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Crisis: 475 personas se sumaron al programa de empleos de emergencia en la comuna

APOYO. En septiembre partió la contratación progresiva para labores de mantención de áreas verdes y tratamiento de residuos sólidos . Los beneficiados aseguran es una buena alternativa en medio de la pandemia y esperan que tenga continuidad.
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Verónica Salgado

La pandemia ha provocado una enorme crisis sanitaria que va aparejada de una socioeconómica, que en conjunto han desestabilizado la calidad de vida de miles de chilenos, quienes deben lidiar con los temores de contraer la enfermedad, la cesantía, inseguridad laboral y la falta de ingresos suficientes para sostener el hogar y pagar cuentas a fin de mes. Una realidad de la cual los osorninos no son la excepción, tal como lo demuestran las cifras de desempleo de los últimos meses y que han llegado a niveles históricos.

Para enfrentar el complejo escenario se han implementado distintas alternativas de apoyo a la comunidad, como el programa de empleos de emergencia que ejecuta el municipio local con recursos traspasados desde el Gobierno Regional (Gore), del cual forman parte 475 personas. Con distintas historias de vida, todos hacen frente a la adversidad causada por la pandemia y realizan labores de mantención de áreas verdes, parques y jardines; o en el sistema de instalaciones para el tratamiento de residuos sólidos.

El programa, anunciado por las autoridades de gobierno en marzo, inicialmente debió comenzar a ejecutarse en julio, lo que no fue posible hasta la segunda quincena de septiembre, por los retrasos administrativos y burocráticos que significó la transferencia definitiva de los $1.015 millones desde el Gore al municipio local para que implemente los 920 empleos.

La situación fue criticada por dirigentes sociales, gremiales y autoridades de la zona, ya que en un principio existió una postulación de más de 1.800 personas en la Oficina Municipal de Intermediación Laboral (Omil), de los cuales desistió más de la mitad, dada la demora en iniciar el programa, sumado a la acotada oferta laboral que se reduce a operarios para sólo dos áreas, sin considerar opciones para personal precalificado y calificado.

Cambio de planes

Manuel Villarroel (32 años) trabajaba en la central Hidroeléctrica de Rucatayo, pero a consecuencia de la pandemia quedó sin trabajo en abril, lo que trajo consigo una serie de problemas económicos que se agudizaron al no poder encontrar una fuente laboral, por lo cual se sumó al programa de empleos de emergencia, donde ejecuta labores como operario de mantención de jardines desde el 1 de octubre.

"Nos tiene activos y es una forma de obtener ingresos en esta crisis. Ha sido una buena experiencia, porque he conocido a gente buena. Lo ideal sería darle continuidad, porque dura solo dos meses y la crisis es evidente que se mantendrá", dijo el joven, quien además es voluntario de la Compañía de Bomberos de Cancura, villorrio rural donde también reside.