Quien se considere un lector asiduo o al menos regular, coincidirá en que siempre hay un cuento o una novela que los ha marcado más que todo el resto, ya sea por las sensaciones y/o por las reflexiones. Aunque cada libro nos deje un tesoro, una enseñanza o una emoción que traemos a la memoria cuando pasamos por malos momentos o cuando sentimos una alegría desbordante, siempre, pero siempre hay uno especial.
Pocos libros deben haber sido citados tanto como "El Principito", de Saint-Exupéry, que fue escrito para los niños, pero que traspasa generaciones con sus lecciones filosóficas y espirituales. Muchas de sus célebres citas siguen igual de vigentes al día de hoy, aunque fueron escritas hace ya 76 años.
En una sociedad donde impera el egoísmo y el individualismo de un sistema que nos rodea de enemigos muchas veces sin rostro, la vigencia de sus enseñanzas se agradece porque no tienen tiempo ni lugar.
A partir de El Principito es posible descubrir lo mejor del ser humano, sin importar su religión o color de piel, sino que al escudriñar bajo sus ropas o ideologías, sea posible encontrar ese tesoro único y máximo en todo el universo: el poder del amor y el valor de lo simple de la vida.
La obra es un recorrido por los valores universales que la Humanidad está perdiendo. Valores como el respeto, la prudencia, la esperanza, la igualdad, la tolerancia, el amor o la felicidad. Valores que nunca es tarde para comenzar a recuperar.
Seamos más Principito en el día a día. El mundo necesita muchos más. Para que no olvidemos disfrutar de lo sencillo, valorar lo que nos rodea y atesorar la amistad: "No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo". Seguramente hay pocas frases en el mundo que hayan resumido de manera tan sencilla y brillante el sentido de la amistad.
O la célebre: "He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos" para ver la verdadera riqueza interior. Frases como éstas hay muchas que nos invitan a olvidar prejuicios y conocernos a nosotros mismos. Ojalá algún día, de tanto repetirlas, de tanto citarlas, el mundo sea un lugar mejor.