Días atrás el Ministerio de Educación expresó que en el contexto que estamos viviendo los aprendizajes curriculares de los hombres, mujeres, niños y niñas en el campo del aprendizaje formal más que de preocuparnos de los procesos calificativos, la tarea será de urdir por los caminos de lo formativo y procesal. Santa y divina verdad.
Con seguridad, no menos incierta, el ministro Figueroa y asesores por doquier soñaron con lentes oscuros una serie tipo Netflix en desarrollo desconocida para muchos de nosotros y nosotras. Seguramente atisbó una realidad finlandesa donde los y las estudiantes en tiempos normales y en realidades complejas, dedican cuatro horas integrales y holísticas al placer de leer; donde lo procesual está por sobre la calificación. Donde el aprender estará eternamente por sobre la nota truculenta. Donde la excelencia estará siempre por sobre lo Muy Bueno y por encima de esos nefastos porcentajes del decreto 67 (alguna profesora o profesor le dará el tiempo para esas torpezas casi algebraicas). Al menos lo dudo.
Siguen llegando textos decretianos que aluden a lo formativo disfrazado de sumativo. Razón tenía el Príncipe de los Poetas al decir: "La vida es un eterno desfile de disfraces".
Cuadrando peras y manzanas; suma para la raya esbozaría una voz ministerial trasnochada que nos robó un mundo mejor y que hoy polula de Quijotín por los canales venecianos y empresariales nefastos en búsqueda de esos molinos que acaparó con esos energúmenos que hoy comparten zoomes y meet a diestra y siniestra.
Ellos nos han robado la magia de educar y formar. Le han puesto la mordaza a la verdadera maestra de Chile que algún día dijo: "Empecemos, las y los que enseñemos, por no acudir a los medios espurios para ascender. La carta de recomendación, oficial o no oficial, casi siempre es la muleta para el/la que no camina bien".
Vuelvo a lo conceptual. Con seguridad muchos y muchas maestras y maestros estarán entrampados y entrampadas por valorar el recorrido de sus alumnas y alumnos bajo esas siglas de MB-B-S-I NO. Sin olvidar que después deberán transformarlas en notas. Invito a Gurdjieff a descifrar esta ecuación cuasi filosófica.
Yo me pregunto qué concepto le calza a ese niño, a esa niña que en medio de un realidad invasiva, amenazante y destructiva se esforzó y cumplió de una forma al menos humana con todas las provocaciones curriculares. ¿Le calzará un MB?
Me atrevo a sugerir y compartir con los y las lectoras de este halcaleesto texto un concepto que se acerca más nosotros, a la realidad de donde nací y nacimos y esgrimimos por la vida: E; de excelencia. No tan solo para él o la niña que a pesar de todas sus precariedades, de insomnios impensados y presagios oscuros como la madre de Santiago Nasar; palpar si el papá o la mamá está en el IFE 1, IFE2; IFE infinito; que si la letra chica ocupa toda la esperanza familiar, que si el 10% se transformó como el sueño de esa pelota 32 cuadros, o esa muñeca con rizos y que lloraba y sutilmente decía mamá, papá te amo.
Si está página la sientes algo húmeda, buen lector, lectora, es porque una lágrima nos acompaña en este caminar difícil, pero no violador de nuestros sueños y proyectos. "Nos podrán cortar todos los árboles, pero no nos impedirán abrazar la llegada de la primavera", se atrevió a decirnos un príncipe de los y las poetas.
Vaya para cada una de esos y esas alumnas, para esos padres y madres (también padrinos, amigos y apoderados) que en esta contingencia nunca se atrevieron a renunciar por aprender, aprehender y dar lo mejor de cada una de sus vidas. Ustedes son la mejor vacuna para combatir la mezquindad, la pereza y la estupidez humana.
Yo me pregunto qué concepto le calza a ese niño, a esa niña que en medio de una realidad invasiva, amenazante y destructiva se esforzó y cumplió de una forma al menos humana con todas las provocaciones curriculares. ¿Le calzará un MB?