Correo
Retorno a clases
Según estimaciones del Ministerio de Educación y el Banco Mundial, en sectores vulnerables solo el 27% de los estudiantes ha podido acceder a educación a distancia, con proyecciones de que, en un escenario pesimista, se podría retroceder hasta en 1,3 años de escolaridad promedio.
Si aplicamos estas consideraciones a territorios rurales, el pronóstico es aún peor: allí la vulnerabilidad antes de la pandemia ya era más del doble que en zonas urbanas (37% de pobreza multidimensional), las personas tenían 2,2 años en promedio menos de escolaridad; sin contar que sólo el 17% de las viviendas tienen acceso a internet fijo.
Varios expertos en el tema han afirmado que no existe una manera perfecta de reabrir las escuelas durante una pandemia e incluso cuando un país tiene los contagios por covid-19 bajo control.
Las políticas y prácticas de los países que han tenido cierto éxito inicial con la reapertura escuelas apuntan en la misma dirección: un retorno parcial y la implementación de protocolos de sanidad en conjunción con una política donde la asistencia tenga un carácter voluntario.
No dejemos que niños, por su vulnerabilidad, se queden sin educación. El retorno debe ser gradual y debe darse de modo flexible y en comunas en que los casos sean bajos. No le quitemos la posibilidad de educarse a jóvenes que no tienen la oportunidad, no aumentemos las brechas y prioricemos una mejor educación para todos.
Verónica Santana
Telemedicina
La pandemia reafirmó la importancia de la interoperabilidad en la salud. Las contingencias suelen ser un impulsor de las tecnologías médicas, no solo informáticas, históricamente ha sido así. Sin embargo, el gran avance con esta pandemia ha sido, justamente, lo vinculado a las tecnologías de información y al flujo de ésta, ya que es lo que permite tomar decisiones adecuadas y reaccionar a tiempo.
En Estados Unidos, por ejemplo, en el punto máximo de la pandemia el 69% de atenciones fueron en forma virtual (hoy solo es del 20%).
Si bien el mundo está cambiando, se observan necesidades similares en lo referente a la salud y en este sentido la telemedicina permite dar continuidad a la atención sin requerir la presencia física para ciertas atenciones. Pero para que sea efectiva se requiere de la interoperabilidad, ya que no se puede entender de forma aislada de la telemedicina. Es más, la finalidad de este formato se ve limitada por la falta de interoperabilidad, ya que no permite fluidez en los tiempos de respuestas, como sería entre la realización de un examen y sus resultados, por ejemplo, o hacer un adecuado seguimiento de los pacientes, clave sobre todo en pandemia.
Sin duda, acceder a la telemedicina se hace más difícil en lugares donde no está implementada una plataforma tecnológica que permita la emisión de una ficha electrónica, o contar con portales adecuados para la interacción con pacientes y acceso a registros clínicos en línea, por nombrar algunos.
Pero de todas formas se debe trabajar en la maduración de la tecnología para que no se realice por plataformas que no son las más adecuadas para ello. Las interacciones deberían darse por medio de un clínico entrando a un portal y el paciente accediendo por medio de esa misma plataforma a su información de salud.
La utilidad de la telemedicina la conocemos hace tiempo, pero se hizo más evidente por la crisis, ya que vino a resolver el contacto entre clínico y paciente soportado por una plataforma tecnológica.
Lo que ahora nos toca es brindar la posibilidad de que la telemedicina persista y sea una alternativa más instaurada para avanzar en esta transformación, porque la tecnología ha estado disponible para ello.
Alfredo Almerares
Igualdad ante la ley
Independiente de los argumentos, este fin de semana dos diputados violaron el cordón sanitario impuesto por las autoridades para resguardar la salud de los chilenos.
Sin importar esta condición, los parlamentarios pasaron por sobre la ley queriendo evadir dicho control.
En ese contexto, muchos salieron a defender que la Ley debiese aplicarse a todos por igual, no obstante, ellos tienen toda la razón porque no son iguales al común de los chilenos.
Los parlamentarios son autoridad, por ende, no solo se espera que cumplan las leyes, sino que sean un ejemplo para la ciudadanía, por tanto el castigo debiese ser aún mayor.
Nadie está por sobre la ley, y menos personas elegidas para Gobernar y sacar adelante a todos los chilenos.
Renata García