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Díaz y Jaime Jeldes, quienes contaron su experiencia laboral pero también personal en todo este proceso de rehabilitación que ha sido bastante duro y a veces triste por ver el sufrimiento de sus pacientes: No obstante también tiene un lado positivo, al constatar el avance de aquellos que sortearon el coronavirus y siguen en pie por ganar la batalla.

Maritza Díaz (34 años) es una profesional osornina que desde 2014 se desempeña como kinesióloga en el Hospital Base San José de Osorno. Comenta que hasta antes de la pandemia trabajaba en el Servicio de Medicina, pero con la emergencia sanitaria se integró como parte del equipo del área covid.

Aprender

"De primera tuvimos que informarnos porque todo el tema del covid era desconocido. Tuve que leer estudios y en lo práctico volver a retomar el tema respiratorio, capacitarnos en la instalación de ciertas máquinas específicas, más el trabajo de la rehabilitación cardiopulmonar para los pacientes que son afectados con el virus con tal de que se vayan de alta en mejores condiciones físicas", detalla la profesional.

Agrega que todos los pacientes que egresan de la UCI o UTI deben ser atendidos por ellos, aunque también hay otros que llegan directo de la urgencia y el promedio diarios de pacientes que deben atender son 10 aproximadamente.

"La principal complicación con la que llegan es por la falta de aire, así que debemos ver la oxigenación y la desaturación, que eso hace que estén principalmente acostados todo el día y después, cuando mejoran, con el paso de los días uno los quiere levantar y ya están cansados. En ese punto hay que hacer un trabajo de sentarlos, levantarlos de a poco, todo a tolerancia del paciente", comenta la kinesióloga osornina.

En lo personal comenta que dentro de las situaciones más fuertes que le ha tocado vivir es el ver cómo han llegado pacientes desde otras ciudades del país que, literalmente, han despertado en Osorno sin siquiera saber por qué decidieron trasladarlos.

"Hace meses cuando trasladaban pacientes de Santiago o de otras ciudades fue fuerte, porque despertaban en la UCI en Osorno. Después, debido a la larga estadía iban perdiendo fuerza y con ellos había que empezar de cero porque teníamos que ayudarlos para que pudiesen caminar y moverse. En este tipo de pacientes el trabajo implica un tiempo aproximado de tres meses. Ellos llegaron con lo puesto, nada más que un pijama y acá se les dio por ejemplo zapatillas, pijamas, útiles de aseo, ropa con la que se fueron. Uno conversaba con ellos todos los días y veías los cambios emocionales que tenían, ya que algunos incluso tenían depresión. Fue entre triste y alegre cuando se fueron de alta. Muchas veces nosotros hacíamos de nexo con la familia a través de videollamadas para que se pudieran ver después de meses", expresa la kinesióloga.

Maritza cuenta que en lo personal ha tenido un cuidado extremo con sus familiares cercanos, dado el hecho de trabajar con pacientes que tuvieron covid porque sabe que ante cualquier descuido se puede contagiar ella y, de paso, a la familia y amigos.

"Con mis padres igual he mantenido cuidado. A veces cuando nos tomamos el examen un día viernes y está negativo voy y los visito con mayor seguridad, siempre manteniendo el protocolo de seguridad. También les digo o les refuerzo que se cuiden", reconoce.

Agrega que para los profesionales de la salud es frustrante que algunos no crean en esta pandemia o que digan que en el hospital no se hace nada, porque ellos más que todos saben cómo es la realidad de la gente que está sufriendo por la falta de aire o muriendo.

"Uno está todo el día trabajando en el hospital y dando lo mejor, por lo que da impotencia que exista gente que no se esté cuidando. No saben lo frustrados que nos sentimos cuando llega mucha gente que nunca creyó o que son irresponsables con sus familiares que son crónicos y no le toman el peso a cuidarse por ellos", explica.

Experiencia

Otro de los funcionarios que también trabaja en esta unidad es el kinesiólogo Manuel Aguayo (38), quien hace ocho años se desempeña en el Hospital San José. Indica que siempre le ha gustado trabajar en el área pulmonar, pues es un mundo que le apasiona porque además es deportista.

"Así como los médicos usan fármacos, nosotros usamos ejercicios. Como kinesiólogo, a diferencia de otras profesiones, uno selecciona cada ejercicio para cada tipo de paciente", especifica.

Aguayo asegura que hasta antes del covid trabajaba en otra unidad realizando rehabilitación pulmonar a domicilio a través del programa Hospitalización Domiciliaria, pero ya con la pandemia se integró a esta área que atiende a pacientes que quedaron con secuelas producto del virus.

"Ha sido muy complicado el trabajar con pacientes que han quedado con secuelas por el covid, pero también representa un muy buen desafío para nosotros como profesionales. El tema de la rehabilitación pulmonar es uno de los desafíos para este año, sobre todo porque aquí va a haber mucha gente enferma y si uno no tiene un buen entrenamiento a nivel profesional los pacientes van a quedar con secuelas; entonces más allá de lo farmacológico, la batería de ejercicios que tenemos los kinesiólogos es amplia y abarca cada fase, porque la rehabilitación es un proceso que va de la nada, de un proceso en el cual el corazón está desadaptado debido al tiempo de la hospitalización y todo eso genera una alteración en el cuerpo. Entonces para cada fase hay un tipo de ejercicio", dice.

Él ve diferentes áreas de la rehabilitación de los pacientes como kinesioterapia respiratoria, kinemotora simple y la rehabilitación integral, donde se pueden realizar diferentes ejercicios como caminar, en una pedalera, bicicleta, rutinas con o sin oxígeno, entre otros.

Comenta que la mayoría de los pacientes que debe atender son adultos de entre 30 hasta más de 90 años. "Esta enfermedad es muy extraña porque hay casos curiosos como el de una abuelita que tenía unos 97 años con fibrosis pulmonar y se fue caminando, mientras que hay personas que son más jóvenes y lo pasan muy mal", detalla.

Añade que también fue víctima del covid-19 cuando se registraron contagios dentro del hospital: "estuve tres semanas en cuarentena, pero por suerte no me pasó nada grave y logré retomar mis actividades diarias rápidamente, pero aun así estuve con sensación de resfrío, tuve una neumonía, dolor de cabeza, tos, me cansaba mucho, mi frecuencia cardiaca estaba alta".

Precisa que su pareja es enfermera y tiene dos hijas, pero ninguna se contagió. Añade que un colega ha tenido dos veces la enfermedad, pero los exámenes siempre fueron negativos.

Sobre el proceso de rehabilitación de pacientes que tuvieron covid, varía de las secuelas y la gravedad de ellas. "Depende mucho de cómo salió el paciente, pero si tuvo una neumonía importante, lo primero es lograr que el paciente se pare y camine. Cuando tiene un estado de conciencia bueno y no quedó con secuelas, pueden ser dos semanas con un buen entrenamiento y luego irse a la casa, pero con tareas para que las sigan desarrollando. Para realizar una rehabilitación minuciosa conseguimos

"Muchas veces nosotros hacíamos de nexo con la familia a través de videollamadas para que se pudieran ver después de meses"

Maritza Díaz

"Como kinesiólogo, a diferencia de otras profesiones, uno selecciona cada ejercicio para cada tipo de paciente"

Manuel Aguayo