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Derrumbe de cerro pone en alerta a vecinos de ladera Schilling

AFECTADAS. La madrugada del jueves tres familias se despertaron con el ruido que generó el desplazamiento de barro y árboles. La pared de una vivienda evitó que siguiera el escurrimiento a otras casas del sector. Las autoridades tienen preparado un albergue si se requiere el traslado de los residentes.
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Sergio Silva Vásquez

Tres familias que tienen sus viviendas emplazadas en la ladera de la población Schilling a la altura de Buenavista 25 interior, entre San Pablo y San Diego, están desesperadas y piden urgente la intervención de la municipalidad o de servicios públicos para que los ayuden y puedan ser instalados en otros sectores más seguro, ante el riesgo latente que siga cayendo el cerro.

Todo ello tras el deslizamiento de árboles, lodo, sumado a residuos de pozos negros, que se deslizaron por la pendiente y quedaron finalmente a nivel de una vivienda y en otros dos hogares en los patios y accesos.

Sedimentos

"La vecina de la tercera edad fue retirada por familiares. La pared de su casa recibió todo lo que cayó del cerro y se descuadró su hogar. La tierra quedó a nivel de su techo (...) fue una madrugada de mucho miedo, porque estaba el temor que pudiera seguir cayendo el terreno... incluso hasta la casa desde donde partió el derrumbe".

El relato corresponde a María Licandeo, quien residen en el sector junto a sus hijas de 6 y 21 años. Por seguridad, la tarde de ayer se fue hacia el sector rural, ya que su hija menor tiene miedo de pasar otra noche más, por el susto a otro deslizamiento.

"Sabemos que estamos en una zona de riesgo, pero es la única parte y manera de poder vivir. No hay soluciones habitacionales y los comités se demoran y muchas veces no hemos tenido respuesta. Aquí llevo varios años y lo que ocurrió podría haber sido peor, pero gracias a Dios no fue así. Tuvimos miedo y mi hija no quiere estar acá, así que solo quedará la mayor, para evitar que puedan aparecer desconocidos a robar", expresó la vecina.

Insalubridad

Yessica Rojas tienen 34 años y vive hace unos cinco con su hijo Marco. "Es bien poco lo que podemos hacer, ya que no tenemos herramientas y nos preocupa sacar el barro y la tierra de la casa de la vecina. Pero lo más grave es el agua servida que escurre y que se mantiene, ya que eso proviene del sector alto y se vino con el barro y el sedimento que generó el derrumbe", apuntó.

Las condiciones de las familias no son las mejores y han podido mitigar el problema con la ayuda de algunos residentes, pero señalan que es bastante complicado debido a que el terreno está muy blando y caminar por lo que era su patio o sendero se hace peligroso.

"Acá nadie ha venido a preguntar cómo estamos, si necesitamos algo. Podría haber sido algo más grave (...) yo sentí un golpe en seco y se vino todo de una sola vez, se llegó a mover mi casa, pero mas afectada está la de la vecina adulta mayor. Uno con mucho sacrificio ha logrado tener sus cositas", detalló Yessica Rojas.

Los afectados no han podido salir de sus hogares o sitios dado la gran cantidad de material y sólo piden ayuda para habilitar el camino que tenían que conecta hacia calle Buenavista, dado que si bien se encuentran en medio de la población Schilling y Alday, es más