Tercer retiro de AFP
El tercer retiro de fondos del sistema de capitalización individual administrado por las AFP ha generado más de 5,2 millones de solicitudes dentro de los primeros 5 días. El retiro promedio alcanza 1,5 millones de pesos y se han pagado correctamente más de 1,7 millones de operaciones. En total, US$3.684 millones han salido de las pensiones de los cotizantes, los cuales dejarán de construir el ahorro para los periodos del cese de actividad laboral de los chilenos.
En términos generales, estos fondos se han destinado a pagar deudas, alimentación y servicios básicos, ahorro e inversión y consumo de bienes no esenciales.
Es importante considerar el trasfondo financiero en la decisión y los impactos del tercer retiro en las pensiones. Respecto a lo primero, la decisión de financiar necesidades temporales con fondos estructurales constituye una contradicción respecto a lo dictado por la teoría financiera. En busca de un equilibrio, estos capitales más profundos deben estar orientados a solventar necesidades con periodicidad similar, es decir, pensiones desde el momento del retiro o menor actividad laboral.
En relación con lo segundo, este tercer retiro asume una caída promedio del 30% en las futuras pensiones, que a la fecha ya están en desmedro, lo que genera una presión adicional a la reformulación del sistema o la eliminación de este.
No obstante, pocas iniciativas van en la dirección de mejorar las pensiones, más bien ideas sensacionalistas orientadas a resolver un problema puntual con mirada cortoplacista e intereses políticos, sin hacerse cargo del fondo. Se recuerda una vieja forma de gobernar: panem et circenses. Jaime Vera, docente Escuela de Ingeniería Comercial Universidad de Las Américas
Víctimas de los retiros
La semana pasada, el Banco Central presentó su informe de Estabilidad Financiera del primer semestre 2021, el cual mostró un interesante dato que parece haber pasado desapercibido: hoy los chilenos tienen más plata acumulada en sus cuentas bancarias que antes de la pandemia.
Principalmente, esto se debe a los retiros de las cuentas de pensiones, a los beneficios entregados por el Estado y a los bajos niveles de tasas de interés de los bancos, que han incentivado a las personas a mantener su dinero en dichas cuentas.
Muchos se preguntarán qué tiene de malo. En simple: esto podría producir presiones inflacionarias, es decir, este exceso de plata circulando podría generar que el precio de las cosas aumente y que con la misma plata de antes no se puedan adquirir los mismos bienes. Para contener dicha inflación, las medidas del Banco Central, en general, tendrían que ir en línea con relentecer la economía, lo que en periodos post crisis puede desacelerar la necesaria recuperación.
Si a esto le sumamos que quienes mantienen este dinero en sus cuentas son las personas de mayores recursos, es seguro que serán los más vulnerables quienes terminarían pagando el precio de la inflación, siendo víctimas, una vez más, de políticas mal ejecutadas y populistas de un sector de la clase política.
Renata García, economista
Mínimos urgentes
Yasna Provoste, luego de la reunión con el Gobierno, anunció que en el plazo de una semana se tendría la propuesta de mínimos comunes de la Oposición.
No obstante, vamos a cumplir dos semanas y aún no conocemos el documento. Lo anterior no es baladí, no es un simple "trámite político". Cada día adicional que se demora la oposición es un plazo vital para las pymes; las familias; y para todas las personas afectadas por la pandemia.
Por eso, si la presidenta del Senado quiere presentarse como una líder positiva, debe marcar diferencias a los liderazgos populistas y mezquinos de Pamela Jiles y Daniel Jadue, y no buscar cálculos políticos con este acuerdo, como, por ejemplo, esperar después de las elecciones para presentarlo, ya que este compromiso no es un favor para el Gobierno ni una "cocina política", es, por el contrario, un esfuerzo por hacer "alta política" en favor de todos los ciudadanos en tiempos de pandemia.
Catalina Pérez, cientista político
EleccionesLas elecciones del 15 y 16 de mayo están cada vez más cerca y las repercusiones que puede tener la elección de constituyentes son igual de grandes que la del plebiscito para cambiar la constitución.
Esperemos que, a diferencia de muchos procesos electorales anteriores, la participación sea alta y el proceso se entienda como legítimo; porque de no ser el caso esto podría mancillar todo lo que viene a futuro, cosa que está lejos de ser ideal en un momento en que la estabilidad política del país es cada vez más cuestionable.
Renato Chavarría