Así como existe el "fitness físico" -o estado de buena salud física- existe, asimismo, el "brain fitness", es decir, la buena salud mental. También se habla de "neuróbica", o gimnasia cerebral, concepto popularizado por los neurobiólogos norteamericanos Lawrence C. Katz y Manning Rubin, con el objetivo de describir una serie de ejercicios y problemas mentales que mejoran el rendimiento del cerebro y que han sido diseñados para mantener, precisamente, a nuestro cerebro alerta y funcionando a plena capacidad.
La memoria está estrechamente relacionada con una zona cerebral llamada hipocampo, que actúa como una suerte de archivador -o anotador neurológico- que almacena la información y datos (o engramas) que van llegando para efectos de trasladarlos a ciertos puntos del córtex cerebral que los almacena de manera permanente por intermedio de diferentes grupos de células interconectadas.
El problema radica en que si no se hace uso de estos grupos de células, la información corre el riesgo de no poder ser recuperada, lo que lleva a la pérdida de memoria, lagunas mentales, dificultad o incapacidad para concentrarse, etcétera, para desesperación de quien sufre estos problemas.
Hoy en día ya no se discute el valor del fitness cerebral, ya que este proceso consiste en usar diversas estrategias orientadas a ejercitar la mente de una manera diferente a la que estamos acostumbrados. En este sentido, lo que se hace es romper ciertos hábitos y paradigmas y reemplazarlos por otros nuevos.
Sicólogos, médicos y terapeutas coinciden en la extraordinaria utilidad del fitness cerebral y se valen de una serie de rutinas de ejercicios mentales que incluyen puzzles, sudokus, crucigramas, juegos de salón y varios otros, con el fin de que los pacientes se ejerciten y, por esta vía, puedan estar en condiciones de prevenir -y en otros casos reparar- el deterioro que puede sufrir el cerebro en algunas funciones.
A lo anterior hay que agregar otro hecho extraordinario: de acuerdo con una serie de estudios realizados por el Dr. Joe Verghese que duraron cinco años, se pudo demostrar que es posible reducir el riesgo de Alzheimer hasta en 64% con el sólo aumento de la actividad mental de un punto porcentual por semana. Asimismo, es factible disminuir hasta en 7% el riesgo de demencia con sólo añadir un ejercicio mental -como puede ser un puzzle- a la semana.
Dr. Franco Lotito C. Académico, Escritor e Investigador (PUC-UACh)