Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv

Crece la demanda en comedores y ollas comunes debido al frío

ALIMENTACIÓN. Con la llegada del otoño y las bajas temperaturas, más personas buscan recibir un plato de comida caliente que entregan los voluntarios que participan en estas iniciativas en distintos puntos de la comuna.
E-mail Compartir

Verónica Salgado

La llegada del otoño y las bajas temperaturas ya se hacen sentir en la comuna, lo que también aumenta la demanda de comedores sociales y ollas comunes que distribuyen un plato de comida caliente una vez al día en un lugar determinado a decenas de personas que han sido fuertemente impactadas por la crisis socioeconómica del covid-19 o no tienen un hogar establecido.

Estas iniciativas se desarrollan en distintos sectores, donde voluntarios se encargan de preparar alimentos como legumbres, cazuela, carbonada, budín, pollo, carne o pescado con agregados, pan, sopaipillas, entre otros. La solidaridad es el eje transversal, ya que operan gracias al voluntariado y las donaciones de mercaderías que reciben.

Ya el año pasado distintos organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), Organizaciones de las Naciones Unidas (ONU), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), entre otros, advertían que la pandemia del covid-19 tendría complicadas repercusiones económicas y dejará una "catástrofe humanitaria" por el aumento a nivel mundial de personas que sufrirán de hambre, no sólo en aquellos continentes afectados durante décadas por hambruna, sino también en el resto del planeta.

Según datos de la Dirección Meteorológica de Chile, las temperaturas en la zona descendieron drásticamente a partir del lunes 3 de mayo, cuando se registró una mínima de 4,2 grados Celsius a las 5.17 y una máxima de 13,9° a las 15.21; el martes la mínima fue de 0,6° a las 5.16 y la máxima de 14,7° a las 15.39; el miércoles de 0,1° a las 3 y la máxima de 11,6° a las 16.56; el jueves la mínima fue de 1,4° a las 23.57 y la máxima 11,3 a las 16.34 horas.

Comida y abrigo

El comedor comunitario Mateo 25, asociado a la Parroquia San Leopoldo Mandic, en la población Las Vegas de Rahue Alto, atiende diariamente desde hace casi 30 años, donde reparte 100 almuerzos preparados por voluntarias de la comunidad parroquial.

Si bien la demanda ha sido constante desde el año pasado, durante los últimos días se ha incrementado la cantidad de personas que llega en busca de un alimento caliente.

"Cerca de 50 personas llegan más temprano en estos días de frío para estar en un lugar temperado y sabiendo eso les damos café con picarones, sopaipillas o alguna cosita dulce mientras esperan que salga el plato de comida calentito. Muchos adultos mayores llegan con su ollita para llevarse su porción hasta la casa o familias que sabemos llevan para varias personas", dijo el párroco Felipe Fernández.

Agregó que todas las comidas son realizadas gracias a donaciones que reciben y permiten tener distintos platos como cazuela de vacuno, porotos, lentejas, carbonada, entre otros. La entrega se realiza a las 14.30 horas y en sólo minutos se terminan los alimentos cocinados por 25 voluntarios.

"Es muy necesario poder darle una ayuda de este tipo a tantas personas que por distintas razones la requieren. Tomamos todos los resguardos para protegernos del covid-19, pero en estos tiempos más difíciles es cuando más se requiere solidaridad y se agradece que siempre hay personas dispuestas a darle una mano a quienes son más vulnerables", indicó el sacerdote.

El próximo 16 de mayo cumplirá un año funcionando el comedor solidario "La Familia", creado por Miriam Fuica junto a su familia en la Villa El Rahue, de Rahue Alto. Si bien inicialmente fueron 20 raciones, poco a poco fueron aumentando hasta llegar actualmente a distribuir entre 190 a 230 raciones a vecinos que llegan de poblaciones como Carlos Condell, Vista Hermosa, Santa Rosa, entre otras, además de familias de campamentos.

"Más del 40 por ciento de quienes llegan a retirar su comida son adultos mayores que viven solos y muchos de ellos no tiene cómo cocinar, por lo que agradecen recibir esta comida. El resto son familias con niños y personas necesitadas. El año pasado tuvimos un peak de entregas en noviembre, con más de 300 raciones, porque eran muchas personas y había que responder a sus necesidades. Desde fines de marzo que estamos por sobre las 190 porciones", explicó Ricardo Barría, esposo de Miriam y cocinero.

Las entregas se realizan los martes y jueves, cuando el plato de fondo son legumbres (porotos, lentejas, arvejas, entre otros) más ensalada, postre y sopaipillas, mientras sábados y domingos las opciones pueden ser pollo, pescado con papas o arroz, fideos con carne, carbonada y otras opciones más los complementos.