La lucha incansable de los vecinos y organizaciones para recuperar el Parque Hott
En los años '70 y '80 lidiaron con malos olores, plagas y ratas que emanaban desde el vertedero municipal localizado en este espacio de Ovejería. Gracias a sus presiones durante años no sólo lograron erradicar los residuos, sino que se retomara la idea original del proyecto: habilitar un pulmón verde para el disfrute de todos los osorninos.
Con el reinicio de las obras del parque Alberto Hott durante septiembre, los vecinos del sector de Ovejería y organizaciones ciudadanas de la provincia comenzaron a ver los frutos de los sueños que mantuvieron en pausa desde los años '80: volver a disfrutar de estas 12,6 hectáreas en su propósito original.
En julio del 2019 ya habían empezado a ver los avances de este proyecto con la aprobación de 5.500 millones de pesos, lo que sumados al aporte sectorial del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) totalizan una cifra de inversión de más de 10 mil quinientos millones de pesos destinados para las etapas 2 y 3 de la ejecución.
El anuncio significó el resurgimiento de una iniciativa que estuvo paralizada varios años, sumada a los constantes reveses en dicho periodo, ya que los involucrados en esta lucha no sólo tuvieron que esforzarse para sacar el vertedero de residuos domiciliarios que funcionó entre 1973 y 1986, sino además ilusionarse con las múltiples propuestas de recuperación, que nunca prosperaron.
En este camino, el Centro para el Progreso (Cenpro) de la provincia y el Instituto de Ecología de Chile Austral también ejercieron un rol protagónico, tanto para hacer un llamado de atención a las autoridades, como para crear conciencia sobre la importancia de temas medio ambientales en una época donde no se hablaba de ello.
Malos olores
En 1950, el municipio recibió el terreno de la mano del empresario Alberto Hott, quien concretó esta donación con el propósito de que los osorninos tuvieran un "pulmón verde" en la ciudad, a orillas del río Rahue. La zona, que actualmente está entre los puentes San Pedro y San Pablo, era un punto de referencia entre los vecinos, especialmente por su humedal.
Sin embargo, a partir de los