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de la UST comparten diariamente con los adultos mayores que han ido llegando a inocularse, historias de vida bastante diferentes pero que están entrelazadas por el hecho de que combaten la pandemia, buscando seguridad y esperando que este mal sueño que lleva casi 12 meses termine lo más rápido posible.
Las historias de la enfermera Carolina Cerro, la técnico en enfermería Andrea Alvarado y de la adulta mayor Aurora Soto (80 años) retratan el proceso que se vive después de meses de confinamiento y temor frente a este virus, en un camino que al menos comienza a despejarse y donde esta vacunación masiva da indicios claros de que en un tiempo no lejano se volverá a la normalidad.
Satisfacción
La enfermera Carolina Cerro tiene 33 años y trabaja en el Centro de Salud Familiar Marcelo Lopetegui. Es una de las coordinadoras de este proceso de vacunación en la escuela de Arte y Cultura, donde han tenido un trabajo arduo de más de 10 horas diarias.
La profesional comenta que el año 2020 fue bastante desgastante en lo laboral y también en lo personal, porque por el hecho de estar expuestos por el contacto con pacientes pueden ser potenciales víctimas del covid-19.
"Todo esta situación nos cambió la vida, desde la forma en que tenemos que atender y relacionarnos con los pacientes hasta el extremar los cuidados con nuestra familia porque no podemos exponerlos. Hemos tenido que aumentar nuestros turnos y si bien ha sido desgastante, ya le tomé el ritmo", detalla la profesional. Incluso, su marido también trabaja en el área de la Salud.
Dijo que quizás lo más complicado de toda esta situación ha sido estar lejos de la familia para no exponerlos, sobre todo con su abuelo que es adulto mayor.
Se mostró contenta eso sí de formar parte del equipo clínico que trabaja de manera incesante en todo este proceso de vacunación, porque es la manera de poder hacerle frente a la pandemia y así se lo hacen saber las personas que ya han sido inoculadas.
"Estamos haciendo una muy linda labor en cuanto a gestión. Implementar el local para que sea centro de vacunación fue rápido por un tema de tiempo; si bien hemos tenido una gran demanda, es gratificante y satisfactorio ver a las personas llegar a vacunarse porque da muestras de que existe conciencia sobre la importancia de recibir la vacuna", comenta Cerro.
Dice que de igual manera hay gente escéptica por la vacuna, pero en el caso de los adultos mayores -indica- han llegado muy contentos a recibir la primera dosis de Sinovac. Y es que muchos la ven como la gran esperanza para mitigar los efectos del covid si es que llegasen a contagiarse.
"Ellos realmente tienen el miedo a morir por covid y por lo mismo llegan tranquilos a vacunarse, aunque igual nos hacen bastantes preguntas sobre si tiene algún efecto adverso e incluso si es que pueden beber alcohol (ríe). Eso lo preguntan bastante", reconoce la enfermera osornina, quien hizo el llamado a la comunidad a informarse sobre la vacuna y a asistir cuando les corresponda.
Experiencia
Andrea Alvarado (32 años) es técnico en Enfermería del Cesfam Marcelo Lopetegui y forma parte de uno de los equipos clínicos encargados del proceso de vacunación que funciona en la escuela de Arte y Cultura.
La funcionaria explica que durante la pandemia tuvieron que incorporar al día a día todas las medidas de autocuidado para evitar la enfermedad. Recalca que ellos están más expuestos por trabajar en el área de la Salud.
"Han sido meses complejos porque tuvimos que aprender a convivir con esta pandemia, incorporando las medidas de autocuidado y a esto se suma que la carga laboral igual aumentó. En lo personal también hubo un cambio porque también tenemos que tener cuidado con nuestras familias y el tener que restringirnos de ver a nuestras amistades", comenta.
La técnico en Enfermería, quien vive con su pareja y su pequeño hijo de 5 años, admite que le ha tocado vivir de cerca la enfermedad porque un familiar perdió la vida como consecuencia del covid-19.
"Si bien con mi tía que falleció no tenía mucho contacto, con esa situación uno le toma el peso a la pandemia y adopta las medidas necesarias de autocuidado. Eso mismo hace que este proceso de vacunación sea importante porque es la forma más concreta que tenemos para combatir esta pandemia", comenta.
Asegura estar orgullosa de poder trabajar en Salud y aportar su granito de arena en este proceso de inoculación, señalando que el mejor premio son los agradecimientos y las muestras de cariño de los adultos mayores a los que ha tenido que atender.
"La experiencia ha sido muy gratificante porque la gente que ha venido a vacunarse se siente muy agradecida. Estamos frente a un proceso que es histórico ante una de las peores pandemias que han existido y por lo mismo estoy contenta de poder ayudar y aportar con mi trabajo", remarca Andrea.
Dijo que si bien existen personas que no creen en la vacuna, el llamado es a informarse bien en canales oficiales. De todas formas, apunta, que en este proceso hay que ser solidarios para que funcione.
"Hay gente que no cree en la vacuna ni en su efectividad pero hay personas que sí. Tenemos que ser solidarios en este proceso porque entre todos debemos hacerle frente a la pandemia, por lo mismo es importante que la población se informe sobre la vacuna y sus beneficios", asegura la técnico en Enfermería.
Manifiesta que durante esta poco más de una semana de inoculación han tenido un trabajo incesante, incluso en las primeras jornadas ni siquiera alcanzaban a almorzar y
"Ellos realmente tienen el miedo a morir por covid y por lo mismo llegan tranquilos a vacunarse aunque igual nos hacen bastantes preguntas".
Carolina Cerro, Enfermera
"La experiencia ha sido muy gratificante porque la gente que ha venido a vacunarse se siente muy agradecida. Estamos frente a un proceso que es histórico".
Andrea Alvarado, Técnico en Enfermería