Una calle para Lotty Wach
Hace unos días le escribí al señor alcalde de Osorno a través de su correo institucional. Como no he recibido ni siquiera un acuse de recibo, por su intermedio quisiera hacerle llegar esta solicitud que hago como osornina que lleva mucho tiempo afuera de su ciudad natal, pero sobre todo como hija de una mujer que hizo tanto por Osorno: Lotty Wach Sundt.
Mi madre fue una conocida locutora de la Radio Sago, que trabajó por más de 20 años en esa emisora, también fue actriz y una declamadora de excelencia. Recordadas son sus galas poéticas que realizaba frecuentemente en el Centro Cultural o en el Teatro Municipal de esa ciudad. Pero por sobre todo, mi madre fue una gran mujer que trabajó incansablemente por hacer de Osorno una ciudad grande y culta.
Ella falleció hace ya casi 8 años y la pena, aunque no se ha ido del todo, se nos ha convertido en paz.
Ahora, con el paso de los años, hemos pensado como familia en solicitar al alcalde de Osorno y a su Concejo Municipal un gesto de nobleza con esta mujer que tanto hizo por Osorno. En concreto: esperamos que tengan a bien considerar rendir un homenaje a nuestra madre, nombrando alguna calle de su amada ciudad con su nombre. Con este gesto, las próximas generaciones podrán reconocer que fue una mujer adelantada a su época, que creyó siempre que la cultura y la educación de su comunidad podrían hacer personas mejores y osorninos más felices. Y ayudó siempre desde su tribuna en la radio a toda una comunidad, sin esperar nada a cambio.
Mi madre, señor director, tiene los méritos suficientes para justificar esta solicitud. Y si no la hicimos antes fue porque como familia nos embargaba la modestia y el pudor. Siempre esperamos que hubiera un gesto desde afuera. Pero ya que no lo hubo, lo pedimos con humildad, pero con firme determinación.
Esperamos como familia que muchos osorninos se sumen a esta petición que creemos del todo legítima y justa. Y desde ya le agradecemos la gentileza de publicar esta carta que nos ayude en esta cruzada.
Annie Kutscher Wach
A no confundirse
Mirando inexactitudes acerca del plebiscito nacional de este domingo, a no confundirse. Los que dicen que si gana el Apruebo será "el pueblo" quien redacte la nueva constitución, en realidad serán representantes de la ciudadanía toda, de cada comuna, incluidos profesionales, académicos, líderes sociales, estudiantes y otros quienes lo realicen. La extrema izquierda suele apropiarse del distintivo "el pueblo" aludiendo sólo a pobladores alineados, tratando de manipular e impulsar modelos estatistas ya fracasados en el mundo. Aquí eso no pasará, habrá otro plebiscito sancionatorio en 2022 para aceptar la nueva propuesta constitucional con, al menos, dos tercios de los votos ciudadanos.
A no confundirse tampoco con aquellos que ofrecen "rechazar para cambiar". Es un contrasentido vergonzoso. Quienes enarbolan el eslogan, de suyo, ¡no quieren ningún cambio en el país actual! Mienten para mantener un Estado subsidiario que no asegura derechos básicos como salud, educación gratuita y pensiones razonables, como sí lo hacen países como Alemania o Noruega.
A no confundirse. Una nueva constitución redactada por gente inteligente de la ciudadanía, con ideas de derecha, centro e izquierda y de distintas visiones religiosas nos da la posibilidad de un Chile más equitativo y desarrollado.
Gaspar Millas del Río
Lamenta la violencia
En relación a lo sucedido en el día domingo 18 de octubre, no puedo esconder la tristeza e impotencia de ver cómo nuevamente, hechos de barbarie son realizados y toman la agenda a días de llevarse a cabo uno de los procesos más importantes de los últimos 32 años, que es aprobar o rechazar una nueva constitución, elegir o eliminar a ciudadanos que nos representen en la nueva redacción de la misma. Hace un año atrás, alrededor de un 90% de los chilenos coincidimos en el diagnóstico y las causas del 18-O: expectativas sin cumplir, abuso, clasismo, racismo, desigualdad de género. En definitiva, el Estado había fallado por años, no bastaba solamente con tener crecimiento y mostrar análisis cuantitativos para que el FMI nos enviara sus felicitaciones, había llegado la hora de que la clase política empezará hacer su trabajo y fue así como se llega al acuerdo de noviembre y poder darle una salida civilizada, pacífica, incluyente para que todas las personas puedan ser parte de la solución del problema, ya que es condición de cada uno de poder persuadir, encantar, dialogar con el otro para hacer de la democracia un verdadero sistema donde perdure la tolerancia, la empatía, la pluralidad y convicción de las ideas. Para construir y tener espacio suficiente de desarrollo, en definitiva establecer que la democracia es compromiso de todos y la violencia tiene que ser condenada, sino siempre estaremos atados al oscurantismo....
Marcelo Chávez Galleguillos