Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Espectáculos

Los festivales en los que la política se convirtió en la gran protagonista

HISTORIA. Las ediciones de 1973 y 1988 estuvieron marcadas por las manifestaciones, aunque son varias las ocasiones en que se ha hecho referencia a los temas sociales que afectan al país.
E-mail Compartir

Flor Arbulú

El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar nació con un fin turístico y económico en los albores de la década del '60. A medida que fue tomando vuelo, también se convirtió en el lugar que reflejó los acontecimientos político - sociales tanto internos como extranjeros.

Como muestra un botón. En la primera jornada del año pasado, los animadores María Luisa Godoy y Martín Cárcamo realizaron una particular declaración de principios, "porque es una fiesta del continente no cerramos los ojos frente a los tiempos difíciles que vive la región", expresó la conductora de TVN.

Su partner agregó: "La violencia política, la pobreza, la crisis de las instituciones, el racismo y el clasismo. Parece que Latinoamérica está totalmente convulsionada, pero no nos dejemos engañar, la fuerza de nuestra historia está más fuerte que nunca". Luego invitaron a celebrar "el Festival de la esperanza, el Festival de la paz", y el viñamarino remató con un fuerte y claro "democracia y libertad Venezuela".

No era la primera vez que se hacía referencia al país que dirige Nicolás Maduro en el evento. Para la versión 2014, varios artistas ocuparon la Quinta Vergara para mandar mensajes a Venezuela como Ricky Martin y Ana Gabriel -que además coinciden en esta versión del certamen-, Laura Pausini y Beto Cuevas.

El intérprete de "Disparo al corazón", que últimamente ha estado en la palestra por su decidida oposición a los gobernadores de Puerto Rico, dijo "mucho amor para Venezuela; venezolanos, los quiero". La mexicana, en tanto, comentó: "Venezuela por la libertad, que al igual que las gaviotas, no se sientan solos, no se rindan y que levanten el vuelo".

El genio de González

Si bien aquella vez el tema internacional marcó la pauta, las cuestiones locales también se han hecho presentes. En 2012, por ejemplo, Los Bunkers y Manuel García aludieron en sus respectivas actuaciones a la educación gratuita o al conflicto mapuche.

Uno de los casos más recordados ocurrió en 2003, cuando se llegó a un acuerdo con Los Prisioneros para que no dijeran frases polémicas durante su actuación. No lo hicieron. Pero, apelando a su creatividad, su vocalista Jorge González cambió la letra de las canciones como en "Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos", con frases como "el ejército de EE.UU. dice que hay que ir a la guerra, toda Latinoamérica le chupa el miembro y está dispuesta a avalar esta matanza, para que luego los mismos yanquis nos vendan el petróleo a precio de alza".

Diez años después el grupo volvió al certamen y González aprovechó la tribuna para dar a conocer su opinión sobre el o la futura mandataria, diciendo que daba igual quién fuese Presidente, porque los que mandaban eran otros. Y le envió un mensaje a Bachelet: "Si usted ahora sale Presidenta y manda a matar a los mapuches, (…) sobre todo si no hace nada por cambiar la Constitución, no se moleste, quédese donde está".

División

Dos ediciones del Festival estuvieron marcadas definitivamente por las tensiones políticas del país. Una de ellas fue la de 1973 que -a la postre- se ve como una de las más complejas de las que se tenga memoria.

Si bien un año antes la Quinta Vergara ya había sido escenario de una pifiadera monumental cuando la cantante sudafricana Miriam Makeba saludó al entonces Mandatario Salvador Allende; a siete meses de que se produjera el Golpe de Estado el ambiente era casi de batalla campal.

Tampoco ayudó que la organización del certamen de ese año decidiera invitar a dos grupos ícono de bandos contrapuestos: Quilapayún y Los Huasos Quincheros. El primero, firme defensor del gobierno de la Unidad Popular (UP), subió a escena en un mar de pifias y gritos de "que se vayan", mezclado con vítores y aplausos de sus partidarios que ocupaban las localidades más lejanas, incluyendo los cerros colindantes.

