Desde el inicio del estallido social el país ha sufrido una ola de vandalismo sin precedentes. En tres meses grupos de delincuentes han saqueado y destruido cientos de inmuebles, tanto públicos como privados, perjudicando en muchos casos a personas que con esfuerzo habían logrado levantar emprendimientos fruto del trabajo de toda una vida.
En este escenario de violencia y ataques a la propiedad, los medios de comunicación tampoco han estado liberados. Casas periodísticas como El Mercurio de Valparaíso, El Líder de San Antonio, Radio Bío Bío, y algunos canales de televisión, han sido víctimas del accionar del lumpen.
El último episodio se registró la tarde del lunes en Antofagasta, donde una treintena de violentistas, en forma premeditada, ingresó al patrimonial edificio de El Mercurio de Antofagasta, para destruir las instalaciones del periódico y amenazar a los funcionarios que se encontraban a esa hora en el lugar.
A los minutos de registrado el ataque, el presidente de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), Juan Jaime Díaz, condenó los hechos. "Repudiamos este nuevo atentado a uno de nuestros asociados, que con más de 110 años de trayectoria en esa región del norte del país, ha sido un pilar fundamental en su desarrollo, mediante la entrega de información oportuna y de calidad. Este tipo de ataques claramente organizados y que se han producido en forma reiterada en los últimos meses, buscan silenciar a los medios de comunicación con el fin de limitar la libertad de prensa y así producir serios daños a la democracia".
Es de esperar que estos episodios no se vuelvan a repetir, ya que atentan gravemente contra uno de los pilares importantes de nuestra sociedad, y tal como lo exigió el líder de la ANP, se espera una pronta investigación que pueda sancionar a los autores de estos hechos que, por ningún motivo, pueden quedar impunes.
La libertad de informar, como la misma democracia, son conquistas que hay que defender.