"Tenemos el patrimonio asociativo más importante del sur de Chile"
LA UNIÓN. El apicultor y folclorista ha dedicado gran parte de sus esfuerzos en promover el desarrollo del turismo en la capital de la provincia del Ranco.
Si bien la apicultura y su pasión por el folclor han sido las principales ocupaciones a las que ha dedicado tiempo a lo largo de su vida, en los últimos años también ha invertido gran parte de sus esfuerzos en un nuevo propósito. Así es Iván Ríos Triviño, gestor comunitario que lleva más de una década de trabajo en beneficio de promover el desarrollo y progreso de la actividad turística en La Unión.
Junto a grupo de amigos conformó la primera Cámara de Turismo de La Unión, institución que preside y al alero de la cual ha impulsado y apoyado una serie de iniciativas que permitan poner en valor el potencial que posee la capital del Ranco en materia de turismo.
Aristeo Iván Ríos Triviño tiene 61 años de edad y nació el 16 de julio de 1958 en La Unión. Está casado hace 38 años con Silvana Miranda, con quien tiene tres hijos: José Manuel (39), Nadia Silvana (37) y Alejandro Aristeo (35). También tiene cinco nietos: Florencia, Eduardo Aristeo, Lucía, David y Daniel.
Sus estudios básicos los inició en la Escuela 1 (hoy Colegio Honorio Ojeda Valderas), para luego continuar en la Escuela 4 (hoy Escuela Jorge Alessandri), la Escuela Aldea Campesina y regresar a la Escuela 4, desde donde egresó de octavo básico. Su enseñanza media la cumplió íntegramente en el Liceo Abdón Andrade Coloma. Egresó de cuatro medio en 1976.
Al año siguiente entró a estudiar secretariado contable en el Instituto López Castañeda de Osorno, pero no terminó.
"El 17 de octubre de 1977 fui acuartelado en el Regimiento de Telecomunicaciones de Montaña Membrillar N°4 de Valdivia. Hice un curso de oficiales de reserva y egresé con el grado de sargento primero de reserva de infantería de montaña y me destinaron a Lautaro, en la región de la Araucanía. Volví a La Unión en 1979", explica.
-¿Por qué volvió a La Unión?
-Dejé las fuerzas armadas porque siempre hago mis cosas de manera independiente y no me gusta rendir demasiadas cuentas a nadie. Fue una buena experiencia, pero no me gustaba el tener que rendir cuentas a todos.
-¿A qué se dedicó al regresar?
-Al día siguiente empecé a trabajar en la botillería San Carlos con mi hermano mayor Juan Carlos, hasta que en 1981 le cambiamos el sentido al negocio y lo hicimos supermercado, porque no nos sentíamos cómodos con el tema del alcohol.
-¿Cómo llega a convertirse en apicultor?
-Me hice apicultor porque quería ser más independiente de lo que era. Empecé en 1991 y gracias a las abejas he podido hacer todo lo que hago en gestión comunitaria, pude entregarle educación a mis hijos y también pude viajar por el mundo, ya que he asistido a una gran cantidad de congresos mundiales en diferentes países. La apicultura es uno de los oficios quizás más lindos, porque la abeja es considerada como el ser vivo más importante del planeta y no es menor trabajar con la vida y proveer un alimento de alta calidad, inocuo y que entrega mucho bienestar para el beneficio de sus consumidores.
Mi abejas las tengo en el sector de Los Conales y en Cumulelfu y mi emprendimiento se llama 'Colmenares Ríos'. Además de miel, producimos también cera estampada.
-¿Cómo surgió su vocación como gestor comunitario?
-Ni en la escuela, ni en el liceo nunca fui elegido para nada, ni siquiera mejor compañero. Pero en 1971 estuvimos en el gran 'jamboree scout', que se hizo en el Estadio Bancario, cuando La Unión cumplió 150 años. Se hizo un campamento en que vinieron scout desde Concepción a Punta Arenas y todo el sector que hoy corresponde a población Los Ríos y Elvira Werner se llenó de carpas. Ahí fui elegido como subguía de patrulla y fue la primera oportunidad en que asumí algún tipo de liderazgo.
Folclorista
Ríos se inició en el folclor en 1974, "luego de haber tenido las primeras nociones de bailar cueca en el liceo, en la clase de educación física. En ese tiempo existía el Conjunto Folclórico Iansa y junto a algunos amigos nos inscribimos. En 1984 nos convertimos en el primer grupo folclórico de La Unión en salir del país. Fuimos a San Martín de Los Andes, al primer Encuentro Argentino-Chileno Sur Cordillerano Trawún, que hasta el día de hoy se organiza y he asistido a los 36 encuentros. Estuve en el conjunto hasta 1985, cuando sufrí un asalto en el supermercado y me dispararon seis balas, una de las cuales permanece alojada en mi cabeza. Eso me dejó con una invalidez total del lado izquierdo y tuve que dejar de bailar por un tiempo".
