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Alteración en una proteína explicaría algunos casos de infertilidad masculina

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La perturbación en la modificación de una proteína explicaría ciertas formas de infertilidad masculina, ya que podría afectar la manera en la que los espermatozoides se dirigen hacia el óvulo, señaló un hallazgo de científicos alemanes, franceses e italianos publicado en la prestigiosa revista Science.

La investigación reveló una nueva causa de infertilidad masculina al mostrar que, si no se produce esta modificación en la proteína (tubulina), los espermatozoides "nadarán" en círculos.

El estudio fue realizado en conjunto por científicos del Instituto Curie (París), el Instituto Max Planck de Biología Celular Molecular y Genética (Dresde, Alemania) y el Centro de Estudios e Investigación Europeo Avanzados (Bonn), así como la Universidad de Bonn, el Instituto Cochin en París y el Human Technopole de Milán (Italia).

"El núcleo del flagelo de los espermatozoides está compuesto por microtúbulos, junto con decenas de miles de diminutos motores moleculares, llamados dineínas, que permiten doblar rítmicamente estos microtúbulos para propulsar y cambiar la dirección del espermatozoide", explicó el jefe del estudio, Sudarshan Gadadhar, del Instituto Curie.

"En ausencia de glicilación (como se denomina a esa modificación enzimática), se descoordinaron y, como resultado, de repente vimos espermatozoides nadando en círculos", agregó el biólogo.

Para llevar a cabo la investigación, los científicos crearon ratones que no pudieran realizar esta modificación de la proteína, tras lo que observaron defectos funcionales en su esperma que conllevaron a una reducción de la fertilidad.

"Dado que se sabe que los ratones son extremadamente fértiles, un efecto similar en los humanos podría conducir a la esterilidad masculina", dijo otro participante del estudio, Carsten Janke, del Instituto Curie.

Además, el análisis "abre la puerta a una comprensión más profunda de múltiples enfermedades, como problemas del desarrollo, cáncer, renales o trastornos respiratorios y de la vista", indicó otro de los autores, Luis Álvarez, del Centro de Estudios e Investigaciones Europeos Avanzados.

"labstars" de revista science

Portada

El análisis sobre la causa proteíca de la infertilidad masculina ayer fue portada de la prestigiosa revista Science, fundada en 1880, en Washington, Estados Unidos.

Simulación animada

El jefe de la investigación, Sudarshan Gadadhar, publicó en su cuenta de Twitter (@Sudiya14) animaciones sobre cómo varía el comportamiento de los espermatozoides.

Documentan por primera vez a dos "jirafas enanas" en Uganda y Namibia

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Científicos de la Fundación para la Conservación de Jirafas (GCF) documentaron por primera vez la existencia de dos jirafas enanas en Uganda y Namibia, ambos países africanos. La organización trabaja para la supervivencia de estos animales que, en el caso de los nuevos ejemplares, son producto de malformaciones esqueléticas.

Una de las jirafas enanas, apodada Gimli por los investigadores en honor a un personaje enano de "El Señor de los Anillos", vive en el Parque Nacional Murchison Falls en Uganda, y la otra, Nigel, en una granja privada en el centro de Namibia.

Ambos animales, según un artículo publicado la página científica BMC Research Notes, sufrirían algún tipo de displasia esquelética, denominación que engloba los trastornos genéticos que afectan al crecimiento de los huesos y cartílagos, especialmente de la cabeza, columna vertebral, brazos y piernas.

"Los casos de animales salvajes con este tipo de displasias esqueléticas son extraordinariamente raros", confirmó el autor principal del estudio, Michael Brown, becario postdoctoral de la GCF y del Instituto Smithsonian de Conservación Biológica, en Estados Unidos.

Mediciones

Usando técnicas de fotogrametría digital láser, los investigadores midieron las extremidades de las dos jirafas enanas: la longitud del cuello, los huesos de la parte superior e inferior de la pierna (radio y metacarpiano) y el tobillo (falange).

Así descubrieron que la jirafa hallada en Uganda tenía huesos metacarpianos y radiales más cortos, pero un cuello mayor para una jirafa de su edad; mientras que la jirafa de Namibia tenía tanto el metacarpiano como el radio y el cuello cortos.

