"Debemos estar preparados para cuatro semanas más por lo menos (para el peak)"
Desde que comenzaron a implementarse las medidas sanitarias preventivas por el covid-19, el intendente Harry Jürgensen ha intensificado su ritmo de vida. Gran parte de su tiempo lo ocupa en Osorno, donde está su domicilio, ciudad en la que se ha concentrado en mayor número la cantidad de contagiados y de víctimas fatales que ha dejado esta pandemia.
En la oficina del Gobierno Regional del edificio de la Gobernación de Osorno estableció su despacho. Pero ahí no termina su trabajo, porque ha impulsado un despliegue por casi toda la región, sin olvidar la Intendencia en Puerto Montt, desde donde además debe despachar documentaciones, resoluciones y convenios. A lo que suma permanentes videoconferencias y presidir la Mesa Regional covid-19. Es una labor diaria, que le demanda su presencia desde las 8 de la mañana a las 8 de la noche.
Bajo ese régimen, Jürgensen también debe dedicar el poco tiempo que le queda a su vida familiar: "Desde la casa trato de hacer algún trabajo, unas dos o tres videoconferencias al día. No he podido reunirme con mi familia, estoy ciento por ciento en el trabajo. A mi mujer la veo cuando regreso en la noche. Somos adultos mayores y tenemos que cuidarnos responsablemente".
-Sí, porque usted ya estuvo internado en la Clínica Alemana de Osorno. ¿Tuvo temor de que se tratara del covid-19?
-Soñé todas las noches que tenía covid-19, así que no dormía. Tenía alta temperatura, pero era otra enfermedad bacterial. Me sané y estoy activo al ciento por ciento.
-Usted forma parte del grupo de riesgo, ¿de qué forma está evitando un eventual contagio?
-Mantengo absolutamente todas las distancias físicas de por lo menos dos metros, cuidándome mucho con lavado de manos, mascarillas y desinfectando el teléfono... todo.
-En su tarea como intendente, ¿qué ha sido más difícil enfrentar: esta crisis sanitaria o las manifestaciones por el estallido social?
-Ambas fueron muy inesperadas. Ninguna persona o autoridad está preparada para enfrentarlas. Esta crisis es muy potente y pone a prueba los sistemas de salud de todo el mundo, que pueden colapsar. Uno está permanentemente nervioso, tratando de proyectar la enfermedad en cuatro semanas, para ver cuántos enfermos y fallecidos vamos a tener; cómo tenemos que estar preparados para atender los contagiados. A un mes del inicio del estado de emergencia por esta razón, estamos preparados como equipo de la Intendencia, del Gobierno Regional para ir generando soluciones. El estallido social fue mucho más complicado. La violencia generó algo muy especial. El covid-19 no es violento, pero es muy potente, muy profundo.
-¿Cuál es su evaluación de lo que han hecho hasta ahora?
-A veces me pongo muy contento cuando veo las cifras del día anterior; otras veces muy preocupado, como cuando veo que hay muchas detenciones, muchos infractores a las normas, como las establecidas para guardar cuarentena; por la responsabilidad de los enfermos para no contagiar a otros. Pero tenemos cifras interesantes en la región. Si bien es cierto nos preocupa mucho Osorno, nos inquieta que todos los días estemos sumando contagiados. Pero, tenemos una cifra que se llama número reproductivo, que nos señala que estamos muy bajos, menos de 1, en la cantidad de contagios respecto de los infectados que ellos generan. También hemos crecido notablemente en la cantidad de exámenes PCR. No queremos, por ningún motivo, echar la basura debajo de la alfombra. Desde que hacíamos 60 o 70 exámenes diarios, ahora estamos sobre 300. Eso gracias a las recomendaciones de la Mesa Regional covid-19. Queremos subir a ojalá 600 exámenes diarios.
-¿El confinamiento de las personas ha sido lo más complicado de lograr?
-Ha costado. Después de un mes hay bastante más prudencia, mucha más conciencia. Lamentablemente, hay personas que no dimensionan que tenemos una enfermedad que no tiene tratamiento ni vacuna.
-¿Cómo vislumbra lo que se viene? ¿Cuándo se enfrentará el peak de la enfermedad?
- No soy experto en salud; soy del área de las matemáticas y a todo se le puede aplicar matemáticas, que hasta ahora nos dicen que esto sigue ascendiendo. Pero, las epidemias como esta, de acuerdo a la historia del mundo, alguna vez terminan. Hay tanto desconocimiento respecto de la enfermedad, que no se puede precisar la fecha del peak. Algunos dicen a que a mediados de mayo, que en junio. La verdad es que tenemos que prepararnos, saber para dónde va la línea. Debemos estar preparados para cuatro semanas más, por lo menos. Nos preocupa que haya sectores rurales donde también se infectan, porque se genera seguramente por alguna actividad social, que son las que más han generado contagios, no los lugares de trabajo, donde también hay casos.
-¿Está preparado el sistema de salud regional para responder a la futura demanda de ventiladores mecánicos, de camas UCI?
