoria.
En esa unidad trabaja Carla Henríquez (26 años) junto a más de 12 personas, quienes mediante turnos de 12 horas (día y noche) buscan con excelencia entregar un servicio seguro, oportuno y rápido a todos los pacientes ingresados en las distintas unidades. Para eso deben realizar la selección, adquisición, gestión, preparación, control y dispensación de miles de medicamentos diariamente.
"Comencé hace 4 años haciendo turnos de reemplazo, pero desde marzo del año pasado estoy trabajando sin pausa. Me gusta trabajar en farmacia de hospitalizados, porque es un mundo que las personas ni siquiera pueden imaginar y, claro que es una labor más bien anónima y poco conocida, pero que todos los colegas realizan con excelencia y dedicación, más aún en pandemia, donde no sólo debes tener capacidad de trabajar bajo presión, sino hacerlo muy bien", comentó la joven quien vive con sus padres, ambos enfermos crónicos.
Reconoce que en un primer momento su madre le sugirió que no continuara ligada al Hospital Base, pero para ella no era una opción, ya que tenía muy claro que es en la adversidad cuando más se necesita poner a disposición de otras personas todos los conocimientos y capacidades que posees.
"Siempre he tenido muy claro que estar en el área de salud es enfrentarse a momentos de tensión. Pero eso no quita que uno no sienta temor. Soy una mujer de fe desde donde logro tener fortaleza y mi familia es mi motor, porque acá vemos muchas cosas que son duras. Todos los que estamos aquí tenemos claridad que somos una cadena donde cada uno es fundamental y si uno falta, afecta mucho al resto de colegas y al paciente, que es lo más importante", comentó Henríquez.
Detalló que uno de los momentos cuando comenzó a evidenciar el efecto de la pandemia fue con el aumento de medicamentos para pacientes en unidades críticas, la búsqueda de stock para asegurar las dosis necesarias y la incorporación de nuevas medicinas que no estaban disponibles, pero que gracias a la gestión colectiva fue posible traer al Hospital Base.
"Cuando llegan recetas por varios días a nombres de pacientes y de pronto ya no están, siempre esperamos que sea porque se fue de alta o cambió de unidad mejorando su salud. Sin embargo, en la pandemia eran días y semanas con el nombre del paciente en su receta y de pronto había fallecido. Eso, con una frecuencia a la que no estás acostumbrada. No los conozco, pero me da tristeza porque veo el efecto de esta enfermedad", señaló la joven.
Agregó que un momento que la impactó fue ver a personal de salud duramente impactado por el covid-19, donde muchos se recuperan para volver a integrarse a sus equipos.
"La muerte de una vecina, que no éramos amigas, pero ambas trabajamos en el hospital, me marcó mucho. Ella era una mujer dedicada a su trabajo, con una vocación a toda prueba. Vivía con sus padres adultos mayores a quienes, pese a todos los cuidados, contagió y murieron los tres. Por eso hago un llamado a los jóvenes, que seamos más responsables porque tenemos un compromiso de vida. El amor se demuestra con hechos y ahora es la oportunidad. Vacúnense, aunque no crean que esto es real, háganlo por quienes aman, porque si nuestros padres y abuelos fueran los de menor riesgo y nosotros los que estamos en peligro, ellos sin duda harían todos los esfuerzos para protegernos y salvarnos", enfatizó la administrativa de la farmacia hospitalaria.