La crisis sanitaria declarada en marzo en todo el mundo habla, sin duda, de un año complejo. Faltando poco menos de tres meses para que llegue 2021, el escenario es incierto, no sólo para lo que queda de año, sino también para el próximo.

Cada una de las personas e instituciones ha debido, obligadamente, desplegar diversas fórmulas cognitivas y socioafectivas para lograr avanzar hacia las tareas y desafíos propuestos. En medio de este panorama, se nos invita a convivir con el peligro del contagio del coronavirus, entendiendo que una de las pocas herramientas que tenemos para cuidarnos es la responsabilidad individual. Una de las interrogantes que nos plantea esta pandemia tiene relación con las implicancias que hay acerca de la salud mental, debido a que el miedo, la angustia y el temor se han apoderado de la población.

Según la académica de la Escuela de Psicología de la Universidad de Las Américas, Ivonne Maldonado, la invitación hoy es a recuperar la confianza a través de la responsabilidad que implica esta libertad y ser responsable requiere de una cierta autonomía moral, que sostiene firmemente la necesidad de cuidarme para cuidar a otros, asumir que el bien común está por sobre mis deseos o satisfacciones personales. Si logramos mantener esta premisa, estaremos en mejores condiciones de avanzar hacia un desconfinamiento más seguro y feliz.

"Es necesario tener presente que el miedo se ha instalado fuertemente en forma invisible y frente a las medidas de retomar las actividades en el ámbito público seguramente experimentaremos una sensación de inseguridad y vulnerabilidad, lo que irá desapareciendo si intentamos avanzar en forma paulatina tomando las medidas necesarias. Ya sabemos que no existen certezas, ya entendemos que la vida siempre nos puede sorprender, entonces aprendamos a vivir desde la confianza, unida a la responsabilidad individual y colectiva, y no desde el miedo que nos estanca y paraliza", plantea la profesional.

Este 2020 ha sido un año de aprendizaje y lecciones. Una de ellas, y quizá la más importante, es intentar ser feliz con todas las dificultades y vallas que enfrentamos en nuestras vidas.

Quienes han tenido la oportunidad de vender ganado en las últimas semanas, han observado un alza sostenida e importante del valor del kilo de animal en pie. Si bien las importaciones también han tendido a recuperarse, los mejores precios representan un incentivo para los ganaderos.

Estamos en medio de una etapa de la ganadería chilena que enfrenta importantes cambios. La baja masa ganadera debe recuperarse, en eso existe coincidencia entre todos los expertos. Para ello, es fundamental apuntar a negocios rentables. También atesorar el eslabón criancero, en el caso de ganado de razas carniceras. Sabemos que es necesario abordar brechas amplias en materia reproductiva y del ciclo de producción en sí. El trabajo debe realizarse en conjunto con productores, áreas del Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (Indap) y asesores, ya que son procesos lentos, pero con la urgencia de comenzar a abordar los territorios que tienen mayor vocación ganadera.

Por otra parte, desde países desarrollados se comienza a hablar con interés sobre el rol positivo que puede tener la introducción de ganado en zonas que han sufrido incendios forestales previamente. Porque el pasto genera una red que evita la erosión de terrenos que han cambiado su estructura después del paso del fuego. Sin embargo, la misma materia vegetal seca durante el verano puede ser parte del material que alimente un nuevo incendio. Por ello, se comienza a observar a expertos que señalan la conveniencia de introducir ganado en zonas que estén en el proceso de recuperación.

Es indiscutible que Chile posee una dependencia cada vez más estrecha con el sector lácteo. Durante lo que resta de 2020 debemos generar nuestros máximos esfuerzos por apoyar iniciativas privadas o con recursos estatales, que fomenten la especialización de unidades de crianzas de terneros machos de lechería.

Los modelos productivos ya están disponibles en nuestro país, lo cual nos sitúa en un pie mucho mejor en comparación a años anteriores. Estamos seguros que Chile posee herramientas para revertir la tendencia a la baja masa ganadera, si trabajamos de forma metódica, con constancia y espíritu de cuerpo como cadena cárnica.

Verónica Ruiz, secretaria ejecutiva de la Corporación de la Carne