El funcionamiento de las isapres en el marco de la emergencia sanitaria que atraviesa el país y el mundo ha sido motivo de interés y, fundamentalmente, de críticas. ¿Han respondido las isapres a las necesidades de sus usuarios? ¿Han garantizado cobertura y atención oportuna y completa a todos sus beneficiarios, a lo largo del país, con motivo de esta pandemia? ¿Se han articulado con el sector público para dar una respuesta integral y potente a esta amenaza?
Desde luego, las isapres no han desarrollado ningún plan especial de prevención. Nunca lo han hecho. En cambio, el alza unilateral de planes, los rechazos de licencias y los cobros excesivos por exámenes de covid-19 han marcado la agenda de las isapres en el marco de la pandemia.
No han estado a la altura del más serio desafío que ha enfrentado la salud de los chilenos desde que fueron creadas hace cuarenta años. Pero esto no ocurre por la maldad, egoísmo o inconsciencia de algunos ejecutivos; eso es una caricatura. Las isapres no han cumplido su rol porque el sistema sobre el cual están construidas no responde a los fines de seguridad social que deben atender. Se basan en una lógica de mercado y de ganancia que es absolutamente incompatible a una emergencia como la que vivimos.
El proyecto de ley de reforma al sistema privado de Salud fue presentado hace 11 años por el mismo Presidente y el mismo ministro que hoy están a cargo de esta emergencia. Pero no nos engañemos. Ese proyecto resuelve los problemas de las isapres, y no de sus usuarios. No ha sido posible avanzar en su tramitación porque el Ejecutivo se ha negado a aceptar un fondo mancomunado público y privado, a cargo de cubrir ciertos problemas de salud, por ejemplo esta epidemia, que no pueden ser abordados por separado.
Tampoco ha accedido a eliminar la facultad de las isapres, para rechazar o limitar las licencias médicas, o la atribución, declarada inconstitucional por numerosos fallos del Tribunal Constitucional y la Corte Suprema, para aumentar unilateralmente los precios de sus planes.
Existe voluntad también para hacerlo de manera gradual, de acuerdo a nuestra realidad. Pero para lo que no estamos dispuestos, y así lo ha demostrado esta crisis, es para seguir parchando un sistema que ha demostrado que no cumple los objetivos de seguridad social que requieren los chilenos y chilenas.
Rabindranath Quinteros, senador Región de Los Lagos