Candidatos en Osorno
Se dice que cada pueblo tiene el gobierno que se merece y el caso de Osorno no parece ser una excepción. El mote de ser "aburridos y conservadores" es un estigma que no nos hemos podido sacudir con los años y nuestras autoridades y candidatos parecen encarnar a la perfección estas cualidades.
Ad portas de nuevas elecciones municipales, me atrevo a decir que nunca en nuestra historia citadina habíamos tenido candidatos tan fomes. O quizás siempre ha sido igual, sólo que ahora se hace más patente. Una vez más Osorno se debate entre las miradas conservadoras y funcionales, entre el sueño y el bostezo.
Votar por Emeterio Carrillo o por Ximena Acuña (los otros candidatos me parecen que no tienen mayores opciones) es volver a votar una vez más por el aburrimiento de quienes son incapaces de imaginar una ciudad diferente. Ninguno de ellos, ni de cerca ni de lejos, encarna, por ejemplo, la visión que pudo observarse con el movimiento social de fines del 2019. Dejando de lado los desmanes, por cierto, había allí una expresión del deseo de una ciudad diferente, más diversa, multicultural y empoderada.
Esto mismo me hace lamentar una vez más la partida de Jorge Tejeda, alguien que tenía interés en la cultura y que estaba en sintonía con los grupos que demandan una nueva mirada de ciudad. A Carrillo y Acuña los veo gobernando en la medida del statu quo osornino, tan despreciativo de su rahuismo, sin sacarle provecho al mundo popular, campesino e indígena, que es lo que también somos.
He ahí, en Rahue, un territorio que espera dormido a que le saquen partido. ¿No ha sido esa la recomendación de asesorías que ha contratado el municipio para imaginar la marca Osorno? Pero Rahue sigue siendo transparente para nuestros líderes políticos, quienes jamás se han comprometido realmente con el sector de la ciudad que está "al otro lado del río".
¿Se puede escapar del estigma de ser una ciudad para ir a dormir la siesta? Por supuesto que se puede. Pero con otros liderazgos, visiones nuevas, en sintonía con otras ideas. Y viendo la lista de los actuales candidatos a la alcaldía, no me dan más que ganas de seguir durmiendo. Así estamos los osorninos, todavía atrapados en una ciudad que se niega a salir del siglo XIX e inicios del XX. Ahí nos quedamos. Y por lo visto, ahí seguiremos.
Jaime Caucao
Semana Santa y gastronomía
Ya comienza Semana Santa, fecha donde por tradición el único menú en la mesa de la mayoría de los hogares chilenos es el pescado, más que el marisco. En general, en nuestro país, no somos grandes consumidores de productos del mar, ya que el consumo es de 13,2 kilos per cápita de pescados y mariscos anualmente, lo cual mantiene a Chile, lejos del promedio mundial de 20 kilos que ha establecido la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), considerando los 4.200 kilómetros lineales de costa, suena algo paradójico.
Las normas que permiten hacer seguro el consumo de pescado hoy resultan mucho más complejo, dado el confinamiento por masivos contagios de covid-19.
Dado el contexto epidemiológico, se deben considerar dos alternativas como opciones de menú para esta fecha: Comprar productos del mar congelados en lugares establecidos para su expendio donde para asegurar la mantención de la cadena del frío, su transporte al hogar debe ser directo y no sobrepasar una hora desde su compra; refrigerar en forma inmediata hasta su preparación.
Hacer preparaciones sin productos cárneos, como pasta rellena con ricota, verduras o mariscos; ñoquis con salsa napolitana; spaguetis con salsa pesto con nueces y albahaca; tortillas rellenas con queso fresco, aceite de oliva, ciboulette u orégano con verduras; legumbres como lentejas, porotos o garbanzos guisados o como hamburguesas; lasaña de berenjenas y quínoa (moussaka vegetariana); charquicán, hamburguesas o empanadas de cochayuyo; y un sinfín de otras preparaciones.
Claudia Rojas, académica Nutrición y Dietética, U. Andrés Bello
Amó a Dios y a su PatriaA 30 años de su asesinato, muchas pueden ser las opiniones respecto de las ideas de Jaime Guzmán, que sin duda inspiran hasta hoy las bases de la institucionalidad de nuestro país y cuyo rol fue clave en la Constitución de 1980; pero sobre lo que no debiese haber dos opiniones, es que su vida y legado es un testimonio de entrega al servicio de Chile.
En momentos históricos en que pareciera que ciertos básicos mínimos parecen cada vez más olvidados, como lo es el amor por Chile y entrega desinteresada por los demás, vale la pena recordar que el único senador asesinado amó a Dios y a su Patria.
Carlos Oyarzún Concha