Ni en el más tortuoso sueño pudimos prever el impacto que tendría una enfermedad como Covid-19. En el mundo, los efectos de la pandemia aún son difíciles de predecir.

Como muchos otros rubros, la ganadería se ha sido golpeada, siendo Europa un continente fuertemente afectado. En Reino Unido reportes del 24 de marzo indican una baja de 36% en el precio del cordero, y algunos medios europeos estiman que el precio del bovino también podría sufrir una baja transitoria.

No sabemos cuánto durará la pandemia, pero sí comenzamos a observar que la naturaleza está mostrando un lado amable. Los vacunos en el planeta continúan respirando y manteniendo todas funciones fisiológicas y ruminales… sin embargo, la contaminación ha disminuido en forma tan evidente por causa de la disminución de emisiones de otros sectores productivos, que observamos a la ganadería con nuevos ojos, más amables. Es más, la crisis sanitaria desatada de la cuidad ha generado en algunos países nuevo interés por volver a trabajar a áreas rurales, la soberanía alimentaria vuelve a ser foco de interés.

En Chile nuestro sistema productivo, logístico y comercial también sufre constantes cambios, que tienen por objetivo proteger la salud de la vasta red de colaboradores a nivel de predios, transportes, ferias ganaderas e industria, y a la vez garantizar la provisión de alimentos para los ciudadanos de nuestro país.

No es al azar que la producción agropecuaria haya sido declarada recientemente por el Ministerio de Agricultura como un eje de infraestructura crítica. Quienes trabajan en ganadería de carne y leche desempeñan un silencioso y coordinado trabajo. A la vez, existe una constante retroalimentación de los ministerios de Salud y Agricultura, para implementar las medidas preventivas que ayuden a minimizar los riesgos de contagio de ésta enfermedad.

En esta oportunidad deseamos agradecer a Chile, a cada ganadero, agricultor y profesional del agro, juntos saldremos de éste periodo, para hacer de éste un país más fuerte y unido, recordando que gracias a nuestro mundo rural se alimentan las ciudades.

¡Nosotros no pararemos, seguiremos alimentando a nuestros compatriotas!

Sergio Willer, presidente de Corpcarne

A raíz de la crisis provocada por el coronavirus el Gobierno ha comprometido recursos por 11.750 millones de dólares con el fin de enfrentar la crisis económica que ya se vive en el país. Con estos fondos se pretende reforzar el presupuesto de Salud, proteger los ingresos familiares, los puestos de trabajo y el funcionamiento de las pequeñas y medianas empresas.

El ministro de Hacienda, Ignacio Briones, ha señalado que si bien el golpe afectará la producción y el empleo "nos vamos a recuperar", considerando que se trata de una emergencia que nació de la propagación mundial del virus, con la necesidad de que las personas se queden en sus casas para evitar el contagio, el aparato productivo nacional mantiene su capacidad para funcionar sin problemas cuando sea superada esta crisis.

Hay que considerar que las pequeñas y medianas empresas se han visto directamente perjudicadas como consecuencia de los ataques y saqueos ocurridos durante las jornadas de protesta de los últimos meses, o porque tuvieron un funcionamiento irregular debido a episodios de violencia.

La micro, pequeñas y medianas empresas son el 98% del total de unidades productivas que funcionan en Chile, aunque sus ventas solo representan el 13,7% del total. No obstante, ese sector es el gran generador de empleos, y por lo mismo, cuando enfrentan problemas esto repercute fuertemente en el mercado laboral. Y cuando la actividad productiva comenzaba a retomar parte de la normalidad, se debe enfrentar una nueva emergencia, en este caso de tipo sanitaria, que también impactará fuertemente en la economía y en el empleo.

De ahí la necesidad de cuidar y proteger a las Pymes y los puestos de trabajo, por lo cual el paquete de medidas anunciado por el Gobierno, que si bien no dejará satisfechos a todos, es un paso importante para abordar la crisis.