Los Ríos: expertos crean la primera base de datos con 959 fallas geológicas activas
DESDE LA UACH. El trabajo que muestra estas trazas en todas las regiones del país fue validado por la comunidad científica con publicación en importante revista.
Con el objetivo de ser un aporte a la planificación territorial en cada una de las regiones del país, el Núcleo Milenio Cyclo dio a conocer una inédita base de datos que muestra la ubicación de casi un millar de fallas geológicas emplazadas dentro del territorio continental de Chile.
Se trata de una investigación desarrollada durante más de un año por la geóloga de la Universidad Austral de Chile e integrante de Cyclo, Valentina Maldonado, gracias a la cual se describe la ubicación de 959 fallas geológicas continentales -también llamadas intraplaca o fallas corticales- con posible potencial sísmico a escala nacional, algunas de ellas ya descritas en investigaciones anteriores, pero a las cuales se les agregó información de nuevas observaciones, utilizándose para ello nuevos modelos digitales de la topografía del terreno. Estas fallas se clasificaron en Fallas Probadas (78 trazas), Fallas Probables (592 trazas) y Fallas Posibles (288 trazas).
Este trabajo cuenta con validación internacional, tanto así que la mencionada investigación fue publicada en la revista Scientific Data (www.nature.com/articles/s41597-021-00802-4).
Daniel Melnick, director del Núcleo Milenio Cyclo, explicó que "aún es necesario realizar estudios más detallados de muchas de estas fallas para poder evaluar el potencial sísmico específico de cada una, por lo que se recomienda prudencia al considerar las implicancias de estos antecedentes. A pesar de esto, es del todo importante tomar en cuenta esta información para el diseño y ubicación de infraestructura crítica planificada en las zonas aledañas a cada falla".
Con todo, el investigador recalcó que Cyclo busca hacer pública esta información. Para ello, han diseñado el sitio web: www.fallasactivas.cl, donde es posible visualizar la ubicación de cada traza, de manera que sirva de insumo para la planificación territorial de cada comuna y región del país.
Sumado a esto, en julio de 2020 se entregó la base de datos a Onemi. A razón de esta vinculación, la División de Protección Civil la integró y publicó en el Visor-GRD. Por lo tanto, todos los usuarios del visor en el Sistema Nacional de Protección civil (registrados como usuarios con contraseña) tienen acceso a ella.
La investigación
Para la creación de esta base de datos fue de vital importancia el trabajo de la geóloga de la Universidad Austral de Chile, Valentina Maldonado, a través de su investigación "Fallas corticales activas en Chile: inferencias de amenaza sísmica a partir de la interpretación de su expresión superficial a escala 1:25.000".
Ella fue quien creó el catálogo de fallas corticales con señales de actividad superficiales, de formaciones recientes en particular, para señalar su actividad y una estimación o inferencia de amenaza sísmica. Para detectarlas, se usaron modelos topográficos obtenidos a partir de satélites de radar y altimetría láser aerotransportada (LiDAR) facilitados a través de convenios de colaboración con Forestal Arauco.
"Usualmente este tipo de fallas no son tan reconocidas por la gente, y podrían estar cerca de lugares poblados, generando una importante amenaza sísmica. Lo difícil es discernir cuáles de ellas podrían moverse", explicó la geóloga, quien añadió que un aspecto importante también es "definir si una falla posee cierta amenaza sísmica".
"Algunas de estas fallas continentales se activaron durante o inmediatamente después del terremoto del 27F, por lo que representan una amenaza segundaria para las zonas costeras, ya que pueden incluso generar un tsunami", indicó Marcos Moreno, director del Anillo Precursor y de la iniciativa Fondecyt Interact.
Esta base de datos constituye el primer paso para estimar la amenaza sísmica de fallas continentales a escala nacional. Ahora los investigadores trabajan en transponer las trazas de esta base de datos a fuentes sismogénicas, para lo cual se debe tomar en cuenta su geometría y extensión en profundidad, además de recolectar evidencias de su actividad sísmica en el pasado.