"La Convención Constitucional no puede estar representada sólo por gente del mundo urbano"
El secretario de Estado dice que le gustaría aportar y que se encuentra en un proceso de reflexión.
Este lunes, en la inauguración del Encuentro Anual del Agro (Enagro), dos fueron los temas centrales sobre los que se reflexionó: la situación en La Araucanía y el proceso constituyente. Esta última es una tarea de la que el gremio no quiere estar ausente. Ni tampoco el ministro de Agricultura, Antonio Walker, quien indicó que está disponible para ser parte de la Convención Constitucional.
En los últimos días, junto con preocuparse de los efectos de las restricciones sanitarias en el campo, del abastecimiento de las ciudades, del aumento en los precios de algunas frutas y verduras, de la recuperación del ritmo exportador y de desarrollar una guía del autocuidado para el sector agrícola frente al coronavirus, Walker ha estado pensando en ser uno de los convencionales que redactarán la propuesta de una nueva Constitución.
-¿Va de candidato, ministro?
-Primero, debo decir que soy ministro hasta el día que el Presidente lo diga. Estoy motivadísimo en este ministerio. Han sido dos años y medio realizadores y haber recorrido Chile tres veces y representar un sector ha sido una experiencia muy importante. Lo primero es estar aquí y mi misión hoy es esa. Se inicia un proceso constituyente donde creo que la agricultura y el sector rural, el mundo rural, deben tener una opinión. El desafío es tremendo, es construir la casa de todos, la casa común, es hacernos cargo de escribir una nueva Constitución para los próximos 50 años. Dicho lo anterior, creo que siempre hay que estar disponible donde uno pueda servir mejor a su país. Y aquí se inicia este proceso histórico, muy importante para el futuro de Chile, en el que a uno le gustaría aportar y por eso estoy en un proceso de reflexión.
-¿De qué manera debiera estar representada la Agricultura en la Convención Constitucional?
-Es muy importante que esté bien representada, porque Santiago no es Chile y nuestra consigna ha sido escuchar al mundo rural. El mundo rural es el 30 por ciento de Chile. No es menor. Estamos hablando de que el mundo rural tiene una cobertura del 83% de la superficie territorial, hay seis millones de personas vinculadas directa o indirectamente, hay 263 comunas, entonces la Convención Constitucional tiene que estar representada por gente que habite el mundo rural, que habite su localidad, su territorio. No podemos estar representados sólo por gente que venga del mundo urbano. Es la primera distinción, porque el mundo rural es mucho más que la agricultura, son las tradiciones, culturas, es una forma de vida que representa a muchos chilenos. Entonces, el llamado es a que ojalá que tengamos muchos constituyentes que vengan de este mundo rural que ha sido muy postergado. La brecha entre el mundo rural y urbano es muy grande. Por eso tenemos que trabajar por acortar y zanjar esa brecha en términos de salud, de vivienda, conectividad, infraestructura, educación. Hay una gran oportunidad acá. Espero que haya mucha gente de regiones que participe, y espero que haya de la que habita en el mundo rural.
-¿Y qué temas debieran incluirse en el debate constitucional que tengan relación con la agricultura?
-Además de todos los derechos sociales, el tema del agua, un tema que vamos a tener que tocarlo, porque el Código de Aguas viene del año 81. Entonces, son todos debates donde tiene que participar la ciudadanía y, mientras más representativa, más consensuada sea la Constitución, más legitimidad va a tener. Por eso creo que todos tenemos que estar disponibles para construir esta casa común.
-En Enagro fue tema el proceso constituyente. ¿A dónde apuntan los gremios?
-Fue una muy buena la señal la que se dio en Enagro, porque se habló mucho de la Araucanía y de esta escucha activa al mundo rural. Nosotros, como personas que vivimos en regiones, que vivimos en el mundo rural, donde se desarrolla la agricultura, tenemos la oportunidad de tener una voz y voto que no hemos tenido. El llamado que se hizo fue justamente a aprovechar esta construcción de la nueva Constitución.
-Hace poco calificó de "héroes" a los agricultores por su rol en la pandemia. ¿Cuánto ha golpeado la crisis sanitaria y económica al sector?
-Cuando partió la pandemia nosotros decretamos a la agricultura como una actividad esencial, y gracias a eso pudimos elaborar rápidamente los protocolos y los instructivos para que la agricultura no pare de trabajar. La respuesta de los 300 mil agricultores del país, donde el 93% de ellos son pequeños agricultores, fue inmediata, y la asistencia de los trabajadores fue de un 90 por ciento. Yo los he calificado de verdaderos héroes anónimos porque la verdad es que ellos no son noticia, pero las chilenas y chilenos se han podido alimentar gracias a su trabajo y gracias a lo que hicimos en el Comité de Abastecimiento. Uno cuando llegaba a los campos veía el lavado de manos, el uso de mascarilla, el distanciamiento, la desinfección de vehículos, la toma de temperatura. Por eso en Chile nunca faltaron los alimentos.
-¿De qué manera el Cambio climático está afectando a la agricultura nacional? Las viñas están cada vez instalando sus plantaciones más al sur…
-Así es, cada 10 años la zona agrícola se desplaza 100 kilómetros hacia el sur. En el sur las temperaturas son más moderadas y la otra condición es que tiene buenos suelos y más agua disponible, entonces hemos visto cómo se ha ido trasladando la agricultura hacia el sur. Ya lo estamos viendo muy potente, nunca hubiéramos pensado que en La Araucanía se llegara a las 260 mil hectáreas de siembra, que pueda haber 20 mil hectáreas de frutales. Este fenómeno implica un cambio de mentalidad, introducir tecnología. Es una reconversión y el ministerio está ayudando a través del Indap (Instituto de Desarrollo Agropecuario) con asesoría técnica, financiamiento y también formando alianzas productivas para ayudar en esa diversificación. Hasta en Chile Chico ya tenemos cerca de 250 hectáreas de cerezas que van al resto del mundo. Estamos con una fruticultura que va desde el desierto más árido del mundo a la Patagonia, y las proyecciones son cada día mayores.
"Cuando llegaba a los campos veía el lavado de manos, el uso de mascarilla, el distanciamiento, la desinfección de vehículos, la toma de temperatura. Por eso en Chile nunca faltaron los alimentos".
"Siempre hay que estar disponible donde uno pueda servir mejor a su país. Y aquí se inicia este proceso histórico, muy importante para el futuro de Chile, en el que a uno le gustaría aportar".
Inédita apertura a productos halal
-Hace poco se firmó un acuerdo con Indochina. ¿Qué significa para nuestra economía y qué otros mercados están en carpeta? -Todas estas aperturas de mercados generan empleo, porque implican aumentar plantaciones. Queremos estar en China, porque tiene más de mil 300 millones de habitantes; en India, porque tiene más de mil millones; en Rusia, en las grandes potencias, y queremos estar en Indonesia, porque tiene 270 millones de consumidores. Lo que buscamos es diversificar los riesgos ampliando el portafolio de mercados. Mientras más amplio sea este, menos riesgo tenemos. Estamos muy contentos de haber firmado este MoU (Memorandum de Entendimiento, por sus siglas en inglés) en el que nos abrimos a los productos halal (certificación que los productos no vulneran leyes islámicas alimentarias). Chile tiene que ser un país que abastezca mercados de nicho, porque somos muy profesionales. Tenemos productos que tienen trazabilidad, inocuidad, muy buena calidad y condición. Tenemos los conocimientos y la tecnología para abastecer esos mercados de nicho, como por ejemplo el indonesio. Fíjese que hay 660 millones de personas que consumen esos productos.