"Si bien el agricultor de Namibia había observado a Nigel con regularidad a lo largo de los años, fue sólo después de nuestras observaciones que se dio cuenta de que Nigel no era una jirafa adolescente, sino un macho completamente desarrollado", explicó Emma Wells, coautora del estudio.

Por ejemplo, la falange de la jirafa de Namibia mide 15,8 centímetros frente a una longitud media para esa población de 21,2, según los resultados del estudio, mientras que los dos animales exhibieron dimensiones metacarpianas más cortas que la media (65,1 centímetros) con 52,35 Gimli, y 50,89 Nigel.

Paradójicamente, la longitud del cuello de la jirafa de Uganda (146,13) superó la media poblacional de jirafas no adultas (135,21), en oposición a su par de Namibia cuyo cuello mide tan sólo 101,15 centímetros.

Hallan más rastros: el agua fue traída por meteoritos a la tierra

VIDA. En la etapa de formación del planeta, un tipo de rocas espaciales conocidas por su capacidad de albergar agua habrían traído este elemento al planeta desde las órbitas de Marte y Júpiter y, por consiguiente, el desarrollo de la vida.
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Efe

Químicos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC) y el Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) dieron a conocer nuevas pruebas de que una clase de meteoritos, conocidos como condritas carbonácea, trajeron el agua a la Tierra en su período de formación, es decir, la vida.

Los científicos explicaron que las condritas carbonáceas contienen minerales capaces de retener agua y materia orgánica, los que podrían haber tenido un papel importante en el enriquecimiento de estos componentes en la Tierra primitiva.

El investigador de la UAB Albert Rimola recordó en entrevista a con la agencia de noticias Efe que, según una de las tesis actuales, "estos meteoritos podrían haber facilitado el transporte de estos compuestos que se acumulaban en las regiones externas del llamado disco protoplanetario -área circular alrededor de una estrella, con una alta concentración de materiales -, a partir del cual se formaron los planetas del sistema solar hace más de 4.500 millones de años".

"Hay un gran debate sobre el origen del agua en la Tierra. Un paradigma postula que gran parte del agua proviene de cuerpos asteroidales externos, como cometas y meteoritos, que llegaron a la Tierra una vez esta ya estaba formada", agregó Rimola, señalando además que "otro paradigma sostiene que la Tierra fue formada por cuerpos rocosos ya ricos en agua y que, por tanto, el origen del agua es intrínseco a la formación de la Tierra".

El químico explicó que las condritas carbonáceas son meteoritos que provienen de cuerpos que no se fusionaron con los planetas, pero que se formaron en las mismas zonas del disco protoplanetario donde se formaron los cuerpos que sí dieron lugar a los planetas.

"Por tanto -agregó Rimola -, las condritas son un legado fósil de la creación de los planetesimales (semillas de los planetas, cometas y meteoritos) que aportan información de primera mano sobre los procesos de agregación de los primeros bloques formativos de los planetas, pero también para identificar procesos que pudieron suceder en el mismo disco protoplanetario".

En el estudio, los investigadores analizaron meteoritos de la familia de la condritas carbonáceas pertenecientes a la colección Antártica de la Nasa y de rocas encontradas en Murchison (Australia, 1968) y Renazzo (Italia, 1824).

Rimola precisó que "los cálculos revelan que billones de toneladas de condritas carbonáceas pudieron llegar a la Tierra hace 3.800 millones de años, coincidiendo con el llamado 'Gran Bombardeo', momento en que la Tierra recibió una cantidad desproporcionada de meteoritos, debido a una desestabilización gravitatoria del cinturón principal de asteroides (ubicado entre las órbitas de Marte y Júpiter)".

El estudio, además, apunta que la presencia de agua en las condritas carbonáceas "pudo activar reacciones químicas que dieron lugar a la formación de moléculas orgánicas complejas, que pudieron ser importantes en la evolución química primordial que dio lugar en última instancia la aparición de la vida".

1824 data una de las rocas condritas carbonáceas con que fue hecho el análisis, encontrada en Italia. Otras pertenecen a la Nasa.

3.800 millones de años