Los masivos ataques entre Israel y Hamás han dejado como víctimas a cientos de civiles, en ambos lados de la frontera de la franja, quienes han perdido familiares y casas, mientras ven cómo la ciudad se derrumba entre millares de cohetes y bombas.

El área metropolitana de Tel Aviv en Israel fue atacada con cientos de cohetes que lanzó el grupo islamista, lo que dejó serios daños en la ciudad, calles destruidas, edificios derrumbados y provocó la muerte de al menos un niño israelí, después de que un cohete impactó contra su casa. Muchos corrieron a refugiarse en los búnkeres, pero no todos pudieron guarecerse.

En Gaza, los bombardeos han arrasado casas, al menos cinco edificios, centros comerciales y las calles se convirtieron en un montón de escombros y cráteres, mientras el temor y la rabia se apodera de los palestinos que ya lloran al menos 65 fallecidos, 16 niños entre ellos.

Madres destrozadas y multitudinarias despedidas se registraron ayer en Gaza tras la matanza selectiva de 10 comandantes islamistas.

Caída la noche en Gaza, se escucharon rezos islámicos en los parlantes que se distribuyen por la ciudad, mientras de fondo se oían disparos y la caída de bombas.

Las ambulancias recorrían las ruinosas calles recogiendo heridos, mientras el Ejército de Israel reforzaba su presencia a lo largo de la frontera. En Tel Aviv, mientras tanto las sirenas no paraban de sonar ante los ataques aéreos con cohetes.

En otras "ciudades mixtas" hubo manifestaciones durante el día, enfrentamientos con la policía (Hebrón) y en la localidad de Lod se registraron combates y peleas callejeras entre civiles, armados y desarmados, mientras la diplomacia global buscaba desactivar la crisis antes de que se convierta en guerra.