Correo
Diana de Rob de Osorno
El 5 de junio recordamos la constitución de la Corporación de Beneficencia Femenina, sin fines de lucro, de derecho privado que se denomina Acción Social Diana de Rob, idea que surgió de un grupo de mujeres visionarias el año 1957, para ayudar a solucionar los problemas sociales de senescentes, niños, jóvenes y en general de toda persona carente de medios económicos.
Este aniversario nos encuentra en un escenario difícil, debido a los efectos de la pandemia provocada por el covid-19. Para hacerle frente necesitamos ser la mejor versión de nosotras mismas, ejerciendo paciencia, comprensión, compasión y los valores que son guía en todo lo que hacemos.
Considerando que la primera prioridad es la protección de la salud de las personas, se tomó la decisión de no juntarnos en nuestra sede como solíamos hacerlo, como asimismo, liberar a nuestros protegidos de asistir a talleres, aunque no por ello hemos desviado nuestra atención hacia otro lado, sino que existe la constante preocupación de saber lo que acontece respecto a las necesidades y la salud de nuestros abuelitos; también se ha solicitado estar atentas del bienestar de sus socias y se han dado las recomendaciones de cautelar de la mejor manera posible las condiciones de seguridad frente a la pandemia.
El nuevo escenario nos desafía a buscar nuevas fórmulas a fin de conseguir recursos para ayudar a nuestros protegidos. Hasta el momento se han podido cubrir algunas necesidades y entregar yogurt, leche y ravioles; nuestros benefactores han donado algunos productos básicos para abastecer a los más necesitados.
Sin duda hay que agradecer a las socias por cumplir anticipadamente con sus cuotas sociales, para mantener nuestra sede y también a aquellas que han sido valientes y han salido a terreno tomando todas las precauciones para ver "in situ" la situación de nuestros protegidos.
Las condiciones han sido complejas, las dificultades son variadas, pero con esfuerzo estamos respondiendo al compromiso que hicimos al ingresar a esta hermosa institución. Las ganas de apoyar en todo lo que se requiera están.
En este aniversario un abrazo grande (virtual) a cada una de ustedes, como también a nuestra querida señora Erica, elemento fundamental en el funcionamiento de nuestra sede, por su compromiso y ser nexo entre nuestros protegidos y la institución.
Queremos transmitir una voz de apoyo y aliento para cada una de ustedes, reiterándoles que esta institución estará dispuesta a apoyar a las personas en situaciones de necesidad de distinta naturaleza, más aún en las actuales circunstancias.
Edith González, presidenta; y Patricia Alarcón, secretaria de Acción Social Diana de Rob de Osorno
Condonar al CAE
El Imacec de abril evidencia que la crisis económica es muy profunda. La histórica caída de 14% en la actividad económica de abril -que abre proyecciones de una posible contracción del orden de 8% para este año- impone un renovado sentido de urgencia a un acuerdo nacional para ampliar y extender las medidas de emergencia ante la crisis generada por la pandemia.
Sin embargo, hay que dar prioridades. Condonar el CAE no es una medida que apunta en la dirección de ayudar a quienes más lo necesitan. Quienes hoy tienen acceso a la educación superior corresponde al 40% de los jóvenes entre 18 y 24 años, que está matriculado en el sistema, según el Ministerio de Educación. Asimismo, quienes logran acceder y en su mayoría no tienen los recursos suficientes, en los últimos años han estudiado con gratuidad.
Sin despreciar lo difícil que es conseguir el dinero para estudiar en la educación superior, actualmente hay personas que necesitan comida para vivir, mientras otros piden tasas preferenciales. Los recursos son limitados, juzgue a usted dónde debemos distribuirlos.
Valentina Ramírez Hernández
Comedores parroquiales
Las madres que participaban en comedores de Santiago en 1976, le enviaron un informe al vicario Gustavo Ferraris, exponiendo que el 73% de los niños estaban desnutridos y dicen: "Aquí está el débil fruto de nuestros esfuerzos y la solidaridad entregada por parroquias, comunidades, comerciantes generosos, la Vicaría de la Solidaridad y apoyo de distintas partes". En Temuco, con dificultades y ganas de cooperar, el año 1975, comenzaron a funcionar los primeros comedores para niños. Una señora prestó su casa, otras vecinas se ofrecieron para cocinar todos los días. En 1976 existieron 21 comedores, donde diariamente se acogían a 1.500 niños. En Jueves Santo, un grupo de estudiantes católicos fueron casa por casa a pedir alimentos para los comedores. En Valdivia, algunas parroquias crearon comedores en 1976 para atender a niños que vivían en campamentos. Con la crisis económica de 1982 y alto desempleo, aumentaron los comedores, que después funcionaron por varios años. Así fue la obra de la Iglesia Católica y laicos comprometidos en años de crisis.
Derico Cofré Catril