-¿De qué manera pudo reinsertarse en la actividad folclórica?
-A partir del asalto tuve que aprender a caminar de nuevo, a coordinar mis movimientos y en la medida que hacía ejercicio, me rehabilitaba. Entonces decidí volver al folclor y eso me sirvió mucho en mi rehabilitación. Ingresé al Conjunto Folclórico Millantué y con ellos fuimos tres veces a San Martín de los Andes. Ahí estuve creo que hasta 1997 cuando desapareció la agrupación, y me invitaron a participar en el Conjunto Folclórico Magisterio.
En 2001 tuvimos la oportunidad de viajar a México y fue una experiencia soñada, pues estuvimos 21 días bailando y conocimos mucho de la cultura mexicana.
-¿Cuál es su principal legado folclórico para La Unión?
-Participé en la creación del Encuentro con Nuestras Raíces, que nació en 1990 y que este año cumplió 30 años. Junto a Ricardo Guarda, Alberto Bilbao y Marta Calfil pensamos que podíamos generar en La Unión un evento similar al de San Martín de los Andes. Así, en 1990 nació el Encuentro con Nuestras Raíces.
-¿Qué le parece que continúe vigente después de 30 años?
-Esto ratifica el relato que en lo particular he tratado de cimentar, con respecto a que La Unión es la ciudad más asociativa del sur de Chile. La Agrupación Folclórica de La Unión es un ejemplo de ello, pues a pesar de que los folcloristas son complicados para convivir por el ego artístico, han logrado mantener un evento por tres décadas.
Turismo
-¿Cómo surge su vocación por promover el turismo en La Unión?
-Tiene que ver con el programa radial que realizo desde 2006 en Radio 101 y que se llama "Latinoamérica al Aire". En 2007, a través del programa decidimos montar una exposición con antigüedades, porque La Unión no tiene museo. Conseguimos que mucha gente nos aportara fotografías. Nos prestaron máquinas antiguas, objetos y eso demostró que La Unión tenía patrimonio para tener un museo. Hicimos la muestra en el Edificio Consistorial y fue un éxito.
Terminado eso, decidimos crear el Comité Pro Museo ese mismo año, junto con Javier Burgos, Harrison Insunza y otros amigos. Impulsamos la idea, pero los recursos son escasos, a veces no se compran bien las ideas y alguien tiene que financiarlas. Ya que no había recursos, empezamos a levantar el relato histórico, en 2008 hicimos el primer circuito patrimonial en La Unión y luego, en 2011 recuperamos una actividad patrimonial como las carreras de balsas en el río Llollelhue.
-¿Por qué se conforma la Cámara de Turismo de La Unión?
-Se crea a raíz de la necesidad de tener una organización que sea referente. Quizás no somos lo que se esperaría, pero igualmente hemos logrado posicionarnos como organismo y hemos impulsado la creación de un Plan de Desarrollo Turístico, ya que todavía en nuestra comuna no existe una visión turística y al no haberla, no hay planificación y no hay trabajo. Tenemos la fuerza para seguir impulsado esto.
-¿Cómo describiría el potencial turístico que tiene la Unión?
-La Unión tiene todas las potencialidades para ser un destino potente, porque tenemos la mayor área silvestre protegida de bosque templado lluvioso. Tenemos el río navegable más largo de Chile, el patrimonio arquitectónico vasco-francés y alemán más potente del sur de Chile o la central hidroeléctrica en funcionamiento más antigua de Chile. Tenemos el patrimonio asociativo más importante del sur de Chile. Somos la única comuna de la región con acceso al lago y mar y además tenemos el árbol más antiguo del hemisferio sur.
-¿Cuál cree que es la clave para desarrollar el turismo en la comuna?
-Nos falta visión de turismo y entender que se puede vivir de {el. Por ejemplo, cuando llegó el Programa de Zonas Rezagadas se empezó a trabajar focalizadamente en el desarrollo de emprendimiento turísticos y hubo mucha gente que se formalizó. Entonces, cuando se tiene la visión, se focaliza el gasto y la inversión, se obtienen resultados. Como comuna, nos falta la visión, pues si la tenemos vamos a planificar y así vamos a trabajar y a obtener resultados. Tenemos todo lo necesario para hacer turismo sustentable de bajo impacto como pesca deportiva, trekking o agro turismo.