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Al maestro con cariño
El 9 de junio se cumplió un nuevo aniversario del fallecimiento del maestro Claudio Arrau León, pianista chileno mundialmente reconocido como heredero musical de los grandes de la música universal como Liszt, Chopin y Debussy. Nacido en Chillán, a los 5 años ya realizaba su primer concierto en el Teatro Municipal de esa ciudad. Fue su madre Lucrecia León, profesora de piano, quien direccionó su carrera como intérprete de piano.
En 1911 Arrau comenzó a estudiar en Alemania gracias a una beca del Gobierno chileno, donde tomó contacto con maestros de excepción como Martín Krause, discípulo de Lizst. Su virtuosismo es reconocido en muchos países, debido a la genialidad con que interpreta las obras de los genios musicales, especialmente de Beethoven, a quien lograba interpretar gracias a un cuidadoso estudio del tiempo en que se creó la obra y las características personales de su autor.
Actualmente en Chile los mayores homenajes se hacen en Chillán y en algunas Semanas Musicales de Frutillar, donde se escucha y se interpretan las obras de Arrau con la pasión que el genio imprimió en su trabajo.
En nuestra ciudad una de las escuelas municipales lleva el nombre de Claudio Arrau en homenaje al gran maestro de la música universal.
Hermosa valoración y cariño de parte de una comunidad escolar que pretende destacar al más grande de la música de todos los tiempos. Ojalá en un futuro cercano Chile aprecie y valore lo que este genio significó para el mundo de la música.
Rafael Rojas García, director de la Escuela Claudio Arrau de Osorno
Adultos mayores y covid
Pareciera que en Chile los adultos mayores se han ido visibilizando públicamente sólo en el último tiempo, particularmente con el llamado "estallido social" del 18 de octubre de 2019 y en la actualidad, debido a que la pandemia por covid 19 afecta con mayor riesgo de mortalidad a este grupo de la población.
La vulnerabilidad de las personas mayores, en especial aquellas con enfermedades graves, ha quedado duramente de manifiesto en la actual pandemia por covid-19. Aquello se aprecia no sólo por las características del virus, que hace que los mayores de 60 años, especialmente aquellos con afecciones médicas preexistentes, como enfermedades cardíacas, pulmonares, diabetes o cáncer, tengan más probabilidades de una infección grave por coronavirus, que incluso puede llegar a ser mortal, sino también por las necesidades sociales, económicas, de cuidado, acompañamiento y hasta éticas, que urgentemente requieren.
Por eso es importante atender las necesidades de los adultos mayores, desde un enfoque integral y seguir consejos como mantener la hidratación (al menos 8 vasos de agua al día), evitar el consumo excesivo de sal, privilegiar el consumo de frutas y verduras, tener una red de apoyo que pueda entregar alimentos en su puerta, en la media de lo posible exponerse a luz solar, lo que permitirá aumentar su absorción de vitamina D.
Asimismo, incluir en su rutina actividad física y desafíos mentales, como crucigramas, sudokus, puzzles.
Dentro de su rutina incluya la comunicación con personas cercanas, mediante teléfono o mensajería instantánea.
Camilo Aburto, académico Escuela Nutrición y Dietética U. Andrés Bello
Urgencias colapsadas
Las urgencias están llenas. Esta es una realidad que vivimos desde hace ya varias semanas y no es ajena al panorama habitual del invierno, la diferencia es que sabemos que hay muchas personas graves esperando a ser atendidas en sus casas, en residencias sanitarias o en centros de atención primaria (APS). Pero también muchas más que vendrán, dado el número de casos nuevos de covid-19 de las últimas semanas y todo el exceso de descompensaciones de otras enfermedades que la gente no ha tratado debido a la pandemia. Si transformamos las urgencias en un lugar para hospitalizar pacientes, no habrá donde atender a estos nuevos consultantes y muchos perderán la oportunidad de ser tratados a tiempo. Necesitamos agilizar el traslado de pacientes y dar flujo de salida a aquellos que están dentro del sistema hospitalario para generar camas libres de distinta complejidad y así disponer de camas para hospitalizar a aquellos que están esperando en la urgencia y centros de atención primaria, disponiéndolos en camas de la complejidad necesaria y con el personal capacitado para atenderlos.
Para esto podemos fortalecer la hospitalización domiciliaria, la rehabilitación en el hogar y en centros que se habiliten de menor complejidad, como estrategia de entrada o de salida de pacientes del sistema hospitalario. Generar camas UCI o disponer de ventiladores no es lo único que debe hacerse para dar una completa atención al paciente grave, debemos tener personal capacitado, camas de menor complejidad para cuando la gravedad ya haya pasado, además de otorgarles una rehabilitación multidisciplinaria, adecuada y oportuna a estos pacientes.
Marcela Garrido