(viene de la página anterior)
situación que se vive al interior del establecimiento asistencial y no sólo por el hecho de tener que convivir con pacientes covid, sino también porque en el mismo lugar comenzó en el mes de julio un brote que incluso tuvo consecuencias fatales para pacientes internados.
Experiencia
Gabriela Hellwig, enfermera clínica de 41 años que trabaja en la UPC, se desempeña en el establecimiento asistencial hace 18 años.
Relató que hace unos años le tocó afrontar la pandemia de la influenza (H1N1 o gripe porcina) que fue bastante fuerte, pero no se compara con la que se está viviendo ahora como consecuencia del covid-19.
"Esta es una pandemia mucho más agresiva. No sabíamos bien el mecanismo de transmisión y tuvimos que partir de cero, pero nos capacitaron bastante. Había mucho miedo porque los pacientes tienen que estar en aislamiento y tampoco sabíamos cómo esto nos podía afectar en nuestra vida diaria, por ejemplo cómo llegar a nuestras casas. Nosotros tenemos que llegar a trabajar con ropa normal, nos cambiamos acá y después de la jornada nos tenemos que bañar y guardar bien nuestra tenida de trabajo para evitar contagiar a nuestras familias", detalló.
Sobre el contacto con los pacientes, añadió que es muy poco el tiempo para poder interactuar con ellos, primero por la carga de trabajo, pero también porque a esta unidad llegan personas graves y con problemas respiratorios, los cuales deben ser intubados y conectados a ventilación.
"Muchos pueden estar varias semanas sedados, pero nosotros estamos en contacto con sus familiares para entregarles el diagnóstico y explicarles cómo han ido evolucionando. Hemos tenido otros pacientes que no han requerido ventilación mecánica sino cánula nasal, que es un tipo de ventilación asistida pero en el cual el paciente está despierto, se comunica y pasan en realidad por varias situaciones: en algunos momentos están tranquilos, pero también tienen miedo no sólo por ellos sino también porque muchas veces son familias enteras las que están enfermas", comentó la enfermera.
Han tenido pacientes de Santiago y de Antofagasta que estaban solos en la ciudad y sin duda que había una preocupación aún mayor de sus familias por un tema de distancia, por lo que estaban en permanente contacto con ellos.
Sobre el tema del brote dentro del hospital, comentó que "en la UPC no hemos tenido funcionarios contagiados porque afortunadamente lo hemos manejado bien. No me he tenido que ir con cuarentena preventiva a la casa, lo que me generaría miedo porque de partida no podría regresar a mi hogar debido a que tengo dos hijas chicas de 8 y 4 años. Ello implicaría irme a una residencia sanitaria".
Eso sí, dijo que ha tenido que vivir el tema del brote por amigas y conocidas que trabajan en la Unidad de Medicina, aunque afortunadamente nadie tuvo síntomas fuertes o graves a causa del virus. De hecho algunas ya se han reincorporado al trabajo.
Sobre su familia, comentó que "hubo meses en que no vi a mis papás y el contacto fue por videollamadas. La etapa de la cuarentena en la ciudad fue el momento más complicado, porque de partida mi marido trabaja fuera de Osorno entonces se demoraba mucho para llegar a la casa y mis turnos también se alargaron, entonces llegaba y mis niñas estaban durmiendo, entonces se nos hizo mucho más complejo".
Se trabajó un poco más, explicó, porque además de cumplir sus turnos, debió capacitar colegas para suplir algunas ausencias a raíz del brote porque muchos estaban contagiados, en cuarentena preventiva o por otros motivos.
De cerca
El auxiliar Isaac Vergara también cumple una labor fundamental dentro de la UPC, la que muchas veces no se visibiliza pero es fundamental.
Al joven de 25 años, quien trabaja hace 6 en el recinto, le ha tocado vivir muy de cerca la pandemia no sólo por desempeñarse en el hospital, si no también porque recientemente perdió a su abuela en Santiago a causa del virus y tuvo a familiares también contagiados.
"Ha sido una situación complicada, primero en lo personal porque falleció mi abuela en Santiago y familiares tuvieron el virus, pero uno de lejos no puede hacer mucho. Además esto es parte de mi día a día ya que estoy en contacto con pacientes hospitalizados por la enfermedad", comentó.
El tema del brote dentro del hospital ha sido un tema de alerta y preocupación para los funcionarios de las diferentes unidades y áreas.
Según Vergara, colegas suyos tuvieron que ir a ayudar a la unidad donde se produjeron los contagios y ellos mismos estaban preocupados por la exposición, incluso algunos terminaron contagiados.
"A raíz de ello ninguno se puede relajar. El cuidado parte por uno mismo, porque hay que ser responsable no solo conmigo sino con mi familia y con quienes trabajo. Ha sido bastante duro todo el tema desde lo emocional y también porque hemos tenido un poco más de sobrecarga laboral, pero se entiende y se acepta por todo lo que está pasando", reconoció el joven.
En Osorno el auxiliar vive junto con su madre y una hermana, por lo que llegar a casa es una preocupación constante por el hecho de trabajar en el recinto asistencial.
"Mi mamá trabaja en el mall, entonces también está en alto riesgo por la cantidad de gente que circula ahí, pero ambos nos cuidamos y protegemos bastante. En mi trabajo las medidas de seguridad son muy estrictas y hasta el día de hoy no hemos tenido funcionarios contagiados", comenta Isaac Vergara.
Temores
Ivonne Loaiza, técnico en enfermería de la UPC Adulto del Hospital Base, de 51 años, quien trabaja hace 27 años en el establecimiento asistencial, dijo que en un comienzo había mucho temor porque no sabían bien a qué tipo de virus se estaban enfrentando porque era desconocido, pero ya después de 5 meses hay un mayor conocimiento sobre su
"Ha sido una situación complicada, primero en lo personal porque falleció mi abuela en Santiago y familiares tuvieron el virus, pero uno de lejos no puede hacer mucho".
Isaac Vergara, Auxiliar del Hospital San José
18 años lleva trabajando en el Hospital San José la enfermera Gabriela Hellwig, quien se desempeña en la Unidad de Pacientes Críticos (UPC).