La violencia, que ha destruido espacios públicos, supermercados, pequeños negocios, iglesias y hasta un hospital, horada nuestra convivencia y nos retrotrae a otros períodos de nuestra historia donde la violación a los derechos humanos fue una política pública. Es una vorágine que lo único que produce es más violencia, además de miedo y temor en la población.
¿Puede la violencia ofrecer un camino para resolver los problemas de Chile? Definitivamente no.
La violencia que hemos visto en las últimas semanas tiene múltiples orígenes y requiere, por tanto, distintas respuestas.
Hay pequeños grupos radicalizados que promueven la violencia política y hay delincuentes que se aprovechan del descontrol para desarrollar su actividad.
Pero el grupo mayoritario es el de una gran masa, principalmente de jóvenes, que sienten que la sociedad entera es violenta con ellos, los castiga e ignora, y no sienten adhesión o respeto por ninguna institución. Este sector es apoyado o avalado por otro, aún más grande, que incluye a capas medias, que normalmente rechazan la violencia pero que ahora, después de tanta marcha infructuosa, sienten que si no hay violencia no se logra nada.
Para resolver esta crisis, resulta imprescindible separar los saqueos, robos y el vandalismo de la movilización social.
Pero el Gobierno y Carabineros no han sido capaces de hacer esa diferencia, han sido ineficaces.
El acuerdo para llegar a una nueva Constitución es un avance, así como una serie de medidas inmediatas entre las que se cuenta el reajuste a las pensiones básicas y el subsidio al transporte de los adultos mayores, pero aún falta concretar un aumento sustancial del ingreso mínimo y el mejoramiento de la salud.
También hay que construir una agenda de transformaciones de mediano y largo plazo, si queremos realmente construir un país con más justicia y con más paz.
Seamos claros. La destrucción de nuestras ciudades no tiene el objetivo de crear una sociedad más justa. La justicia no surgirá de la violencia. Un Chile más justo se construirá sobre un nuevo pacto social, un nuevo acuerdo de convivencia, que no es posible si existe desigualdad y discriminación, pero tampoco lo es si está secuestrada por la violencia.
Rabindranath Quinteros , senador por la Región de Los Lagos