Eduardo Carrasco, líder de la banda, intentó varias veces hablar. Pasó cerca de dos minutos y medio antes que pudiese decir que "en primer término quisiéramos saludar al público de la Quinta Vergara", para luego entre medio de los gritos intentar seguir con su discurso, dedicando la actuación a Violeta Parra y Rolando Alarcón. El grupo comenzó su show con "Nuestro cobre", para seguir con "Las cacerolas" y "La batea".

En las graderías, se produjo una guerrilla verbal entre el público, así como un desorden generalizado. Tras varios minutos de caos logró comenzar su actuación el artista que seguía: el cantante Romuald.

En vista de las circunstancias, la organización optó por cancelar la función de clausura folclórica y designar los ganadores ante notario, triunfando "Mi Río'' de Julio Numhauser, interpretada por Charo Cofré. Asimismo, y producto de los problemas que se presentaron, se canceló la actuación de los Huasos Quincheros en la etapa final del certamen aduciendo motivos de seguridad y para evitar "represalias" por parte de un sector que los identificaba con la derecha política.

En el programa "TV o No TV" (Canal 13), Carrasco recordó que en la previa del Festival de ese año hubo "una especie de campaña propagandística en contra nuestra. En Viña del Mar se repartieron panfletos, muy agresivos, que llamaban a cortarnos la cabeza".

La voz del pueblo

Si bien durante la dictadura se vivieron varios momentos que han quedado en la memoria y que ahora resultan, a lo menos, extraños -como parar una actuación para anunciar desde el escenario la llegada de Augusto Pinochet y su señora al palco festivalero en 1974; o cuando el humorista Manolo González imitó al mismo general y se decidió cortar la transmisión televisiva en 1978-, el de 1988 volvió a tensionar a la organización.

Ese año el Festival se realizó sólo siete meses antes del Plebiscito que decidiría la continuidad de Pinochet en el poder, y el certamen hizo eco de lo que se vivía. Por ejemplo, la canción "No vas a hacerme el amor", que representaba a Perú en la competencia internacional, fue descalificada por la organización bajo acusaciones de plagio. Sin embargo quedó la percepción que el motivo fue que en su letra se repetía varias veces la palabra "no", lo que se interpretó como una propaganda velada hacia el bando opositor al régimen.

Otro momento tenso se produjo cuando Richard Page, vocalista del grupo estadounidense Mr Mister, leyó un mensaje que rezaba así: "Un saludo para los artistas amenazados de muerte. Los artistas del mundo estamos con ellos", lo que provocó el corte de transmisiones y comerciales.

Luego el músico volvió a escena junto a Antonio Vodanovic para disculparse: "Yo no soy un político. Sólo soy un músico y los amo". Al día siguiente el animador comentó que "creo que él nunca supo muy bien lo que pasó". Sin embargo, Pat Mastelotto, baterista de dicha banda y también de King Crimson, en 2016 habló con Radio Futuro revelando que el cantante tenía relación con Amnistía Internacional y sabía lo que estaba hablando, porque de antemano le había anunciado que daría un discurso.

Ese mismo año, además, se produjo una frase que quedó marcada a fuego en la historia festivalera. Todo fue debido al entusiasmo que generó la actuación de José Luis "Puma" Rodríguez en el público, que pedía a gritos que se le entregase la Gaviota, la cual sólo estaba reservada para los ganadores de las competencias.

El venezolano se mantuvo 15 minutos en total silencio, esperando el galardón. Finalmente la alcaldesa de la época, Eugenia Garrido, cedió y le entregó el trofeo: "A veces hay que escuchar la voz del pueblo", dijo el músico, lo que fue interpretado en apoyo a los opositores de Pinochet.

Escenarios que ad portas que se inicie la versión 61 del evento toman más fuerza, pues esta edición del Festival Internacional de la Canción estará marcada por las manifestaciones que se han sucedido en el país desde el 18 de octubre, y sólo a dos meses del plebiscito que decidirá sobre la continuidad de la Constitución. La organización ya anunció que no habrá censura y que sólo se le pidió a los artistas que respetaran la línea editorial. Sólo queda esperar lo que pasará arriba y abajo de la Quinta Vergara.