Tanto los expertos en sicología y crianza de los niños, como así también diversos enfoques religiosos y posturas filosóficas de diversa índole, nos demuestran que hay ciertas cosas sin las cuales a un niño se le hará muy difícil transitar por la vida, si no las desarrolla en su niñez.
Es imprescindible que los padres presten mucha atención a estos elementos y ayuden para que su hijo las desarrolle. Lo primero es el respeto: es uno de los valores fundamentales que el ser humano debe desarrollar desde pequeño y que debe estar siempre presente a la hora de interactuar y relacionarse con las personas, animales o cosas del entorno. El filósofo chino Confucio decía que "si no hay respeto, no hay forma de distinguir a los hombres de las bestias".
Control de impulsos: de acuerdo con expertos como el Dr. Daniel Goleman, sin este factor jamás se podrá ser "inteligente emocionalmente", siendo muy posible que las relaciones interpersonales de estos niños cuando adultos estén plagadas de errores y fracasos, ya que las personas con falta de control de impulsos tienden primero a golpear y luego a reflexionar acerca de lo que hicieron.
Humildad: si bien algunos ven a la humildad como una "debilidad", esa visión o percepción de esta cualidad representa un craso e imperdonable error, ya que la humildad está lejos de hacer "débil" a una persona. Por el contrario, ella representa una gran fortaleza, especialmente cuando se es capaz de reconocer los errores cometidos y se realizan las acciones necesarias para reparar el error o el daño que se ha hecho a otros. Ello requiere de mucha valentía y coraje.
Autoconciencia de responsabilidad: Christine Gross-Loh consigna en su libro "Crianza sin fronteras" que ya con 15 meses los niños están en grado de desarrollar su capacidad de cooperar y entre los 18 y 24 meses crece en ellos el deseo de ayudar y de poner "manos a la obra". Tanto así, que en ciertas culturas los padres inculcan en sus hijos esta disposición a prestar su ayuda con los quehaceres del hogar, acordes con la edad y etapa de desarrollo, para ir generando una "conciencia del deber y de la responsabilidad".
Aprendizaje de principios éticos y valores morales: le permiten al niño diferenciar lo que es correcto de lo incorrecto, lo bueno de lo malo, en función de lo cual su sistema de valores no dependerá del estado de ánimo, sino que su conducta se regirá por principios internalizados desde pequeños.
Dr. Franco Lotito C. Académico, escritor e investigador