Correo
Pandemia sin banderas
Los osorninos residentes en el centro de Osorno estamos soportando esta inesperada pandemia sin disponer de la amplia cobertura de la ya tradicional bandera chilena que el reconocido arquitecto y constructor Raúl Ilharreguy acostumbra izar permanentemente en su edificio en Bilbao esquina Freire (el de la vacas), bandera que, además de arrogarse como hermoso símbolo nacional ante nuestras visitas extranjeras, señala a los residentes la dirección del viento local desde cualquier ángulo de la ciudad.
Esta acertada iniciativa de nuestro patriótico vecino tiene su costo, porque las banderas ondeando día y noche son de corta vida útil, por lo cual sugiero que la municipalidad contribuya con participar en esta iniciativa personal, aportando con alguna cantidad anual de banderas nacionales de igual tamaño y calidad.
David Benavente
Profesora
La Corte de Apelaciones de Antofagasta, es decir un alto tribunal de justicia, dijo que sí, pero las AFP responden rotundamente que no. Una profesora que, como tantas otras personas de trabajo, se jubiló por este sistema y después de una sacrificada vida laboral, de un sueldo de 1.200.000 bajó a 185.000 pesos mensuales de pensión. Había solicitado que le reintegraran sus fondos ahorrados que invertiría en pagar su hipoteca y no perder su casa.
Como en casos anteriores, la AFP recurre a la Corte Suprema de Justicia. Si llegara a aprobarse allí, saltará entonces el Tribunal Constitucional, es decir, un tribunal que vela por la Constitución de 1980, el que dará de seguro el favor a la AFP.
Se trata de una profesora. Una persona dedicada toda la vida a la enseñanza de niños y jóvenes. ¿Hará mal uso de los recursos que legítimamente le pertenecen, según el decreto 2.500, como algunos recalcitrantes afepeístas insinúan?. El Gobierno reafirma que es dinero para su jubilación, es decir, para cuando ya haya perdido su casa y sobreviva con una cantidad muy por debajo de la línea de pobreza, pasando a tener una condición de allegada. Es decir, será una carga para el Estado, no para las AFP que mientras tanto seguirán trabajando sus ahorros y generando millones en utilidades para sus poderosos dueños.
Urge un cambio de régimen previsional con pensiones dignas, no reformas ni parches, para evitar una debacle en el futuro del país.
Gaspar Millas del Río
Mi plata, mi pensión
La Corte de Apelaciones de Antofagasta pone nuevamente un tema en la palestra. En un cuestionable fallo, accedió a la petición de la profesora María Angélica Ojeda, ordenando que AFP Cuprum pagar el total de fondos de su cuenta individual. Aquello supone una decisión bastante cuestionable, puesto que nadie duda de la propiedad de los fondos de cada cotizante. Tal derecho está consagrado en nuestra Constitución y es ella misma la que se encarga de delimitar su ejercicio, esto es, cuando la ley establezca sus limitaciones.
En este caso es claro que la ley delimita la propiedad de esos fondos en base al decreto ley 3.500 que establece nuestro actual sistema de pensiones, para que tales dineros sean entregados vía pensión y no al contado para hacer cualquier cosa. Sí, mi plata absolutamente, pero no olvidemos que es para mi pensión. Si se busca obtener rentabilidad y destinar recursos a cualquier otra actividad que no sea una pensión, existen miles de instrumentos financieros. Como diría Platón: "La peor forma de injusticia es la justicia simulada".
José Luis Trevia
Alcohol gel adulterado
Uno de los mejores aliados para prevenir el contagio de covid-19 a nivel doméstico es el uso de alcohol gel. Fue así como su demanda aumentó tanto, que dejó en un primer momento a farmacias y supermercados sin el producto.
En ese escenario, el mercado informal respondió a la necesidad y la producción de alcohol gel se trasladó de laboratorios establecidos a lugares sin certificación. Debiendo, incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicar un protocolo de elaboración a pequeña escala.
Sin embargo, transcurridos estos meses de uso casi obligatorio, tanto en lugares públicos como privados, se hace necesario recordar que la aplicación de este producto sin la certificación sanitaria adecuada puede traer consigo una serie de riesgos para la salud, siendo uno de los más comunes las lesiones y alergias a la piel. Es importante saber que dentro de sus componentes hay sustancias abrasivas que en cantidades incorrectas pueden provocar daño cutáneo, como las fórmulas que contienen etanol (producto inflamable) y que ocasionan quemaduras en la piel.
La eficacia del producto puede verse afectada, puesto que la elaboración por parte de no profesionales puede alterar los estándares de calidad.
Katherine Benz, académica Escuela de Enfermería, U. de Las Américas