Imagen país
Me tocó visitar por un mes a una hija que hace un postgrado en una universidad europea y tanto a la ida como a la vuelta tuve que esperar la combinación de largas horas en el aeropuerto de Madrid, en España, frente a un televisor con personas de distintas nacionalidades.
En la ida el 23 de septiembre aparecía en las pantallas Piñera hablando en la ONU, después entrevistándose con Macron y un reportaje sobre la próxima cumbre de la COP25. Al identificarme como chilena, las personas espontáneamente empezaron a hacer comentarios favorables a nuestro país como un oasis dentro de Latinoamérica. Algunos mostraron interés de venirse a vivir un tiempo.
Me tocó volver el 23 de octubre y la televisión transmitía los atentados y saqueos. Esta vez me dio vergüenza decir que era chilena y me puse a oír los comentarios. Las personas estaban impresionadas, porque no se veía pobreza de país tercermundista. Lo que más les llamó la atención era el robo de los plasmas cargándolos en automóviles bastante buenos. Y un americano dijo " its not a people riot its a thieves riot".
Me pregunte cómo después de tantos años cuidando la imagen del país para promover el turismo y la inversión, de un día para otro pasamos a ser un país de ladrones.
María Angélica Galindo Schmidt
Cese al vandalismo
Llevamos más de 20 días en una espiral del vandalismo, destrucción y saqueo en que nos vemos expuestos al miedo y a la inseguridad, causados por pocos inadaptados y anárquicos. Por el bien de nuestra patria, Chile necesita redefinir su agenda de seguridad y hacer todo lo posible por devolverle a las personas la paz y la tranquilidad a las familias del país.
La inmensa destrucción y el enorme impacto económico nos hace un llamado imperante a redefinir las prioridades del gasto público en temas fundamentales para la ciudadanía. En esa dirección, es importante defender sin flaquezas la paz, la libertad y el derecho, tal como lo está haciendo el Gobierno.
Esperemos que la agenda social y de seguridad ayude a generar un clima constructivo y no lleguemos a la destrucción de nuestra economía, ciudad y valores de civilidad que nos han costado años construir y reformar en democracia.
Jaime Garrido
Por la Razón o la FuerzaNuestro escudo nacional esboza esta frase, digna característica de todos y cada uno de los chilenos.
Pero ¿cómo puede ser que en este último tiempo se desplegara multilateralmente la fuerza? Se registraron saqueos, asesinatos, perturbaciones al orden público, insultos y un sinfín de causas que proponen a la violencia como solución a los problemas que enfrenta nuestro país.
Nos hemos olvidado completamente de nuestra racionalidad al seguir eslóganes vacíos en multitudinarias manifestaciones que suelen terminar en destrucción total. Conciudadanos: no exijamos la paz si avalamos la violencia. Jamás debemos olvidar que la razón prima sobre la fuerza.
Mariana Burgos
Influencia de las telenovelas
Mucho se ha hablado este último tiempo de aquellos rostros de televisión que a pesar de ganar millonarios sueldos y cuyos medios pertenecen a grupos económicos se les acusa de promover la lucha de clases. Sin embargo, peor que los noticiarios y los matinales son las telenovelas.
Hace dos años por motivos profesionales me tocó convivir en un campamento con jóvenes trabajadores que en la noche veían la telenovela "Perdona Nuestros Pecados", que se trataba de un comerciante sicópata de los años '50 que asesinaba, corrompía y abusaba de todos en el pueblo. Me acuerdo de los comentarios de los jóvenes que estaban convencidos de que los empresarios de provincia de esa época eran así. Tuve que contestarles que mi abuelo era uno de ellos y persona más bondadosa y querida no podía ser y les mostré sus obras.
Después de esa experiencia encontré que era necesario monitorear las teleseries y empecé a ver Juegos de Poder, que es una vulgar repetición con la misma dosis de sangre y sexo de Perdona nuestros Pecados y con la única diferencia que el sicópata ya no es un comerciante de pueblo, sino el candidato de la centroderecha. Éste, a lo único que se dedica, es a asesinar a quienes lo molestan, pero sale incólume porque corrompe a los jueces, fiscales, policías y gendarmes. Vence al candidato de izquierda porque también es un corrupto.
Me pregunto si muchos de esos jóvenes que protestan en las marchas ¿no pensarán quizás que nuestras autoridades son como las presentan estas telenovelas?.
Federico Aguayo Bustamante