"Estamos evaluando el retorno gradual a clases con grupos pequeños de estudiantes"
LA UNIÓN. Analizó sus dos años en el cargo y evaluó el primer año académico de la institución, en medio de la pandemia.
Dos años de labor cumplió hace unos días el Centro de Formación Técnica (CFT) de Los Ríos, una de las 15 instituciones de este tipo creada por ley en cada una de las regiones del país, con el objetivo de mejorar la oferta pública de educación en esta modalidad. En este caso, la casa central fue adjudicada a la comuna de La Unión, en la provincia del Ranco.
Prácticamente la misma cantidad de tiempo a la cabeza de la entidad suma su rector, Ramón Sebastián Rubio Donoso, ingeniero en administración que suma una trayectoria de casi dos décadas en instituciones de formación técnica.
El profesional tiene 45 años de edad y nació el 6 de febrero de 1975 en la ciudad de Talca, región del Maule. Está casado hace 17 años con Claudia Almonacid, con quien tiene un hijo llamado Sebastián (17). Previo a su matrimonio, también se fue padre de Conny (26) y es abuelo de Agustina (4).
Sus estudios básicos los cursó en la región Metropolitana y egresó de octavo básico desde el Liceo Madre Vicencia de Estación Central, donde también cursó primero y segundo medio. Los últimos dos años de enseñanza media los cursó en Puerto Montt, en el Liceo Andrés Bello.
Inicios
Posteriormente estudió la carrera de técnico en administración en Inacap sede Santiago y luego obtuvo la ingeniería en administración e ingeniería comercial en Inacap sede Puerto Montt. "Yo he sido deportista buena parte de mi vida, jugué fútbol desde pequeño y entré a estudiar Pedagogía en Educación Física en la Universidad Católica Silva Henríquez, pero en el primer año de la carrera sufrí un accidente automovilístico importante, lo que me provocó una lesión muy grave en la pierna y no pude seguir con la carrera", recordó.
"En ese escenario que no tenía previsto, empecé a explorar alternativas y a sugerencia de un gran amigo opté por la carrera de administración primero como técnico para ver si era el camino que quería seguir y la verdad es que me gustó, vi que tenía habilidades y continué desarrollándome en esa línea", complementó.
Según relata sobre su trayectoria laboral "partí como estudiante. Tuve dificultades económicas para estudiar en una época en que los beneficios estatales eran muy escasos y en el último año de mi carrera me ofrecieron trabajo en Inacap y empecé sin haber egresado, haciendo trabajos propios de un laborante, apoyando diferentes áreas. Una vez que egresé, me dieron la posibilidad de integrarme al área de Administración y Finanzas".
"En 2003 me ofrecieron trasladarme a Osorno, para hacerme cargo de la Unidad de Administración y Finanzas de la sede, lo cual acepté gustosamente. Me vine a hacer familia en Osorno, donde resido hasta la actualidad", agregó.
En 2011 dejó Inacap para asumir como director de sede del Instituto Profesional La Araucana. Luego de un par de años fue invitado a encabezar la apertura de una sede en Osorno del Instituto Profesional AIEP, donde estuvo por 6 años como director ejecutivo.
-¿Cómo describiría la experiencia de estar a la cabeza de dos instituciones de este tipo?
-Dirigir una institución de educación es una responsabilidad muy importante, respecto de lo que significa trabajar con la confianza de muchas personas, que son las que deciden ingresar a la casa de estudios. Las personas que se forman en el mundo de la educación técnica buscan a través de la educación poder cambiar su calidad de vida, sus posibilidades de trabajo y mejorar sus condiciones laborales, económicas y sociales. En ese sentido, nos hacemos cargo de una ilusión muy grande y en consecuencia tenemos que actuar con mucha responsabilidad respecto de cada decisión que tomamos.
Osorno-la unión
-¿Cómo llegó al CFT de Los Ríos? ¿Por qué decidió asumir este desafío?
-Estaba en AIEP cuando me llamaron de una empresa consultora, para ver si quería participar de este proyecto. Me pareció muy atractivo desde dos perspectivas. Una era la posibilidad de generar una oferta descentralizada que se adecuara a las necesidades del territorio, situación que había vivido en otras instituciones que sólo tenían sedes en regiones y era muy difícil adecuar a la realidad local los programas y carreras que estaban diseñadas a nivel nacional, porque tienen otra mirada. Cuando me comentaron el proyecto del CFT Estatal, sentí que esa limitante se podía eliminar. Eso me pareció tremendamente interesante.
Lo otro fue la posibilidad de estar cerca de mi hogar, sin tener que trasladarme mucho, pues La Unión está bastante cerca de Osorno. Si el día de mañana nos trasladamos a vivir a La Unión, tampoco significaría cambiar tan radicalmente la vida del resto de la familia.
