Correo
Alma generosa
A través del éter recibí, de un alma generosa, el siguiente pensamiento de Nelson Mandela: "El resentimiento es como beber veneno y esperar que mate a tus enemigos (...)". Estos son los hombres que pasan a la historia. Espero que los políticos tradicionales chilenos -de derecha, de centro, de izquierda y los "independientes"- que están enfrascados en defender sus intereses personales, aprendan algo de este gran hombre. ¡Ya es hora!
Mauricio Pilleux Dresdner
Densidad de cotizaciones
Según la estadística a diciembre de la Superintendencia de Pensiones, sólo un 18% de los pensionados de dicho mes cotizó más de 30 años, periodo mínimo de años cotizados para hablar de pensión completa según la OIT. Del 82% restante, un 42% cotizó menos de 10 años, un 22% cotizó entre 10 años y 20 años, y un 18% cotizó entre 20 años y 30 años.
En la reforma previsional en curso, ninguna propuesta se hace cargo de mejorar la densidad de cotizaciones, por lo que seguiremos teniendo mayoritarios porcentajes de nuevos pensionados con menos de 10 años de cotización, como en la actualidad.
Como dato, las cotizaciones entre los 20 años y los 35 años, representan sobre el 50% de la futura pensión, pero no existe ninguna propuesta al respecto, de ningún sector político.
Si queremos mejorar las pensiones, hay que enfocarse en su principal problema, que es mejorar la densidad de cotización, pues sino se cotiza, cualquier modificación a nuestro modelo previsional pasa a ser intrascendente.
Eduardo Jerez Sanhueza
La ciencia necesita mujeres
La baja representatividad de las mujeres en las carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM, por sus siglas en inglés) es histórica y a pesar de los avances, aún estamos lejos de la anhelada equidad de género. Así lo demuestran las cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) que indican que sólo un 32% de la participación en ciencia y tecnología en Chile es desarrollada por mujeres.
¿Cómo atraer más mujeres a las carreras STEM? Es un desafío que debe partir de una revolución cultural, que comienza desde la educación temprana, por la manera en que criamos y formamos a los niños en igualdad de oportunidades. Las escuelas tienen un rol preponderante en esta materia, siendo en el aula donde aún se reproducen prácticas discriminatorias a favor de los hombres y que pueden influenciar sus futuras elecciones académicas y profesionales. Lo anterior termina traduciéndose en que las mujeres tienen una representación muy baja en los equipos de investigación. Ya lo señaló la subsecretaria del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Carolina Torrealba: sólo un 17% de los centros de excelencia son liderados por mujeres; un tercio de los doctorados en Chile son ocupados por ellas y esta misma brecha se replica entre quienes se adjudican fondos de investigación Fondecyt.
Seamos optimistas. El avance a nivel nacional ha sido lento, pero seguro. Hace unos días el Ministerio de Ciencia y Tecnología presentó una Hoja de Ruta que representa una oportunidad para construir una política participativa de equidad de género en el sistema científico, tecnológico y de innovación del país. En la comunidad internacional, en tanto, se han establecido objetivos claros que deben servirnos de espejo a todas las instituciones de educación superior, las que tenemos una importante tarea no sólo en la formación de las jóvenes en estas disciplinas, sino también en otorgar consideraciones de índole de género a nuestras académicas e investigadoras que les permita dar continuidad a sus carreras.
En la UST hace unos años nos sumamos a este compromiso, lo que se ve reflejado en nuestras cifras: el 70% de nuestra matrícula son mujeres, el 55% del cuerpo docente está compuesto por académicas y contamos con más de 29 mil egresadas de nuestras aulas. En el área científica, en tanto, el 65% de las estudiantes de la Facultad de Ciencias son mujeres, así como también lo son el 76,1% de los exalumnos. Además, durante 2019 el 66% de proyectos con financiamiento interno fueron liderados por investigadoras.
Este escenario se condice con las cifras del reporte de Participación Femenina actualizado a diciembre de 2019 por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), que confirma el aumento de 53,1% en la matrícula femenina para las carreras profesionales o técnicas impartidas en instituciones de educación superior.
La senda, por tanto, ya está iniciada. Las políticas públicas se encaminan hacia la incorporación de programas que fortalezcan una participación equitativa de hombres y mujeres en las carreras STEM, sin embargo, resulta urgente tomar medidas que aceleren el cambio en los patrones culturales de género.
María Olivia Recart Herrera, Rectora Nacional de la Unversidad Santo Tomás (UST)