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las sillas especiales para que puedan aumentar la resistencia, generar una carga en los músculos. Ese proceso y primera fase es la más importante", reconoce Aguayo.

Complicado

Otro de los kinesiólogos que realiza esta importante labor rehabilitadora es Jaime Jeldes (34), quien hace ocho años trabaja en el establecimiento asistencial también en el Servicio de Medicina y en la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación.

Explica que la mayoría de los profesionales del área ha sido tratante pero también paciente porque se han contagiado, por lo que tienen las dos perspectivas del virus, lo que a su juicio es muy angustiante.

"Hay una parte psicológica bien importante en cuanto a la carga emocional porque gran parte de los funcionarios están bastantes estresados por todo esto, porque además están cumpliendo sus funciones al 100% de sus capacidades. Es complicado tener que lidiar con el virus y todo lo que conlleva", indica Jeldes.

El kinesiólogo osornino asegura que su experiencia laboral en torno a la pandemia ha sido bastante compleja pero interesante a la vez, debido a que han lidiado con muchas historias en estos 10 meses de pandemia en el país.

"Nosotros no sabíamos cómo trabajar en un principio, porque desde el punto de vista respiratorio siempre estábamos más acostumbrados a enfermedades más productivas del punto de vista bronquial como manejo de secreciones, pero en este caso son súper atípicas las condiciones de los pacientes y fuimos aprendiendo de a poco. Por otro lado, teníamos pacientes de diferentes características como algunos asintomáticos y otros que llegaban en muy malas condiciones. Muchos pacientes llegaban cognitivamente decaídos por lo que a veces es angustiante ver cómo quedan y todo lo que hay que trabajar", añade el kinesiólogo.

También hay una conexión especial con los pacientes -dice- porque los atienden en muchas sesiones, entonces los van conociendo, se interiorizan de sus familia e historias de vida.

"A todos les preguntábamos cómo se contagiaron y algunos no sabían. Otros no sabían nada de sus familias, unos despertaron acá ya que venían de otro lado y no sabían dónde estaban… entonces cada paciente es un mundo aparte", admite el profesional.

Agrega que el caso que más lo marcó fue el del primer paciente que tuvieron con covid. Se trató de un adulto mayor de Francke que estuvo en la UCI por un síndrome neuropático por inmovilidad, lo que lo dejó con varias secuelas.

"Fue el primer paciente que tuvimos y trabajamos bastante con él. Veíamos que estaba emocionalmente muy afectado porque era una persona activa y que de un día para otro quedó en malas condiciones. Están los casos de pacientes que llegaron por ejemplo de Santiago o Calama, que también me marcaron porque estaban solos y nunca antes habían estado en el sur", precisa.

Sobre su experiencia como víctima de covid, detalla que su caso fue leve, aunque igual tuvo neumonía. "Nos hicimos exámenes después de esto y la mayoría tuvimos neumonía o algún problema pulmonar; es raro, porque la mayoría no tuvo grandes síntomas pero a la hora de hacernos exámenes sí se mostraban daños pulmonares. Eso sí, igual hubo colegas que sí estuvieron hospitalizados, con licencia, y en mi caso aún no recupero bien el olfato y ya han pasado 4 ó 5 meses desde que tuve covid", indica.

Asegura que la comunidad no le ha tomado bien el peso a los riesgos y costos que significa contraer esta enfermedad e indica que hay que vivirlo de cerca para que se pueda tomar mayor conciencia.

"Nos hicimos exámenes después de esto y la mayoría tuvimos neumonía o algún problema pulmonar; es raro, porque la mayoría no tuvo grandes síntomas "

Jaime Jeldes