Ganadería: asimetría respecto a los mercados relevantes
Que la ganadería en Chile es pequeña respecto a las existentes en el mundo, no es novedad; que usamos en una fracción mínima la cuota de aranceles cero para la Unión Europea también se sabe. Que la tecnología del reproceso ha empujado la demanda de carnes de razas lecheras (abundantes en Chile) tampoco es algo nuevo. Y que Oriente (especialmente China) despertó al consumo de carnes rojas en forma masiva, tampoco constituye una novedad. ¿Pero, por qué Chile no ha podido aprovechar de mejor forma todos estos cambios?, ¿qué no ha logrado hacer?.
Hay varias respuestas, pero sin duda una de las principales es que nuestra ganadería ha mostrado y muestra una asimetría en sus reglamentos legales respecto a lo demandado por esos mercados, lo que ha impedido hacerse parte de estas oportunidades.
Como ejemplo tenemos la Ley de Tipificación y Clasificación de la Carne, que restó y sigue restando competitividad a la carne nacional respecto a la del Mercado Común del Sur (Mercosur), permitiendo fraude.
Esta normativa, en proceso de corrección, gracias a un inédito acuerdo del sector privado y articulado con el sector público del país, debería nivelar la cancha en pocos meses más. Otro ejemplo es la cuota con la Unión Europea con arancel cero. La misma existe ya por años y a la fecha apenas se usa.
El ejemplo más reciente lo constituye China, que demandando carne roja a una escala inimaginable hace apenas algunos años, no lo hemos logrado transformar en un cambio real, sino sólo en una fracción de su real gran potencial.
Nuevamente pesa en este caso la norma que permite el uso de hormonas, en circunstancias que China no acepta la utilización de estos productos (el mismo caso para la Unión Europea), en tanto, ni un solo país de Mercosur las usa, teniendo ellos sí un amplio acceso que Chile no tiene.
Lo anterior nos ha llevado a crear un muy complicado sistema de control para lograr trazar y distinguir qué animales usan hormonas y los que no, más conocido en el rubro como SIPEC.
En todos los casos es posible citar que hemos tenido asimetría entre la demanda de estos mercados, las leyes y normas que rigen nuestra ganadería. No hemos aprovechado el "momentum" que estas oportunidades nos han ofrecido.
Lo anterior no ha sido gratis para la cadena y es común escuchar voces reclamando mayor rentabilidad y con alguna razón.
Es claro que el sector privado del rubro y su dirigencia gremial no hemos estado a la altura; no hemos logrado acuerdos claros y precisos para aprovechar estas oportunidades. Pareciera ser que corremos muy lento y nos olvidamos de que los mercados son intrínsecamente dinámicos.
Otros temas complementarios importantes del sector dicen relación con políticas públicas y la necesidad de mejorar la operación del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) en las plantas faenadoras y apurar la erradicación de ciertas enfermedades bovinas.
En resumen, queda bastante camino por hacer, mientras tanto, las oportunidades siguen estando presentes a nuestra vista.
"Como ejemplo tenemos la Ley de Tipificación y Clasificación de la Carne, que restó y sigue restando competitividad a la carne nacional respecto a la del Mercado Común del Sur (Mercosur), permitiendo fraude".