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para seguir recorriendo las calles de lunes a sábado para repartir cartas y paquetes a los vecinos, aunque la manera de relacionarse con ellos ya no es la misma que hace 13 meses.
Con precaución
Luis Cárdenas (58 años), cuenta con más de 40 años de experiencia como cartero, 33 de ellos recorriendo en bicicleta las mismas calles del área cercana al Hospital Base, la población Bernardo O'Higgins y alrededores, donde ha conocido varias generaciones de familias, forjando con muchos de ellos lazos de fraternidad y respeto que se mantienen incluso en tiempos de pandemia.
"Siempre me he sentido orgulloso de ser cartero. Decidí cuál sería mi oficio de por vida cuando era muy joven, porque sabía que no quería estar dentro de una oficina. Y si bien al principio pasé tres años terribles trabajando sin sueldo, finalmente en 1984 fui contratado por CorreosChile y sigo hasta el día de hoy. En todos estos años pasamos por muchos momentos difíciles, pero nada como esta pandemia que parece ser eterna", comentó.
Recordó que durante sus cuatro décadas de cartero ha tenido 3 bicicletas con las que ha realizado sus entregas. En 20 años ha sorteado los desniveles del pavimento, ha esquivado perros vagos y sumado más casas que visitar a medida que la ciudad va creciendo.
Relata que cuando comenzó la pandemia en marzo del año pasado estuvo cuatro meses fuera, como una medida de precaución, dado algunos problemas crónicos de salud de su cónyuge, pero decidió volver para cumplir con sus funciones, apoyar a sus compañeros y prestar un servicio vital a la comunidad.
"Tuve miedo porque esta enfermedad no es un chiste o juego. He sido testigo de cómo han fallecido vecinos que uno conoció durante años y de pronto ya no están, porque el covid-19 no tuvo compasión. Uso cuatro mascarillas que voy cambiando varias veces al día. Ya no nos acercamos a las personas que en su gran mayoría nos saludan desde lejos y preguntan por nuestra salud. Es un orgullo para mí, porque es el oficio al cual decidí dedicar mi vida y me ha dado todo lo que tengo", explicó Cárdenas, quien lleva casado 38 años con María Angélica, matrimonio del que nacieron tres hijos.
La correspondencia que distribuye desde hace más de 7 años dejó de ser mayoritariamente cartas, para dar paso a paquetes de compras virtuales, principalmente enviadas desde proveedores chinos. Esto también ha generado un cambio en la entrega, por el espacio que ocupan en el bolso y los datos de los clientes que ingresa en una máquina que muchas veces les juega una mala pasada al bloquearse o perder conexión.
Rodrigo Flores (63 años) también lleva la vocación de cartero en el alma. Ha ejercido el oficio durante 42 años, 28 de los cuales ha hecho su ruta caminando por el centro de la comuna.
"En este sector la mayoría es comercio y se da una relación distinta, porque la mayoría anda trabajando igual que yo, pero en general el 99% de las personas nos recibe siempre con cariño y respeto. Siempre he sido un agradecido de mi trabajo, comencé muy joven y aquí ando, en medio de una pandemia, pero siempre avanzando sin temor, aunque con mucha precaución", dijo Flores, casado desde hace 38 años con Sofía, con quien tiene 2 hijas, un hijo y 5 nietos.
Cuenta que la pandemia cambió la forma de entregar la carga diariamente, ya que en muchos edificios no entra, sólo deposita en los buzones de acceso. También marcó la distancia física, lo que también genera una barrera al diálogo que igual influye en el estado de ánimo de las personas.
"Ando con mi bolso y otro carrito donde llevo los paquetes más grandes y también tengo alcohol gel que uso a cada rato, además de repuestos de mascarillas que son una complicación, pero igual me las pongo. Me empañan los lentes y tengo que limpiarlos seguido. Y tengo guantes para situaciones más complicadas o lugares más expuestos. Es verdad que la gente al principio estaba más temerosa, pero con el paso de los meses se han ido acomodando mejor y uno también, porque igual esto es agotador mentalmente y yo trato que cada entrega vaya con un gesto y trato amable. Sacarle esas vibras negativas que genera el encierro", explicó Rodrigo Flores, quien además fue centro delantero de un equipo de carteros en un campeonato laboral por 20 años.
Nuevas generaciones
Las jornadas de trabajo son de lunes a viernes, desde las 8 y hasta las 17 horas aproximadamente; y los sábados desde las 9 y hasta las 15 horas. Cada día llegan a las instalaciones de CorreosChile, donde está la sala de distribución y las oficinas destinadas al gremio. Ahí ordenan los paquetes y sobres a entregar, según la dirección, para comenzar a repartir en terreno a partir de las 10 horas. Normalmente realizan entre 70 y 150 entregas, las que aumentan si se acerca alguna fecha especial como el Día de la Madre y la fiestas de fin de año.
Son entre 4 y 5 horas de caminar o andar en bicicleta sin parar, incluyendo la pandemia del covid-19, donde se han mantenido en terreno y operativos.
"Ellos han continuado con sus labores, cumpliendo con todas las medidas de seguridad para seguir conectando a la ciudad con Chile y el resto del mundo".
Oscar Peralta, Gerente de CorreosChile
"Siempre he sido un agradecido de mi trabajo, comencé muy joven y aquí ando, en medio de una pandemia, pero siempre avanzando sin temor, aunque con mucha precaución".
Rodrigo Flores, Cartero por 42 años