-Todo lo que es salud ahora más que nunca está súper centralizado, porque tiene que haber una coordinación de una persona, que es el ministro de Salud, Jaime Mañalich (ver cuadro), con quien hablo todos los días, analizamos los números y todos los días le estoy pidiendo apoyo para equipamiento y equipos. También le pido apoyo al Gobierno Regional, al Core, para hospitales de campaña, compra de ambulancias. Todos los días tenemos nuevos números, pero mi único afán es adelantarme cuatro semanas, para estar debidamente preparados. Que no vaya a ocurrir, Dios quiera y ruego que no tengamos que decidir entre uno y otro paciente conectado a ventilador mecánico. Eso no lo quiero tener.
-¿Cómo se proyecta la región ante esta nueva normalidad?
-La nueva normalidad que nos habla el Presidente se va a ir construyendo con la sociedad. Va a haber un cambio rotundo en lo económico. El mundo está paralizado en un 50%, todo lo que es la producción, el comercio, los trabajos, el intercambio. Aquí viene un cambio y una consecuencia que vamos a tener por años. Este ritmo de crecimiento que teníamos por años ya no es normal. Vamos a sufrir decrecimiento (...). Se nos cae todo de la noche a la mañana. Entonces, viene una nueva normalidad. Tenemos que ir pensando distinto, hay que ser más generosos y pensar más en el caído. Nos va a cambiar la forma de hacer políticas públicas; tenemos que cambiar la forma de ser.
-Una preocupación es la fecha de regreso a clases, con oposición de varios alcaldes. ¿Qué medidas van a adoptar en la región?
-Hay mucha gente que trata de encontrar errores en nuestras opiniones y decisiones. En una epidemia como esta, hay que tomar decisiones, que tienen riesgos. Aquí se trata, en primer lugar, de no contagiarnos, y si las clases hay que demorarlas, seguramente habrá que hacerlo. Si hay que seguir haciendo clases virtuales, será así. Pero la salud está primero. El tema de la vuelta a clases está en desarrollo y así lo ha expresado el Presidente de la República. Cada realidad de una comuna es distinta y hay que actuar en base a esas realidades.
-Los trabajadores públicos también han rechazado el retorno a sus labores...
-Lamento ese rechazo, porque los funcionarios públicos somos servidores públicos y, como tal, debemos procurar no alterar la vida a la gente sino que mejorarla. Gendarmería está trabajando al ciento por ciento; en la región tenemos 800 trabajadores, de los cuales 750 están en forma presencial y el resto por teletrabajo. Esa es la actitud. Para qué hablar de Carabineros, de las Fuerzas Armadas, de la PDI, del personal de Salud. El teletrabajo tiene que estar reservado para los grupos de riesgo. Jóvenes de 20, 30 o 40 años que pretendan hacer teletrabajo y no trabajo presencial para el cual fueron contratados, a mí no me parece. Pero quiero destacar a funcionarios públicos que prestan servicios voluntarios en controles sanitarios. Pido que hagamos una reflexión sobre esa situación.
-¿Existe alguna decisión local respecto a la propuesta del Comercio para retornar su actividad?
-Quisiéramos que los números nos permitieran salir de la cuarentena y abrir el comercio. Porque hay mucha gente que está sufriendo. Para el comercio más grande, los números tienen que decirnos que no aumenta el contagio. Felizmente no hemos tenido casos en los supermercados, que están sosteniendo el abastecimiento.
-¿No es mejor esperar que pase el peak de la enfermedad, para resolver todas estas materias?
-Tenemos que mantener la salud, pero también hay que cuidar el trabajo y el abastecimiento. Hay que mantener el transporte, gremio que trabaja al ciento por ciento, con lo que significan las demoras en controles sanitarios. Hay que tratar de buscar el dorado camino del medio: que no aumente los riesgos sanitarios, pero que mantenga ingresos familiares y los trabajos. De lo contrario, la nueva normalidad va a ser de un cambio rotundamente negativo, del que va a costar mucho más poder levantarse.
"El teletrabajo (en el sector público) tiene que estar reservado para los grupos de riesgo. Jóvenes de 20, 30 o 40 años que pretendan hacer teletrabajo y no trabajo presencial para el cual fueron contratados, a mí no me parece". "Soñé todas las noches que tenía covid-19, así que no dormía. Tenía alta temperatura, pero era otra enfermedad bacterial. Me sané y estoy activo al ciento por ciento". "Todo lo que es salud ahora más que nunca está súper centralizado, porque tiene que haber una coordinación de una persona, que es el ministro de Salud, Jaime Mañalich, con quien hablo todos los días". "Si las clases hay que demorarlas, seguramente habrá que hacerlo. Si hay que seguir haciendo clases virtuales, será así. La salud está primero".
Críticas a Mañalich
Sobre el desempeño del ministro Mañalich, cuestionado durante los últimos días, el intendente Jürgensen dijo ser "un agradecido" del secretario de Estado "por el contacto y apoyo que siempre ha tenido con la Región de Los Lagos; por su dura posición de defensa de la Salud. Creo que las críticas al ministro Mañalich pueden estar en la forma en que dice las cosas, a veces. Pero, su actitud, trabajo y organización en una epidemia de esta naturaleza, realmente es destacable. Espero que los críticos del ministro Mañalich se lo reconozcan más temprano que tarde".