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Todo esto empezó como una sorpresa que el padre quería regalar a Natalia, de 2 años en ese entonces y a su sobrina, de 3. En esa oportunidad, pasaban las festividades en el domicilio de su suegra en Ovejería Alto, por lo que decidió impresionar de una manera diferente a las dos niñas.

"En el trabajo que realizaba en aquel entonces yo me vestía de viejo pascuero. Ese día se me ocurrió usar el traje y armé todo un show. Mi suegra las sacó a pasear y en ese momento 'el viejo pascuero' subía caminando y ellas lo vieron. Al caminar por la calle, iba con mi campanita y empezó a salir la gente, di la vuelta completa y me encontré con que muchos salieron a saludar, terminó siendo algo muy novedoso", contó.

La idea se comenzó a masificar y, con ello, el recorrido se amplió; la próxima navidad recorrió todo el sector y los 4 años siguientes hizo el trayecto por Rahue Alto, Francke, entre otras zonas de la ciudad. Después de ir a tantos lugares, decidieron fijarlo en su hogar, una iniciativa que su esposa y sus dos hijas apoyaron y complementaron con arreglos.

Para Riffo no basta con la ornamentación con la que cuentan entre el 1 de diciembre y el 7 de enero. El 24 de diciembre todos se disfrazan, ambientan con música y, con la llegada de la medianoche, la figura del pascuero, que sube una escalera en su antejardín, "cobra vida".

"En un momento determinado yo me subo, me coloco en la escalera y se sorprenden los niños. Otras veces vamos en un carro, así hemos variado distintas cosas para darle emotividad al tema de la llegada. El pascuero está entre las 23 y las 00 horas, de ahí se retira, así que todos se sacan fotos, hay algunos papitos que traen sus regalos o me los vienen a dejar con anterioridad para entregárselos", manifestó.

Aunque en el pasaje donde habita era extraña tanta iluminación, poco a poco los vecinos se sumaron a esta magia. Incluso, el año pasado acudieron unas 600 personas a las afueras para ver el espectáculo y pasar un rato distinto.

Este 2020, producto de la incertidumbre de la contingencia sanitaria, Riffo dudó incluso en decorar. Su familia no sólo lo incentivó, sino que buscó la manera de acercar a la gente sin salir de sus casas. Por ello, el 24 de diciembre transmitirán la rutina anual a través de la página en Facebook de "La Casa del Viejito Pascuero". "El mejor regalo que hemos logrado es ver sonreír a los niños, ver la carita de alegría, su felicidad y a los padres disfrutando, aunque saben que soy yo", recalcó.

Regalo a los niños

En una vivienda de calle Los Limoneros, en el sector de Francke, la risa de los niños impregnaba los espacios en Navidad. Allí, donde habita Rosa Lobos, varios de ellos derivados del Tribunal de Familia al Sename conocieron el sentido de las fiestas en medio de galletas, regalos y la iluminación.

Durante 30 años, en estas celebraciones disfrutaron de todos los elementos que su propietaria dispuso para entretenerlos. Lobos, quien vive con su pareja y su hijo, no contará con esta compañía adicional por primera vez, debido a que el programa de acogida del que formaba parte pasó a licitación y quedó a cargo del Coanil, cuyo objetivo ahora es reforzar el vínculo entre los menores y sus parientes de origen.

"Es la primera vez que lo voy a hacer sola, igual los echo de menos. Ellos salían con galletas, pan de pascua a ofrecerles a los que venían a sacar fotos, todos se amontonaban. Venían a buscar sus regalos y ahí estaban", dijo.

Relató que la idea surgió buscando compartir con ellos, debido a que la mayoría nunca había tenido una oportunidad similar. Cada uno participaba en el proceso de arreglar el inmueble, un trabajo en equipo que dejó grandes recuerdos para todos.

"Los días más felices ocurrieron junto a mis chicos, porque sus caritas estaban llenas de alegría, era como su casa y nunca lo habían visto. Como eran niños de escasos recursos y los veía tan felices, iluminaban todo", aseguró.

La dueña de casa inicia las labores de adornar los primeros días de diciembre. En vista de lo impredecible del clima en Osorno, diariamente repite la tarea de guardar los renos, un carro y un viejo pascuero para evitar que sufran daños durante la noche.

El gran empeño que le pone a esta actividad le llevó a obtener el segundo lugar en el primer concurso de ornamentación de hogares que llevó a cabo la municipalidad en 2014. Junto con otra vecina, tratan de darle una imagen diferente a la calle, lo que atrae a muchos curiosos para tomarse fotografías. "Uno nunca lo tuvo cuando era niña porque no eran frecuentes estas cosas tampoco. Se ve linda la casa, me da gusto", enfatizó.

Reencuentro familiar

En la población Bernardo O'Higgins, donde reside una gran cantidad de adultos mayores, adoptaron la costumbre de embellecer sus viviendas durante los festejos navideños, así como de compartir entre vecinos de calle Los Lirios y Las Anémonas.

Uno de ellos es Hipólito Vásquez, presidente de la Liga Deportiva Recreativa Osorno del Adulto Mayor, quien tomó la inspiración de un viaje que hizo a Linares hace diez años. En esta comuna de la Región del Maule es frecuente ver la decoración con luces y figuras a escala real, por lo que decidió replicarlo regularmente los 18 de diciembre.

De allí contactó a un amigo dedicado a la construcción, con experiencia en fierro, para el diseño de un carro con los renos, de 3 metros de largo; una luna en cuarto creciente, una estrella de seis puntas, dos árboles pascueros con luces, un pesebre, entre otros. Con el propósito de ahorrar, compra las luces con un año de anticipación, aprovechando las ofertas del comercio los días previos a la navidad.

"Esto ha hecho que los vecinos también se preocupen e instalen luces. Venía mucha gente a mirar, a recrearse, los papás con sus hijos. Yo les facilito que pasen acá al interior a tomarse fotos con el viejito pascuero", manifestó Vásquez.

En paralelo a esta tradición navideña, tratan anualmente de elaborar una celebración especial para unos 35 niños de los dos pasajes, aunque en la planificación estipulan unos 100 paquetes de dulces en caso que lleguen otros.

Entonces, instalan una mesa larga, conversan, traen un cantante y un viejito pascuero para hacer amena la velada de fin de año.