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Cada una trabaja con una finalidad solidaria distinta: enfermos hospitalizados, de escasos recursos, con cáncer en etapa avanzada, adultos mayores, niños y abandonados, siendo todas iniciativas que complementan la labor de los equipos de salud en las distintas áreas como medicina, neurología, oncología, cirugía, entre otras, y contribuyen a que la hospitalización de las personas sea más llevadera.

Gracias a campañas y gestiones propias de cada organización, han colaborado activamente con la entrega de miles de pañales para niños y adultos, máquinas de afeitar, champú, jabón, aceite emulsionado, desodorante, toallas higiénicas, toallitas húmedas, entre otros artículos de aseo; además de cajas de mercadería, alimentos especiales, ropa de dormir y vestir, medicamentos, entre muchos otros insumos que requieren a diario decenas enfermos de las distintas áreas.

Igualmente, han estado en permanente contacto presencial y remoto con pacientes que reciben tratamientos en sus domicilios (principalmente con cáncer) y han facilitado artículos ortopédicos y de rehabilitación como bastones, sillas de rueda, andadores, muletas o colchones antiescaras.

Ayudar y acompañar

Doce mujeres, entre los 23 y 78 años de edad, están actualmente activas en el voluntariado Damas de Verde de la Corporación Nacional del Cáncer, cuya principal labor es apoyar directamente a pacientes y sus familias que padecen algún tipo de cáncer en las distintas etapas. Acompañan en los cuidados paliativos a quienes están ya en una etapa avanzada.

Marcia Águila (41 años), directora del voluntariado local y miembro del mismo desde hace más de 20 años, explicó que el trabajo solidario se ha duplicado durante la pandemia, pesar de no estar físicamente presentes en el recinto como ha sido por décadas.

"Ayudamos siempre en alimentos especiales, artículos de aseo, vestuario, pasajes tanto dentro de la ciudad y provincia como para quienes viajan a otras regiones para recibir algún tipo de tratamiento, entrega de pelucas y turbantes que son muy necesarios, y tantas otras cosas que un paciente con cáncer requiere. Por lo mismo, es importante entender que la pandemia no detuvo la enfermedad, más bien complicó a personas, porque son de alto riesgo y requieren más apoyo que nunca", indicó la directora.

Agregó que han mantenido contacto remoto y presencial con pacientes que conocen y otros que han sido diagnosticados durante la crisis sanitaria, ya que una de las funciones más importantes del voluntariado es escuchar y acompañar en los procesos individuales de cada persona, trabajo que en todo el país han realizado desde hace más de 60 años.

"Las voluntarias hemos estado en un trabajo activo y constante hacia el interior del hospital, donde enviamos lo que nos solicitan a través del Departamento Social del recinto y afuera con los pacientes en sus domicilios. También apoyamos a las familias de pacientes con cáncer avanzado que están hospitalizados, aunque por protocolos no pueden recibir visitas. Eso genera una angustia enorme para sus seres queridos fuera. Una realidad muy difícil para quienes están afectados por la enfermedad, hospitalizados y solos, sin ninguna red de apoyo. Ahí también estamos siempre para contenerlos en momentos que son muy duros", comentó Águila.

Marcia explica que el deseo de sumarse al voluntariado nació en la década del '90, cuando su hermana estuvo hospitalizada varios meses a causa de un cáncer de mama, donde recibió apoyo y ayuda de las voluntarias Damas de Verde de esos años.

"En los hospitales la realidad es muy difícil, más aún en una pandemia que ninguno de nosotros vivió antes. Y una forma de combatirla es a través del amor al prójimo. Actualmente falta mucho amor, que es tan necesario. Por eso los voluntarios del hospital son tan importantes, porque su única motivación es ayudar y acompañar a quienes más lo necesitan", reflexionó Marcia Águila. El contacto con las Damas de Verde es por WhatsApp +56998723282.

La necesidad es mayor

En la pandemia ha quedado demostrada la vital importancia del voluntariado que congrega personas de distintas edades, en su mayoría mujeres, unidas por la responsabilidad y dedicación con que asumen el compromiso de destinar tiempo a acciones solidarias, sin recibir ninguna remuneración económica.

Su vocación social es reforzada con la preparación necesaria para vincularse con los enfermos y enfrentar la dura realidad que se vive al interior de un hospital.

Entre las acciones permanentes que realizan en el voluntariado en directo contacto con pacientes está el acompañamiento en sus dolores físicos y espirituales, brindarles palabras de aliento o una conversación entretenida, momentos de lectura, ayudarlos en su aseo personal (baño, corte de pelo, afeitarse, etcétera), apoyarlos en sus terapias de rehabilitación, cobijar a quienes están solos o aislados de sus familias, afrontar junto a ellos situaciones delicadas durante el desarrollo de las patologías o en aquellos momentos marcados por el dolor, el deterioro físico y mental que causan a enfermedades complejas; e incluso sostenerlos en la agonía previa a la muerte.

En el voluntariado Damas de Blanco, presentes en el Hospital Base desde hace más de 30 años, participan 28 mujeres de entre 35 y 73 años de edad, todas miembros de distintas iglesias evangélicas, las que tienen como misión brindar apoyo material y espiritual a los hospitalizados en las distintas unidades.

Perla Inostroza (58 años), coordinadora de Damas de Blanco, explicó que durante toda la pandemia han estado en contacto directo con el área social del recinto, con quienes han canalizado ayuda en útiles de aseo, pañales para niños y adultos, alimentos, entre otros. Ellas poseen un contenedor habilitado como bodega en terrenos del hospital, lo que ha permitido llegar de forma rápida a los pacientes que lo necesitan.

"Sabemos que en estos tiempos hay una gran necesidad y ha sido muy doloroso no poder estar junto a los pacientes para apoyarlos físicamente, más aún sabiendo lo terrible que esto ha sido. Esto lo viví muy de cerca, porque perdí a mi hermana (69 años) por el covid, y con mucha impotencia no la pude acompañar, a pesar de llevar 11 años trabajando diariamente con enfermos. No pude estar con ella. Entonces, desde el voluntariado tenemos un compromiso que hemos seguido cumpliendo en pandemia, que es ayudar al prójimo y donde más se necesita ayuda es en un hospital", explicó la coordinadora del voluntariado que nació en 1958 en todo el país.

Explicó que los fondos para entregar ayuda provienen de la colecta anual, los aportes municipales, la cuota mensual de las voluntarias, socios benefactores, gestión propia para lograr recursos y ayuda, donaciones, campañas para recolectar insumos como útiles de aseo, pañales, entre otros beneficios.