Correo
Albertina Marambio
Albertina Marambio Vidal, una mujer de apariencia frágil hecha de materiales que ya no se encuentran, forjada por una historia de vida destacada, madre y esposa, gran amiga y sobre todo poseedora de un gran bagaje cultural que supo derramar entre todos los que tuvimos la suerte de estar con ella durante cientos de jornadas haciendo fuerzas por la cultura de nuestra ciudad.
El sábado 23 de mayo se registró su partida y solo nos queda agradecer su inmenso legado de esfuerzo cultural que se puede resumir en una sola de sus tantas obras "el Museo de Artes Visuales Surazo", aventura que se inició ya hace un par de décadas. Gracias a una gestión ante el Ministerio de Bienes Nacionales fue posible disponer de una casona patrimonial, construida por Lupercio Martínez Asenjo, agricultor, en el año 1921.
El museo fue una iniciativa que surgió de la Corporación Cultural Grupo Arte de Osorno, creada por iniciativa de Albertina, a quien no dudamos en calificar como un verdadero motor del desarrollo cultural de nuestra ciudad. Allí en los espacios de esa vieja y señorial casona ubicada en la esquina de calle Matta con Bilbao se efectuaron cientos de exposiciones y actividades de diversa índole, varios decenas de miles de personas se relacionaron allí con los artistas importantes no solo de la ciudad, sino también de nuestro país.
Albertina solía decir "el arte es para vivirlo" y su frase permitía entender que el arte, si bien es cierto, lo producen los artistas, no se complementa si no se encuentra con el público y de eso se trataba el Museo de Artes Visuales Surazo, un rincón de la ciudad lleno de humanidad y belleza en donde el artista exhibe sus obras para deleite y conocimiento de un público que siempre participó activamente.
En estos momentos de dura contingencia, no pudimos estar presentes en la ceremonia de despedida de sus restos mortales, por tanto, hemos creído conveniente suscribir esta carta para decir que somos muchos los que agradecemos toda su maravillosa gestión realizada en medio de un ambiente cultural complejo, siempre carente de recursos, viajando desde su amado fundo "Los Robles" en Corte Alto, para cumplir con un objetivo vital que ella misma se impuso y que tan inteligentemente supo imponer.
Hoy el Museo Surazo llora su partida, sin embargo queda un potente legado y no me cabe duda alguna que el recuerdo de Albertina impulsará al buen equipo que ella formó para continuar trabajando en su obra.
A su familia enviamos nuestras más sinceras condolencias ante este dolor que les afecta y que quienes suscriben sienten como propio. Ya vendrá el momento que nos permita hacer un gran evento en homenaje a César Negrón y Albertina Marambio, que abandonaron sus formas físicas en un breve lapso de tiempo y que hoy en día están juntos tal como lo estuvieron por casi cinco décadas en el mundo terrenal.
Marcelo Álvarez Palma, Jorge Zepeda Araya y Osvaldo Thiers Díaz
Letelier
El honorable senador Letelier justifica su decisión de permanecer en el Congreso, indefinidamente, apelando al clamor del pueblo. O sea, rechaza el artículo que fija un plazo a la reelección parlamentarios con retroactividad, justificando permanecer hasta 40 años a un gran costo para el Estado por "el clamor del pueblo".
La memoria es frágil o acomodaticia para el hábil político. De suyo fue oponente feroz a Pinochet cuando el general se arrellanó como vitalicio en Valparaíso. Era antidemocrático que el dictador permaneciera allí, para siempre, cerrando el paso a líderes jóvenes, decía enardecido. Letelier lleva el apellido de su padre, el canciller Orlando Letelier, asesinado por la Dina en Washington. No cabe duda que su ascendencia fue su trampolín político, siempre bien visibilizada por el honorable.
Olvida él y sus pares de la misma corriente eternizante que, en octubre pasado, el clamor multitudinario del pueblo estuvo en la calle exigiendo a gritos un basta ya, ¡cambios!, incluso teniendo sitiado el Congreso a pedradas. Les obligó, al menos, a un inicio de un cambio constitucional, de rectificación de estos desatinos políticos impresentables de la Carta fundamental militar, de la cual hoy se aferra, quien lo diría, el socialista senador Letelier y otros.
Gaspar Millas del Río
Simce
"Un supuesto básico para una evaluación válida y justa es que exista garantía de que los evaluados han tenido acceso a aquello que se va a evaluar" señalan en su comunicado parlamentarios de oposición junto al Colegio de Profesores y otras organizaciones para manifestar su desacuerdo con la realización de la prueba Simce.
Sin embargo, dicha afirmación ignora que es precisamente porque no se han pasado los contenidos de manera apropiada que urge revisar dónde quedaron los principales vacíos.
Señalar que no se puede realizar porque los niños no están pasando los contenidos es ignorar precisamente el origen del problema.
Bárbara Haas