Soluciones privadas
Chile es un país donde existen 234.502 organizaciones de la sociedad civil, es decir, 13 cada mil habitantes, donde cada una hace lo posible por ayudar a mejorar nuestro país, cada uno desde su especialidad, ya sea vivienda y desarrollo social, cultura y deporte, educación, entre otros. Nos han demostrado su notable gestión financiera administrando 5.350 millones de dólares, gestionando sus recursos limitados, incluso mejor que la gestión estatal hace con los recursos de todos los chilenos.
Entonces, ¿por qué innumerables consignas exigen soluciones públicas, cuando son los privados quienes han entregado de manera más sustentable las soluciones a problemas públicos?
Dejemos de pensar y hacer ilusiones con que el Estado nos entregará soluciones mágicas, porque ni el dinero que tiene es infinito ni su gestión es estelar.
Daniela Zúñiga
Invitado de piedra
Hoy el coronavirus (COVID-19) es un tema mundial. Los medios de comunicación se han encargado de darle un posicionamiento importante y la autoridad sanitaria ha comunicado su preocupación ante la posibilidad de que este "invitado de piedra" coincida con la influenza. Por esta razón, se adelantó la vacunación de esta última, y se ha hecho un llamado a la población a vacunarse.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la proporción de fallecidos por COVID-19 en Wuhan oscila entre el 2% y el 4% y, fuera de esta ciudad, es del 0,7%. O, lo que es lo mismo, hay una proporción de supervivencia del 99,2% fuera del sitio donde comenzó el contagio. Esto quiere decir que nuestro nuevo invitado ha tenido una gran fama mundial, sin embargo, no debemos perder de vista a la influenza que representa un mayor riesgo para nuestra población y que tiene una vacuna segura y efectiva.
Por otro lado, es bueno hacer un nuevo llamado a la calma. Hay que promover las medidas normales para mantener a raya cualquier enfermedad: Alimentarse bien, lavarse las manos, vacunarse e ir al médico a chequearse anualmente. No hay mejor manera de protegerse de una enfermedad que con información y prevención.
Jorge Cienfuegos Académico Escuela Química y Farmacia U. Andrés Bello
"Los puntajes de la PSU"
Parece haber una confusión generalizada con respecto a los puntajes de la PSU. Llama la atención escuchar en algunos medios y en la calle cómo se comentó el lunes cuando salieron los puntajes de la PSU, que estos "bajaron" este año. Es importante entender que, dado la fórmula que se usa para estimar los números, los puntajes normalmente no suben ni bajan entre año y año, ya que los puntajes de la PSU tienen lo que se llama en términos estadísticos una "distribución normal".
Esto quiere decir que se les impone un promedio de 500 y una desviación estándar de 110 puntos. Todos los años, por ende, el promedio nacional de la PSU es de 500 puntos y aproximadamente el 68% de los estudiantes saca entre 390 y 610. Tampoco podemos guiarnos por el número de puntajes nacionales para hacer esta aseveración, ya que los puntajes nacionales son altamente sensibles a una pregunta correcta más o menos y varían enormemente año a año. Lo que sucede con la prueba de historia este año, es diferente. Al utilizarse el mejor puntaje en otras pruebas, el puntaje promedio de esta prueba ya no está distribuido de una forma estadísticamente "normal", siendo de 599 en vez de 500, como todos los años anteriores. Entonces, sí podemos decir que los puntajes de historia son más altos este año.
Carolina Melo PhD. Universidad de los Andes
Gran acuerdo nacionalParte de la ex Concertación elaboró un documento llamado "gran acuerdo nacional". En él plantean acordar tres cuestiones: agenda social relevante y sostenible; orden público y paz social; y crecimiento económico. Fue firmado por más de 200 líderes, entre ellos Soledad Alvear, Mariana Aylwin, José Miguel Insulza, Ignacio Walker, José Antonio Viera Gallo, entre otros.
Una oposición huérfana de respaldo por sus propios líderes, puesto que los presidentes Fuad Chahín (DC), Heraldo Muñoz (PPD) y Álvaro Elizalde (PS) no firmaron la misiva ni la apoyaron. Por el contrario, prefieren ensimismarse en su tozudez y no llegar a ningún acuerdo con el gobierno en estos tres temas tan sensibles en la contingencia nacional. No es "hacerle el juego a La Moneda", el reclamo de la centroizquierda democrática es una actitud abierta al diálogo y al consenso, de la cual sus actuales timoneles tienen bastante que aprender. No hay peor sordo que quien no quiere oír.
José Luis Trevia, Fundación para el Progreso