Osorno para no olvidar: Era como navegar por el Danubio Azul
Trumao, a orillas del río Bueno, fue un importante puerto fluvial para el envío de productos desde el Departamento de Osorno, en aquel entonces, hacia el norte y el extranjero. Los viajeros se embarcaban en el llamado "puerto Rahue", al lado del puente San Pedro, para llegar al sector. Una osornina relata los hermosos recuerdos que tiene de aquellas travesías.
Distante a 31 kilómetros de la ciudad de Osorno se encuentra el sector de Trumao o Trumag, cuyo significado en lengua mapudungun significa "suelo arenoso". En tiempos pasados se convirtió en un importante puerto fluvial a orillas del río Bueno para el envío de diversos productos del entonces Departamento de Osorno hacia los centros de abastecimiento y consumo del norte de nuestro país.
A comienzos del siglo XX fue tal su febril actividad portuaria, que se registraba la llegada de más de 100 embarcaciones anuales.
En la década de los '40 y '50, Lidia Hermosilla Lamas, por motivos familiares, realizaba viajes de manera frecuente por aquellas rutas hídricas: "Desde Osorno nos embarcamos en el muelle que estaba a un costado del puente San Pedro, que la gente denominaba el 'puerto Rahue'. Para llegar a Trumao, Trinidad o La Barra del Río Bueno lo mejor era por el río, ya que era más rápido y seguro. Los caminos en ese tiempo eran escasos y para qué decir en invierno, con tanta agua y barro no se podía transitar. Me acuerdo haber visto muchos productos agrícolas que se vendían a otras ciudades y mercadería importada que abastecía al comercio de Osorno. También iban productos al extranjero, como miel de abeja y arvejas para Alemania. Al Perú despachaban trigo y cortezas de lingue para curtir los cueros. Había mucha actividad, un ir y venir de mercaderías y productos agrícolas". 1
Lidia Hermosilla Lamas tiene muy grabado en su mente aquellos paisajes paradisiacos que se observaban en aquellas travesías: "La verdad que era como estar navegando por el Danubio Azul. Se miraban las aguas transparentes y cristalinas donde veíamos distintos tipos de peces".
"En primavera olíamos la fragancia de las flores de los árboles. Impresionaba la cantidad y variedad de árboles nativos como alerces, mañíos, raulí, tepa, maitenes por nombrar algunos. Para qué decir de esos hermosos atardeceres y la puesta de sol, un viaje de ensueño, ideal para los enamorados…me acuerdo haber escuchado a los turistas decir que estaban navegando como en el Danubio o los canales suizos. Quedaban a 'boca abierta', maravillados de la naturaleza y nos decían que ojalá nunca perdamos ese paisaje tan lindo, porque aquí hay un tremendo potencial turístico. Cuando llegábamos a Trumao, especialmente en invierno, era como llegar a Venecia, en Italia, porque al crecer el río inundaba las edificaciones, es por eso que todas las edificaciones estaban obligadas a tener pilotes. Y de Trumao a La Barra el viaje se demora como cinco horas aproximadamente". 2
Puerto de Trumao
Aquellos viajes de ensueño se desvanecieron con el tiempo porque: "El río comenzó a embancarse y ensuciarse mucho, no hubo cuidado y ese paisaje hermoso que tanto admirábamos empezó a desaparecer. Fue una pena muy grande y me sigo recordando lo que decían esos turistas, pero no les hicimos caso…". 3
Paulatinamente se fueron silenciando los vapores que con su silbato agudo anunciaban el inicio hacia Trumao y La Barra del río Bueno, de la travesía por aquellos parajes de idílica belleza, verdadero himno a la exaltación de una incomparable naturaleza prístina.
"En primavera olíamos la fragancia de las flores de los árboles. Impresionaba la cantidad y variedad de árboles nativos como alerces, mañíos, raulí, tepa, maitenes por nombrar algunos".
Lidia Hermosilla, Entrevistada en 2001