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Una historia plasmada de solidaridad junto al lago

LLANQUIHUE. Por motivación personal, Yaquelin San Martín le ha tendido una mano a sus vecinos que más lo necesitan
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María Consuelo Ulloa

Partió con un esfuerzo, confeccionado con sus propias manos, para ir en ayuda de sus vecinos llevándoles almuerzo. Luego, su solidaridad adquirió nuevas formas y derivó en elaboración de cajas con productos de primera necesidad y, lo que partió como una experiencia individual, fue involucrando más voluntades hasta configurar un espacio de alto agradecimiento para muchos vecinos de la comuna de Llanquihue.

Y es que lo que hace Yacquelin San Martín está tocando varios corazones, justo en momentos en que la crisis sanitaria obliga al confinamiento prolongado de muchas personas, especialmente adultos mayores que no siempre tienen a alguien que los socorra.

"Yo como mujer llanquihuana de corazón me puse a trabajar en forma personal, apoyada en gente que yo confío, doy lo que tengo. Son los vecinos y amigos míos los que me han ayudado", asegura, al tiempo que destaca pertenecer al Centro Cultural y Deportivo Corvi de esta comuna, pero que ningún ingreso ha salido de allí, puesto que nadie ha apoyado a esa organización.

Si bien en un primer momento comenzó entregando almuerzos junto a una amiga, luego empezó a entregar productos de primera necesidad, para más de un mes.

"A las personas se les entregó 10 kilos de harina, aceite, otros abarrotes, lo necesario para un mes. Esto lo voy a seguir haciendo, a veces vendo algunas cosas de mi casa y así después junto cosas". Puntualiza que también quiere ver la opción de entregar elementos de limpieza, que son cada vez más necesarios.

Explica que tomó la decisión luego de ver las necesidades que veía en su comunidad. "La gente está mal, no les alcanza, sobre todo adultos mayores que ganan un sueldo muy pequeño y eso es todo. Si Dios quiere, ahora voy a hacer algo también para mujeres solteras con hijos; entonces, por qué no pensar en ellos también, están sin trabajar y no se puede salir a vender nada, entonces no les alcanza".

Aportes

"Generalmente, las personas que me ayudan son conocidos míos, y lo que yo aporto con recursos propios", ratifica, a la vez que cuenta que tenía una pastelería, pero como tuvo que cerrar, vendió las máquinas y con ello hizo dinero para apoyar a quien lo necesite, junto a otros negocios que mantiene.

San Martín también apoya cada fin de año la "Navidad de los niños" de su sector. Asegura que "cuando estaba haciendo la olla común, en Mödinger me dieron una caja, que yo lo agradecí mucho, pero no dio abasto. Un consejero regional también nos aportó cosas y así fue creciendo. Pero empezó a salir nuevos movimientos con ollas comunes, así que ahí cambié y me puse a juntar para hacer cajas con alimentos.".

¿Cómo identifica a quién ayudar? Explica que con una espontánea red de apoyo: "La misma gente me avisa y me dice que en tal población hay unas personas que necesitan o la están pasando mal y ahí yo entrego".

Finaliza con un deseo de su gestión: "Ojalá esto sirva para abrir las puertas para que muchas otras personas quieran ayudar. Ojalá las autoridades se acerquen también para poder mejorar la ayuda".

Quienes quieras apoyarla en la recolección de víveres u otros productos -pide que no la comuniquen para pedirle ayuda, porque no alcanza a atender a un número infinito de personas- se le puede contactar al +56982039886

Aprovechó la oportunidad también para agradecer a algunas personas que la han apoyado en su accionar, como el consejero regional Manuel Rivera y al alcalde llanquihuano Víctor Angulo, quienes también han apoyado la gestión de la mujer. Junto a la colaboración que recibió del parlamentario Fidel Espinoza.