Pila solidario 2.0
Nuestro pilar solidario, que fue fortalecido en la reforma previsional del año 2007, necesita una cirugía mayor, pues si bien ha logrado entregar recursos necesarios en nuestros adultos mayores, tiene un pecado original y es que muchas personas asocian que no vale la pena cotizar, pues tienen una pensión solidaria asegurada, y que toda cotización regular no la mejora sustancialmente.
Parte del argumento tiene sentido, pues el aporte del pilar solidario es decreciente a medida que la persona tenga un mayor fondo de pensión, es decir, si una persona nunca cotizó tiene el mayor beneficio monetario desde el Estado (pensión básica solidaria), el cual disminuye hasta llegar a $0 -aporte previsional solidario.
Fijar una pensión universal estándar, similar para todos, es el camino correcto hacia un pilar solidario 2.0, donde el ahorro obligatorio complemente a dicha pensión, eliminando así el desincentivo a cotizar del pilar solidario vigente.Eduardo Jerez Sanhueza
El temple de las pymes
Nunca he tenido la oportunidad de innovar ni emprender. No son solamente los recursos invertidos o el esfuerzo físico, es además la incertidumbre del fracaso que constantemente me han ido alejando de concretarlo.
Sin embargo, siempre he considerado que en los millones de emprendedores que sacan adelante nuestro país, se refleja mucho de lo mejor de nuestra gente: La valentía, la creatividad y el temple.
La valentía propia de atreverse a la derrota, de estar dispuesto a perder para triunfar; la creatividad que exige dar solución a problemas que no estaban planeados. Pero particularmente el temple de soportar las adversidades, de tolerar el fracaso, de soportar las condiciones desfavorables y sobreponerse a los problemas.
En tiempos particularmente turbulentos, en los que a las pymes los ha golpeado una crisis sanitaria sin precedente como lo fue el corte de agua masivo en Osorno, la violencia a partir de octubre de ese año y una pandemia mundial, va mi admiración y gratitud al temple de las pymes que sacan adelante nuestro país.
Carlos Oyarzún Concha
Trabajo en equipo
Hace unas semanas, el premio de arquitectura Pritzker, Alejandro Aravena, una vez más, en una entrevista comentó: "No hay nada peor que responder bien la pregunta equivocada". Estoy totalmente de acuerdo con él. Todas las entrevistas a los 155 constituyentes están orientadas a conocer sus posturas en relación con las temáticas de la futura nueva Constitución. Sin embargo, me parece que hay preguntas que necesitan ser respondidas antes: ¿cómo usted contribuirá a la generación de acuerdos?, ¿cuán abierto está usted a comprender el punto de vista del otro?, ¿qué acuerdos quiere proponer usted para favorecer el diálogo?, entre otras. La capacidad de indagar para comprender será la clave del éxito. Sin embargo, creo que cada uno está centrado en convencer al otro de su punto de vista. El equipo que nos propondrá la nueva Carta Magna ya fue elegido: me pregunto ¿serán capaces de trabajar en equipo?
Pablo Fuenzalida
El modelo de educación
Los resultados presentados por la Agencia de Calidad de la Educación, que concluyen que los alumnos no alcanzaron el 60% del aprendizaje en 2020, son preocupantes y develan una vez más la profunda inequidad de nuestro sistema y la urgencia de volver a clases presenciales. Lamentable y tristemente estos pobres resultados no nos sorprenden, porque venimos arrastrando un modelo de enseñanza y aprendizaje tradicional, y poco efectivo anterior a la pandemia, que ya estaba en cuestionamiento por sus resultados mediocres.
Concluir que las clases on line tienen efectos negativos en los aprendizajes, es una mirada miope y reduccionista. Las escuelas y colegios en Chile y América Latina han enfrentado una educación de emergencia, que poco tiene que ver con modelos educativos bien diseñados y estructurados para usarse a través de internet y a distancia, y así lograr su máximo potencial. Lo que aquí ha quedado en evidencia es que el acceso a dispositivos y a internet es la base o piso mínimo, pero en nada mejora los aprendizajes, si por un lado nuestros profesores no cuentan con las capacidades para sacarle el máximo provecho pedagógico a las tecnologías y si además nuestros niños no tienen las habilidades clave, como por ejemplo aprender autónomamente, planificar sus estudios o pensar críticamente.
Necesitamos volver a clases presenciales, pero para dar un salto más allá de las clases tipo expositivas, con bajo involucramiento y participación de estudiantes, e impulsar con fuerza para que sean más flexibles, que permitan el desarrollo del potencial de nuestros estudiantes y con modelos de enseñanza más atractivos e innovadores donde, sin duda, la tecnología es un gran factor.
Ana María Raad