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Adiós al dr. Carlos Gassiot
Después de una vida llena de satisfacciones y preocupación por su familia y trabajo, el ciclo de vida se cerró definitivamente para el médico osornino Carlos Gassiot Schuffeneger. En su consultorio de Le Locle, Suiza, que existe desde hace décadas, Carlos trabajó con total dedicación a su profesión. Además de su capacidad como médico, se distinguió por su preocupación, humanidad y trato afable con sus pacientes.
Sus hermanos Romain y Héctor Gassiot Schuffeneger, su esposa Anne e hija Celia
Líderes para salir de la crisis
Chile, considerado durante años como un modelo de estabilidad y progreso, se ve ahora sumido en una severa crisis política , económica , social y sanitaria.
Esta aseveración, tan válida hoy, lo era también en los años 1876 a 1878, durante el gobierno de Aníbal Pinto.
La situación agrícola, producto de una grave sequía en el centro-norte del país y luego un período de inusuales lluvias torrenciales arruinaron las cosechas e incluso impidieron sembrar. Por otra parte la minería, en especial de la plata, se vio seriamente estancada producto del cambio al patrón oro en muchas economías.
Los efectos de las malas cosechas produjeron una terrible hambruna , sobre todo para las clases más desposeídas y se generó una fuerte cesantía que generó una masiva migración del campo a la ciudad.
El hambre trajo como consecuencia el auge desatado de la delincuencia que asoló el campo y las ciudades.
Debilitados por el hambre, los chilenos enfermaron y murieron por miles. La viruela diezmó la población campesina y también de las ciudades. Los hospitales y lazaretos no dieron abasto y las funerarias se hicieron pocas para trasladar a los muertos a los cementerios. Cuando se sugirió que la vacunación se hiciera obligatoria, se enfrentó el gobierno con la oposición, decididos antivacunas.
La deuda pública se disparó y la depresión económica se dejó sentir con fuerza.
El estado de cosas y la grave confrontación entre una clase política inepta y alejada de la realidad hacían predecir una guerra civil. Los problemas económicos y sanitarios no eran los únicos. Las disputas religiosas también se acrecentaron y el nivel de injurias se hizo inaceptable.
Y para colmo, Argentina animada por sus éxitos en la guerra paraguaya, inició la disputa por el Estrecho de Magallanes y la Patagonia.
Ya en 1879 , a las pocas semanas de la crisis con Argentina, que casi nos llevó a la confrontación armada, Chile terminó sumido en la Guerra del Pacífico contra Bolivia y Perú.
Bajo ese torbellino político, económico, sanitario y social, Chile entró en guerra bajo la conducción política de un Presidente sin carácter y desorientado, secundado por un Congreso igual o peor de inepto para fijar los objetivos políticos y liderar el esfuerzo militar de las FF.AA. de la época.
Solo fue el acto heroico de Prat y sus hombres, tras el Combate Naval de Iquique, lo que cambió el curso de la guerra y la historia. Chile recuperó el alma nacional, lo que le permitió ganar la guerra e incorporar valiosos territorios que trajeron riqueza y prosperidad, claro que por poco tiempo, ya que esos mismos políticos en solo unos pocos años generaron las condiciones para llevar al país a la más cruenta Guerra Civil de nuestra historia en 1891.
Sin duda que ante la difícil coyuntura a la que nos ha acarreado la actual clase política, necesitamos identificar y seguir líderes con los valores morales que Prat encarnó durante toda su vida y que dio prueba de ellos el día de su holocausto. Necesitamos líderes que nos saquen del pesimismo que cada día envuelve a nuestra nación.Reinaldo Reinike E.
Nacionalismos
Ya tenemos respuesta a la crisis sanitaria. Se han desarrollado diversas vacunas, algunas incluso con mecanismo de última generación, como suele suceder, la ciencia cumplió, pero ¿qué hacemos con la crisis de voluntad?. La pandemia nos ha revelado la profunda competencia existente entre los países desarrollados con su amplio poder económico y tecnológico, y los que detentan el llamado capitalismo de Estado, con su búsqueda velada de obtener créditos geopolíticos. Una ecuación donde indefectiblemente no caben los pobres o los que aspiran al ansiado desarrollo.
El nacionalista mesiánico no sueña que la humanidad se unirá en una gran nación, pues ninguna nación se imagina con las dimensiones de la humanidad.
Cuando la OMS declaró que al covid 19 como una pandemia global, también planteó que las soluciones debían ser compartidas con equidad como bienes públicos, lo que claramente no está sucediendo. ¿Qué pasó con los principios y valores, que tantas veces hemos declamados, en un sin número de foros o cumbres mundiales? Conceptos como aldea global, globalización o igualdad universal solo cubrieron un término que nunca ha desaparecido: el poderoso y omnipresente nacionalismo. Raúl E Astudillo Loayza, investigador U. Autónoma de Chile