-¿Cómo describiría esta experiencia de dos años en el cargo?
-Ha sido una experiencia equivalente a subirse a una montaña rusa, llena de desafíos, emociones (...) Ha sido un trabajo arduo. Cuando me dijeron que este proyecto partía desde cero, la verdad es que no me imaginé que tan de cero era. Fue literalmente partir sin nada. El 2 de mayo de 2018 me levanté en mi casa y no tenía a dónde ir, no había un computador, un escritorio, no existía nada, no habían recursos. Todo había que crearlo. Tuve que empezar a trabajar con mucha creatividad, sobre todo pensando el proyecto e ir evaluando los elementos que podían ser distintivos de esta propuesta de valor. Trabajé mucho en pensar cómo me imaginaba este CFT, hasta que pudimos constituir el directorio, contratamos al resto del equipo directivo y empezamos a hacer la bajada de lo que teníamos pensado en conjunto con el equipo, a compartir las ideas y desarrollar el proyecto propiamente tal.
-¿Cómo describiría la recepción de la comunidad hacia la institución?
-Estamos muy contentos, porque nos han recibido muy bien. Si bien es cierto, al principio no fue muy fácil porque era una institución nueva, no todos tenían muy clara la figura del CFT Estatal y algunos nos confundían con otras instituciones. Eso, hasta que pudimos conversar con cada uno de los actores y contarles que este es un proyecto regional, que está ubicado en la comuna de La Unión, pero que está proyectado y pensado para expandirse a toda la región. Todas nuestras acciones van a tender a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de Los Ríos.
-¿Cómo ha sido partir con su primer año académico en medio de una pandemia?
-Fue un golpe duro para nosotros. Estuvimos preparando por más de un año la recepción de los primeros estudiantes y soñando muchas veces con el momento del primer día de clases. Cuando se acercaba ese primer día, estábamos todos con la ilusión de que los estudiantes llegaran a disfrutar de todo lo que habíamos pensado para ellos. Al menos tuvimos la fortuna de tenerlos un día con nosotros, en la recepción.
En ese contexto, nos planteamos que lo que tuviéramos que enfrentar lo haríamos como con la mayoría de nuestras problemáticas, pararnos frente a eso como un desafío y salir adelante utilizando nuestros valores de positivismo, creatividad, colaboración e integridad. Rápidamente nos reunimos y levantamos la primera plataforma para clases a distancia y posteriormente empezamos a trabajar sobre el desarrollo de un aula virtual para clases asíncronas. Fue un trabajo gigantesco el que hicimos con el equipo académico, para que nuestros estudiantes tengan todas las posibilidades de conexión y trabajo a distancia.
-¿Qué balance puede realizar de este periodo?
-Tomamos contacto con el 100% de nuestros estudiantes, para conocer sus posibilidades reales de conectarse a través de internet y qué limitantes tenían. Con esa información, con aprobación del directorio incorporamos una beca de conectividad y les facilitamos dispositivos móviles que habían sido adquiridos por el CFT para uso académico. Con esto, hemos avanzando bastante en todos los aprendizajes teóricos, pero no podemos terminar el semestre sólo con clases a distancia, porque hay actividades prácticas que requieren la supervisión de un académico para apoyar al estudiante en el desarrollo de su competencia.
-¿Cómo van a resolver eso?
-Estamos evaluando el retorno gradual a clases con grupos pequeños de estudiantes que deben desarrollar clases prácticas, que necesitan un grado de nivelación y quienes de forma voluntaria lo soliciten. Nosotros estamos ya preparados para poder recibirlos con todas las medidas de seguridad que la autoridad sanitaria recomienda y exige.
-¿De qué depende que se concrete?
-Hoy tenemos todas las autorizaciones requeridas, hicimos llegar nuestro protocolo a la seremi de Salud y estamos haciendo todos los preparativos internos para que los espacios estén adecuados de forma que los estudiantes que asisten dentro de las próximas semanas, tomen todas las medidas de prevención. Vamos a ser muy rigurosos para que se desarrolle todo con total normalidad.
-¿Han tenido fuga de estudiantes?
-Por diferentes circunstancias, hemos tenido un porcentaje en torno al 10% de renuncias. Entendemos que este escenario podía traer consecuencias de este tipo. Las puertas van a estar abiertas para ellos en periodos académicos futuros.
"La Unión está bastante cerca de Osorno. Si el día de mañana nos trasladamos a vivir a La Unión, tampoco significaría cambiar tan radicalmente la vida del resto de la familia"
"Rápidamente nos reunimos y levantamos la primera plataforma para clases a distancia y posteriormente empezamos a trabajar sobre el desarrollo de un aula virtual para clases asíncronas"