Correo
Votar con responsabilidad
A meses de una de las elecciones más importantes de la vuelta a la democracia, viviremos de forma única y exclusiva un proceso donde la ciudadanía elegirá por primera vez en Chile a quienes redactarán la nueva Constitución y es por tal magnitud que se requiere un mayor análisis de los candidatos que se postularán para escribir las bases de los pilares de nuestro Estado para los próximos 10, 15 y 50 años.
Gran parte de los candidatos son personas que se exponen a diario de manera pública en matinales, televisión y medios de comunicación, cuando la realidad de quienes pueden aparecer en estos canales de información son un grupo muy reducido.
Como también muchos liderazgos que, aunque sean destacados profesionales, expertos en materias, personas que han levantado enormes proyectos e inversiones en nuestro país, no tendrán la oportunidad de ser más populares, porque la ciudadanía chilena del siglo 21 se enfoca más en la polémica, en los problemas y también a quien arroja la solución de manera más rápida y que ojalá beneficie el bolsillo directo de la persona en la inmediatez, cuando los cambios profundos son paulatinos, responsables y poco populares.
Es por esto, que tenemos que analizar la proyección de liderazgos en las distintas elecciones que viviremos este año, desde las municipales, pasando por la convención constituyente a las elecciones presidenciales, donde no gana quien tiene mejores ideas lamentablemente, si no quien aparece más en el matinal del día lunes por la mañana.
Una triste realidad que deja de lado a grandes estadistas como el ministro de Hacienda Ignacio Briones, que pese a explicar las cosas con peras y manzanas, es juzgado por pensar en el Chile de las próximas generaciones, pero en nuestro país eso no da votos, si no críticas. Espero que la ciudadanía vote con responsabilidad y no tome estos procesos como un simple juego.
Eduardo Andrés Zuchel Muñoz
Jóvenes y medio ambiente
Desde la llegada del covid-19, los jóvenes hemos perdido la energía con la cual tanto demandamos un mejor Chile, un país que tendría como foco el cuidado del medio ambiente y ahora que nos encontramos encerrados hemos dejado de colaborar con nuestra comuna.
Muchos se han olvidado de que los grandes cambios no parten en la calle, si no desde los propios hogares, disminuyendo o eliminando el uso del plástico y así tantas otras cosas que podemos hacer para cambiar y no seguir dañando nuestro planeta.
Es hora de que los jóvenes sigan siendo agentes de cambio y que luego de un año de pandemia, nos pongamos las pilas, porque sólo nosotros podremos generar conciencia en esta problemática que nos afecta a todos y a las futuras generaciones.
Felipe Miranda
Ciudades del futuro
La bio inteligencia podría ser un concepto sugerente para hablar del cómo podríamos visualizar lo que ha de venir, siempre enfocados en mejorar nuestra calidad de vida.
Para llegar a concebir ciudades inteligentes con todas las tecnologías ya disponibles y en desarrollo sería interesante, como estado, instalar un laboratorio urbano que pueda generar experiencias y vivencias reales al respecto. Un desafío multidisciplinar que debe partir por definir esas inteligencias necesarias para su desarrollo. De hecho, debe ser un trabajo colaborativo y participativo y quizás la mayor de las inteligencias será la que necesitemos, para instalar las voluntades políticas en un año eminentemente electoral.
Como sueño de arquitectos probablemente es poder participar en la creación de un modelo de ciudad futura en que las tecnologías permitan ser mas sustentables, es decir, gastar menos en energías, pero principalmente recuperar la felicidad y la esperanza para nuestras futuras generaciones.
Cambios en la concepción del espacio público como también del habitar interior. La armonía y calidad se vuelven cada vez más importantes, seguramente seguirá aumentando el trabajo a distancia, por lo que las formas de vida en casas o departamentos tendrán que repensarse en tipologías y usos.
Así volvemos a las inteligencias que permitan usos más conscientes y coherentes de los recursos, ya sea humanos, naturales o financieros.
Lo que será realidad en poco tiempo es una revalorización de lo natural, habitar, aunque sean artificialmente construidos pequeños trozos de naturaleza y paisaje natural para reforzar un crecer acompañado y consciente frente al riesgoso mundo de virtualidad, algo deshumanizado.
Uwe Rohwedder Arquitecto y académico de la Universidad Central (UCEN)